Usted está aquí: sábado 19 de noviembre de 2005 Política Zapata y Villa, sobrevalorados; Obregón, genuino estratega militar, dice Luis Garfias

Estudio del general de división retirado aporta nuevos detalles de la Revolución

Zapata y Villa, sobrevalorados; Obregón, genuino estratega militar, dice Luis Garfias

El autor cuestiona la participación castrense en las tareas de combate al narcotráfico

JESUS ARANDA

Ampliar la imagen El general de divisi�etirado present� libro Historia militar de la Revoluci�exicana, volumen que da cuenta de pasajes hist�os poco conocidos. Este es el primer texto de esa etapa de la historia nacional que se escribe desde el punto de vista militar, asegur� autor FOTO Luis Humberto Gonz�z Foto: Luis Humberto Gonz�z

Francisco Villa fue el caudillo más popular de la Revolución, pero al igual que Emiliano Zapata, no se compara con la estatura de estratega militar que alcanzó el general Alvaro Obregón, afirma el general de división retirado Luis Garfias Magaña, autor del libro Historia militar de la Revolución Mexicana, en el que da cuenta de los crímenes, traiciones y mitos generados de 1910 a 1929, cuando terminaron las acciones militares en el país.

En su obra de casi 600 páginas, publicada por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, Garfias da cuenta de aspectos poco conocidos de nuestro pasado, como el que la batalla de Celaya haya sido la que concentró más soldados en toda la historia de América Latina; que Francisco Villa nunca enfrentó la expedición punitiva estadunidense a cargo del general John J. Pershing; los problemas de abastecimiento de municiones y armas de la División del Norte; pasajes de la guerra cristera "que fue la más popular en la historia de México" y la muerte a traición de los principales jefes revolucionarios.

El ex agregado militar en Argentina da cuenta también de la importancia política y social de la Constitución Mexicana de 1917, que sentó las bases del "nacionalismo revolucionario", el cual por desgracia -señala en entrevista con La Jornada- ha quedado en el olvido y que en parte explica la actual crisis política, en la que "los partidos políticos no tienen nada que ofrecerle a los mexicanos" y la gente "ya no cree en nada".

"No se les paga a los soldados para ser policías"

En la plática, que transcurre en el también histórico Café Habana, lugar al que es asiduo asistente, Garfias destaca la importancia de contar con un ejército profesional y bien adiestrado, y cuestiona la participación de sus integrantes en el combate al narcotráfico, "porque no es su función y porque la población no le paga a los soldados para ser policías".

Comenta de entrada que su libro abarca la revolución en contra de Porfirio Díaz y la lucha contra Pascual Orozco y Victoriano Huerta, la guerra civil entre Villa y Carranza, las rebeliones militares de 1923-1924 y 1926-1927, la guerra cristera y la última gran rebelión militar encabezada por el general José Gonzalo Escobar, en 1929.

"Se han escrito centenares de libros sobre la Revolución Mexicana, pero es el primero desde el punto de vista militar, porque se describen las operaciones militares. Pero también hay mitos en la historia de México, sobre todo, relacionados con Villa y Zapata".

"Por ejemplo, la frase '¡tierra y libertad!', que hizo famosa Zapata, nació en Rusia a finales del siglo XIX por un grupo de anarquistas, y luego se adoptó en México.

"Aquí no hago elogio de nadie -subraya el militar-, hago elogio de quien lo merece. No estoy hablando demagógicamente para hacer mitos de los héroes; el lector puede juzgar y sacar sus propias conclusiones".

-Hablando de mitos, sobresalen las personalidades de Zapata, Villa y Obregón...

-Villa fue el caudillo más popular de la Revolución. En 1913 se enfrentó a generales federales menos que mediocres: la primera defensa de Torreón se la ganó a Eustiquio Murguía, quien era un viejo tan inútil que Victoriano Huerta lo procesó.

"En Zacatecas había un general muy mediano, tropero o cuartelero, quien contaba con 8 mil hombres, mientras Villa tenía más de 20 mil. El general Medina Barrón sumaba 11 piezas de artillería, Villa contaba con 33 mandadas por el general Felipe Angeles. Villa siempre fue el espíritu y el ímpetu de la caballería, pero nada más.

"Otro mito de Villa es el de Columbus, que es una pequeña población de Estados Unidos. El no estuvo físicamente en el poblado, sus tropas las mandaban Candelario Reyes y Pablo López, quienes entraron en la madrugada y mataron a los americanos que salieron a la calle: no hubo más de 15 muertos.

"Ahí estaba una guarnición del 13 Regimiento de Caballería, que persiguió a las fuerzas mexicanas y cruzaron la frontera. En aquel entonces, durante el gobierno de Porfirio Díaz, había un tratado con Estados Unidos para que sin pedir permiso las tropas de ambos países cruzaran para perseguir a los indios apaches, que atacaban en ambos lados en forma indistinta.

"Después se organizó la expedición punitiva a cargo del general John J. Pershing, quien ha sido el único que logró el grado de generalísimo en su país.

"Se habla de que Pershing nunca lo encontró, pues no lo podía encontrar, porque era en una región que equivalía la mitad de Francia, y Villa nunca presentó combate, se limitó a verlos.

"La actitud de Villa permitió la humillación de los mexicanos de tener en su territorio durante 10 meses la expedición punitiva estadunidense" -señala molesto el militar.

"Villa lo que buscaba era provocar al gobierno de Estados Unidos para que atacara a Carranza, pero como éste era un hombre inteligente marcó una línea límite que respetaron los estadunidenses, y cuando se cansaron los 10 mil soldados estadunidenses se fueron.

"Sólo hubo un pequeño combate el 21 de junio de 1916 en el poblado Carrizal: ahí tropas mexicanas regulares se enfrentaron a un escuadrón de caballería americana y les ganaron; hubo algunos soldados muertos y otros detenidos, la mayoría negros, quienes meses después regresaron a su país.

"También hubo una reacción popular en Parral, Chihuahua, acaudillada por una mujer, de nombre Elsa, quien se opuso a que las tropas estadunidenses entraran, pero no hubo más acciones militares en contra de los invasores.

"En 1915, Felipe Angeles aconsejó a Villa no dar la batalla a Obregón en Celaya, porque estaban en el centro de país, y la línea de abastecimiento, comunicaciones y de evacuación era larguísima para Villa hasta el norte -además de que éste no contaba con el abastecimiento de armas y municiones suficientes-, y corta para Obregón, quien sí las recibía procedentes del puerto de Veracruz.

"Además, se sumó el fracaso total de las tropas de Zapata, que se encontraban en Puebla y que nunca pudieron cortar la vía férrea para impedir el abastecimiento que llegaba de Veracruz a Celaya,
"ciudad que fue el fin de la División del Norte. Por cierto, esta batalla, quitando las de la Guerra de Secesión de Estados Unidos, es donde ha tomado parte el mayor número de efectivos en el continente y la más grande de toda América Latina, y esto es importante recalcarlo.

"Aunque eso fue un demérito para Villa, porque murieron muchos con las cargas de caballería, el mérito fue de Obregón, quien acabó con Villa.

"De Zapata no se puede hablar desde el punto de vista militar, porque nunca participó en batallas, sólo en combates menores. Zapata no tuvo batallones o regimientos, tenía grupos que se unían al llamado del general; claro que eran un problema, porque eran guerrilleros, pero no por su actuación como militar."

-¿Qué hay de la guerra cristera?

-La guerra cristera (1926 a 1929) se desarrolló en la región central de México, en donde tampoco hubo batallas, hubo combates pequeños. Esa fue la guerra más popular, porque el tendero, el boticario de pueblitos de Jalisco, Michoacán, de Guanajuato, se convirtieron en líderes, y por eso no pudieron organizar una guerra donde había mucho voluntario pero no profesionalismo.

"Sólo hubo un general, Enrique Gorostieta, quien se unió a los cristeros, pero lo delataron y lo asesinaron en Jalisco, y ahí se acabó, porque había liderazgo político, pero no militar.

"Esa guerra fue provocada, porque no se respetaron los sentimientos del pueblo, se restringió el culto religioso, aunque el alto clero no apoyó abiertamente el levantamiento, porque sabían que no iba a prosperar."

Indispensable, contar con un Ejército profesional

-¿Qué nos deja de enseñanza la historia militar?

-Que el Ejército federal tenía tropa voluntaria, que sin embargo, peleó casi año y medio y lo hizo bien, porque tenía profesionalismo militar. Eso demuestra que un ejército regular puede con eficacia derrotar a una rebelión. Enseña la necesidad de contar con un ejército profesional.

"Los ejércitos en cualquier parte del mundo son organizaciones apolíticas y no deliberantes, sin que eso quiera decir que los militares no estemos pendientes de lo que pasa en nuestro país, porque no se puede apoyar a un gobierno que es inepto, pero esto es muy peligroso también. Pero ojalá que esto no suceda en México; el Ejército debe apoyar al gobierno que se da el país a través del voto, y que ese gobierno responda a las necesidades y a los anhelos de un país".

-¿Qué hay de la participación del Ejército en tareas que no le corresponden?

-En cuanto a la participación del Ejército en el combate al narcotráfico, nunca he estado de acuerdo, porque no es esa su función, porque la población de México no paga a los soldados para ser policías. Sin embargo, ante la ineptitud y corrupción de todos los niveles de policías, los gobiernos se han visto en la necesidad de usar a los soldados para una labor ingrata, difícil, que al soldado no le gusta.

"Ojalá y algún día exista una policía capaz que pueda hacerse cargo de esas funciones contra el narcotráfico y liberar al Ejército de esa situación.

"Porque ya son evidentes las consecuencias negativas de usar a los soldados contra el narcotráfico: hay más de 15 generales en la cárcel, oficiales, jefes y tropas mezclados en la corrupción, ¿por qué? , porque se manejan cifras astronómicas, y ahí está el grave peligro, que se malee al Ejército, pero actualmente no hay otra solución", lamenta.

 
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