Usted está aquí: lunes 21 de noviembre de 2005 Mundo Los Angeles, posible epicentro de la política progresista en Estados Unidos

Latinos encabezan la efervescencia social con sus movimientos comunitarios

Los Angeles, posible epicentro de la política progresista en Estados Unidos

DAVID BROOKS ENVIADO

Ampliar la imagen Panor�ca del centro de Los Angeles, California, en imagen de archivo FOTO reuters Foto: reuters

Los Angeles, 20 de noviembre. En un mar político conservador donde durante los últimos cinco años las fuerzas más reaccionarias parecen haber tomado el control entero del aparato político estadunidense, Los Angeles representa una isla que podría ser el epicentro de la política progresista de este país.

Esta contracorriente está encabezada por los latinos, afirma Antonio González, presidente del Proyecto de Empadronamiento y Educación del Votante del Suroeste y de su organización de estudios políticos Instituto William C. Velásquez en entrevista con La Jornada. "Estamos tomando las riendas del poder", afirmó, y señaló la elección de Antonio Villaraigosa como alcalde, y la creciente presencia de políticos latinos progresistas en todos los niveles del gobierno local y estatal.

Villaraigosa y muchos de sus colegas se consideran hijos políticos de Martin Luther King, Jr. y César Chávez, y su ascendencia política tiene como raíces luchas sociales por los derechos civiles, sindicales, y de rescate de su herencia cultural; es una generación producto de 40 años de lucha en esta misma zona, aunque no todos desean recordarla al integrarse a la cúpula del poder estadunidense, donde a veces no es pragmático recordar públicamente estas historias de lucha y sangre.

"No hay otro lugar en Estados Unidos como este, y representa el futuro. La segunda ciudad más grande del país es donde la efervescencia social y política se expresa en movimientos comunitarios, en la lucha sindical, en la lucha de los migrantes, en movimientos por salud, educación, vivienda y medio ambiente, como en el frente electoral, no hay nada que se le parezca en estas dimensiones", afirma González. Y los latinos, argumenta, encabezan esto porque son los que han conformado estos movimientos.

Líderes y organizaciones claves

Hoy día, los latinos ocupan puestos no sólo en la alcaldía, sino en el consejo de la ciudad, de la junta gubernamental del condado (Gloria Molina, como supervisora), y a nivel estatal, figuras dinámicas jóvenes como Fabián Núñez, ahora presidente de la Asamblea Estatal y Cruz Bustamante como subgobernador, entre decenas más. A la vez, líderes como María Elena Durazo, presidenta de la sección sindical de Unite/Here en Los Angeles, y el recientemente fallecido Miguel Contreras como presidente de la central obrera de esta ciudad, el propio Antonio González cuya organización ha sido clave para impulsar a estos políticos latinos, incluyendo a Villaraigosa, para llegar a esos puestos y generar un electorado latino cada vez más activo y participativo.

El propio alcalde Villaraigosa reconoció en estos días que sin el Proyecto del Votante del Suroeste, "yo, y otros, no estaríamos aquí" en estos puestos de gobierno.

La entrevista con González, cuya organización es uno de los frutos de la lucha chicana de las últimas casi 4 décadas por los derechos civiles y políticos, se realiza en un pedazo de tierra histórica que organizaciones comunitarias han conquistado en su lucha por crear más zonas verdes en los barrios pobres de la ciudad. "El Maizal" será conocido ahora como Parque Histórico Estatal de Los Angeles, y fue ahí donde se libró tal vez la última batalla de la guerra entre México y Estados Unidos a mediados del siglo XIX, donde antes fue tierra de un pueblo indígena desplazado y desaparecido por los colonos, como también sitio de una matanza de trabajadores inmigrantes chinos que llegaron para construir el ferrocarril; fue ahí que se construyeron las vías y estación de tren que transformaron Los Angeles, de un pueblo de 5 mil habitantes en 1875, a una ciudad de medio millón para 1915.

Y desde allí fueron deportados cientos de miles de mexicanos en los trenes de carga de alimentos y animales (no de pasajeros) en la Gran Depresión. Ahora, ese pedazo de tierra será un parque para los descendientes de estas historias y para los inmigrantes que continúan llegando.

En Los Angeles se han dado algunas de las grandes luchas sociales de los últimos años. En el frente sindical la gran campaña de "Justicia para los janitors" provocó atención nacional y logró triunfos sin precedente, igual que varias luchas por los derechos de trabajadores de la industria hotelera. De hecho, es aquí y en otras partes de California casi el único lugar en Estados Unidos donde los sindicatos han crecido y su poder se ha incrementado. Sólo la semana pasada, fueron los sindicatos, en alianza con organizaciones latinas y progresistas, los que derrotaron las iniciativas promovidas por el gobernador Arnold Schwarzennegger en un referéndum, triunfo que ahora pone en duda el futuro político de quien era uno de los republicanos más poderosos del país.

La Unión de Usuarios de Autobuses (Bus Riders Unión) es una innovadora iniciativa para promover inversión y atención a las necesidades de transporte público para los sectores más pobres en esta capital del automóvil particular, y cimentó alianzas entre diversos sectores de la población. Varias organizaciones populares surgieron y/o se consolidaron después de los disturbios que estallaron en torno al caso de Rodney King en 1992, cuando las autoridades tuvieron que reconocer el desamparo de jóvenes, la falta de empleo, de servicios básicos a amplios sectores pobres y el racismo institucional en la policía. Allí florecieron diversas iniciativas, entre ellas la de satisfacer demandas de parques y centros comunitarios.

Estos movimientos han sido nutridos, y a veces encabezados, por migrantes, particularmente los mexicanos (tal vez hasta 3 millones en la zona metropolitana) y centroamericanos (salvadoreños sobre todo; en la zona metropolitana viven un millón de ellos), quienes no sólo han impulsado organizaciones de defensa de migrantes, sino que han revitalizado el movimiento sindical y comunitario de esta ciudad. Nada nuevo, desde hace más de un siglo los migrantes han sido un frente de la lucha social. Fue desde aquí que Ricardo Flores Magón envió una carta abierta a los trabajadores de Estados Unidos explicando que por sus propios intereses, tenían que apoyar la Revolución en México y si no lo hacían, pronosticó lo que ocurriría: justo lo que sucedió con el Tratado de Libre Comercio (fuga de empleos, competencia entre la mano de obra mexicana y la estadunidense enfrentando a la clase trabajadora, y la conquista del capital sobre los trabajadores aquí y allá).

Nuevos actores jóvenes surgen para encontrarse con veteranos activistas de luchas comunitarias, laborales, y ambientales de las ultimas décadas. Pero no sólo los de este país, ya que aquí se concentra parte de la diáspora de la lucha social en América Latina. En varios frentes sociales uno se topa con integrantes del FMLN, el FSLN, luchas guatemaltecas, argentinas, venezolanas y chilenas junto con los mexicanos, algunos que llegan de toda la gama de la lucha social mexicana, incluyendo la de los medios, que se incorporan, y nutren, la lucha social estadunidense.

También hay ejemplos de alianzas entre sectores en una de las ciudades más diversas del mundo, con fuerzas progresistas de la comunidad negra, latina, judía y asiática formando coaliciones para temas comunitarios de salud, vivienda, empleo y ambiente.

Hace unos días se realizó el foro "Cumbre Latina sobre el Medio Ambiente" organizado por el Instituto William C. Velásquez, en el cual participaron unos 200 representantes de organizaciones sindicales, religiosas, mujeres, comunitarias y ONG para intentar redefinir el tema ambiental en un asunto comunitario. Durante unas cuatro horas se debatió sobre los vínculos entre la política agraria estadunidense y su papel en provocar migración de campesinos y productores agrarios desplazados en América Latina, el cambio climático, la lucha por más espacios verdes urbanos, la lucha contra la contaminación ambiental, y los proyectos de desarrollo urbano, todo con el objetivo de armar un nuevo consenso para redefinir la lucha ecológica como una lucha social a nivel local, regional, federal e internacional.

De estas expresiones de base se nutre lo que es cada vez más una expresión política a nivel municipal y estatal cuyo potencial recién fue comprobado por el triunfo de Antonio Villaraigosa como el primer alcalde latino de esta ciudad en 133 años, producto en buena medida de estos mismos movimientos y coaliciones entre sindicalistas, organizaciones latinas y afroestadunidenses, jóvenes, organizaciones comunitarias y otras fuerzas progresistas.

Aunque el triunfo de Villaraigosa no convierte de manera instantánea a esta ciudad en una Meca para los progresistas, sí abre un enorme espacio que ofrece una oportunidad notable para las fuerzas progresistas en este país hoy ahogado por la derecha a nivel nacional. Por lo tanto, representa una prueba para ver si de esta ciudad enfrentada durante décadas consigo misma, con una realidad opuesta a la proyectada por el mundo de la fama y la "celebridad" para la mayoría de su población -pobre, marginada y agobiada por el racismo y la violencia- las fuerzas progresistas pueden construir una realidad opuesta a la que impera en Washington.

 
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