Di Costanzo y Moncada documentan cómo fue operado el salvamento a banqueros

El rescate bancario, fraude de Estado; se sabe lo suficiente para investigarlo

Con expedientes y testimonios se dan a conocer los sobornos que recibieron diputados

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

Ni resignación ni olvido. "El rescate bancario fue un orquestado fraude de Estado sobre el que ya se sabe lo suficiente para iniciar una investigación profunda que castigue a los responsables", dice Mario di Costanzo, coautor de un documentado análisis, con expedientes y testimonios hasta ahora inéditos, de la forma en que durante el gobierno del ex presidente Ernesto Zedillo fue operado el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).

Diputados que recibieron "una gratificación" por votar a favor de la creación del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y documentos que revelan que los acuerdos que tomó el comité técnico del Fobaproa beneficiaron a los accionistas de los bancos por encima del interés nacional son presentados en El saqueo a los mexicanos, libro que la editorial Grijalbo sacará a circulación la próxima semana.

"Con la ley en la mano se puede dar la pelea por esclarecer el fraude y reducir su costo", dijo Di Costanzo en una entrevista.

Precisamente este jueves la comisión especial creada en el Senado de la República para investigar el funcionamiento del IPAB llegó a un acuerdo por mayoría para proceder a la integración de expedientes y presentar denuncias administrativas y penales contra funcionarios públicos "responsables de incumplir preceptos legales, ocultar información y manipular procesos administrativos en perjuicio del Estado mexicano", hechos que a la postre abultaron el costo del rescate. El acuerdo fue adoptado por siete de los 10 integrantes de esta comisión.

"El senador Fauzi Hamdan (del PAN y presidente de la Comisión de Hacienda y de la propia del IPAB) ha tratado de bloquear el trabajo de investigación", asegura Di Costanzo. "Aun así, la comisión ha tenido grandes avances, al punto de contar ya con elementos para iniciar procesos legales", añadió el autor, quien es también asesor de esa comisión senatorial.

El saqueo a los mexicanos, escrito por Di Costanzo y el periodista Jorge Francisco Moncada, es minucioso en detallar el proceso que fue de la estatización de la banca en 1982, a su privatización entre 1991 y 1992, para concluir con el rescate de un billón 300 mil millones de pesos y posterior extranjerización. Pero a la vez presenta con un lenguaje accesible un testimonio para un público más amplio con el fin de que se logre, como reza el subtítulo, "entender el rescate bancario para impedir otro Fobaproa".

Aquí va uno de los testimonios documentados en el libro, presenciado por el propio Di Costanzo en los días en que el Congreso discutía la ley que creó el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), sucesor del Fobaproa. La escena tuvo lugar la noche del 12 de diciembre, en la Cámara de Diputados: "...me recargué en la barandilla (que separa las curules de los espacios dispuestos para asesores, prensa y público en el salón de sesiones) con objeto de grabar toda la escena en mi mente". Agrega: "...Tan absorto estaba, que no me percaté de que me hallaba junto a José Angel Gurría (secretario de Hacienda), hasta que vi acercarse la obesa figura de Angel Aceves (hoy finado y entonces presidente de la Comisión de Hacienda). Se encaminaba hacia el secretario de Hacienda. El objetivo de su conversación era reclamarle por la gratificación que habían recibido los diputados que aprobaron la ley del IPAB; le habían dado a él, decía, lo mismo que a todos...pero él -argumentaba- había trabajado más".

En la entrevista con este diario, Di Costanzo consideró que la discusión sobre los responsables del quebranto financiero y sus costos "no es un tema cerrado", como pregonan el gobierno, el IPAB y los banqueros. "Hay un mandato legal de revisar. Y existe una ley que debe ser aplicada. Mientras eso no ocurra, el tema no está cerrado", añadió.

El rescate bancario ha sido uno de los temas de mayor discusión pública en años recientes. La complejidad del caso ha hecho difícil difundir lo ocurrido con la decisión de Zedillo de comprometer recursos públicos sin límite para salvar a los bancos después de la devaluación de diciembre de 1994. "A quienes han abundado en el tema se les ha descalificado; existe una influyente corriente de comentaristas que lo quieren dar por sepultado y los medios que han insistido en el asunto han experimentado presiones y boicoteos publicitarios", comentó Di Costanzo.

El autor apuesta " a rescatar la memoria de lo que pasó" a partir de analizar numerosos documentos, algunos obtenidos después de largas batallas legales. "Con lo que tenemos a la mano se puede calificar sin duda de hecho escandaloso lo que ocurrió con el rescate bancario".