Usted está aquí: viernes 18 de noviembre de 2005 Opinión Clásicos de Cuba

Leonardo García Tsao

Clásicos de Cuba

Como se sabe, las ediciones en DVD significan la única opción para que el cinéfilo joven conozca al cine clásico en copias óptimas. En México, el material disponible es muy salteado, con grandes e insalvables lagunas (incluso dentro del propio cine nacional). Curiosamente, es la cubana una cinematografía cuyas obras fundamentales están disponibles en ese formato.

Básicamente estamos hablando de la filmografía del fallecido Tomás Gutiérrez Alea, sin duda el realizador cubano más sobresaliente hasta la fecha. Zafra Video ha editado cuatro de sus títulos clave -Las doce sillas (1962), La muerte de un burócrata (1966), Memorias del subdesarrollo (1968) y De cierta manera (1977)- con una quinta -La última cena (1976)- a punto de salir.

De ellos, Memorias del subdesarrollo es no sólo uno de las obras fundamentales del cine cubano, sino también un parteaguas en la historia del cine latinoamericano. A través del relato la historia, situado en La Habana de principios de los 60, sobre un burgués intelectual que decide quedarse en Cuba mientras su familia abandona la isla, Gutiérrez Alea consiguió un testimonio incisivo de las transformaciones de un país en un proceso revolucionario. Con una combinación acertada entre lo documental y la ficción de tono realista, y bajo la evidente influencia de El extranjero de Camus, la película es un lúcido retrato de un hombre que atestigua cómo se derrumban su forma de vida y cuadro de valores. Como corresponde a una obra maestra, Memorias del subdesarrollo no ha perdido nada de su vigencia y aún asombran su rigor y honestidad.

La versión en DVD es muy superior en calidad de imagen a la que antes se conseguía en VHS. Gracias a que el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), ha proporcionado los materiales originales, se ha podido hacer una edición satisfactoria de esa y las otras películas, tanto en imagen como en sonido. Además de que, cosa rara en los DVDs hechos en México, se ha respetado el formato de pantalla ancha.

Los atractivos adicionales ofrecen curiosidades, como el corto Esta tierra es nuestra, codirigido por Gutiérrez Alea en uno de sus primeros trabajos cinematográficos, una recreación en tono documental de cómo el campesinado cubano ha sido beneficiado por la revolución; y un ejemplar de Cine Revista, producido por Barbachano Ponce, que incluye un documental didáctico sobre los reptiles, los habituales chistes (malísimos) y, lo mejor, unos primitivos comerciales de 1959.

La colección de Zafra Video también cuenta con Lucía (1969) otra obra básica del cine cubano. Dirigida por Humberto Solás, la película se divide en tres episodios -situados en 1895, 1932 y los 60- para retratar a tres mujeres emblemáticas de esos periodos y sus respectivas luchas contra una opresión, no sólo política sino sexual. La ventaja de este DVD es que el corto incluido sí viene directamente al caso. Lucía y el tiempo es un documental retrospectivo, realizado en 2003, en la que Solás, el editor y coguionista Nelson Rodríguez y las tres actrices principales hablan con elocuencia sobre el rodaje de la cinta y las diversas dificultades que representó, sobre todo, el trabajo interpretativo.

La producción del cine cubano en los años recientes ha sido muy escasa, dada la limitación de recursos. Más que Juan Carlos Tabío, colaborador de Gutiérrez Alea en Fresa y chocolate y Guantanamera, quien se ha mostrado como un heredero de la postura crítica del segundo, ha sido Fernando Pérez. Su documental Suite Habana (2003) recrea la vida cotidiana de varios personajes representativos de la ciudad titular a lo largo de un día. Sin narración o comentarios, la descripción de Pérez resulta melancólica mientras observa la cotidiana determinación de sus paisanos. Sorprende la fuerza emocional que la película va acumulando con un uso muy efectivo de la música y el montaje. Este DVD, de la marca Filmhouse, no ofrece ningún extra fuera del trailer.

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