El sur
México se encuentra hoy ante una disyuntiva histórica: o continúa siendo peón del gobierno de Bush para el empobrecimiento y la depredación de América Latina, o torna su mirada hacia el sur y define una nueva estrategia internacional con otros gobiernos del continente.
1. El conflicto generado por Vicente Fox con Venezuela y Argentina no ha logrado más que evidenciar, una vez más, el sometimiento de su gobierno a Washington y alertar a los mexicanos sobre el riesgo que representa para todos seguir en esta vía.
2. La convocatoria que hizo en Lima, Perú, Manuel Espino (presidente nacional del PAN), a los dirigentes de 30 partidos de derecha de América Latina, integrantes de la Organización Democristiana de América, para promover la caída del presidente venezolano Hugo Chávez, según él mismo dio a conocer a los medios el 17 de noviembre, y que ha sido avalada por su virtual candidato presidencial Felipe Calderón y por la dirigencia panista, confirma no sólo que los principales partidos de derecha del continente, como es el caso de Acción Nacional, han sido literalmente tomados por grupos de la extrema derecha, que los está haciendo instrumento de sus postulados, sino también que Calderón no tiene la estatura política para aspirar a la Presidencia de México.
3. Los fundamentos constitucionales de México en materia de política exterior, consignados en el artículo 89, establecen claramente el principio de la "no intervención", violado de manera reiterada por Fox y sus cancilleres al servir de instrumentos del Departamento de Estado contra diversos países, el cual supone, entre otras cosas, que un jefe de Estado no puede manifestar críticas hacia regímenes, como ignoran los periodistas que con mala fe pretendían que López Obrador se pronunciara a favor o en contra del gobierno de Venezuela.
4. La política exterior de Fox no ha sido una política de Estado, sino que ha estado al servicio de intereses privados desde el inicio del sexenio, como relata Julio Scherer, a quien torpemente Castañeda y Fox trataron de cooptar ofreciéndole la embajada en Santiago, como relata en su libro La pareja (Plaza y Janés, 2005), por lo que al no lograrlo se dedicaron a perseguir judicialmente a su hijo. Ha sido un instrumento para que el grupo de Los Pinos se congracie con Bush y para favorecer a ciertos intereses empresariales, y ha terminado por perjudicar los intereses de los mexicanos.
5. Y es esto lo que debe cambiar radicalmente con el próximo gobierno. Méxi-co debe recuperar su capacidad de definir con plena soberanía cuáles han de ser sus relaciones con los demás pueblos de la Tierra, a fin de que su política exterior sea también una palanca para el cambio en la política interior.
6. Las críticas viscerales de Felipe Calderón al presidente de Venezuela -sean por motivos ideológicos o por su afán de congraciarse con Bush y seguir en la línea de Fox-, y su aval al intervencionismo promovido por la cúpula de Acción Nacional, lo descalifican por completo como posible presidente y, aunque sus posibilidades de llegar a la silla presidencial son muy remotas, por más que lo traten de inflar los medios, resulta muy grave que un partido con registro y un candidato que pretende registrarse estén promoviendo acciones ilegales en el ámbito internacional, lo que evidencia el deterioro institucional tenido con la alternancia y justifica el desprestigio internacional que tiene ahora México.
7. La mirada al sur no implica descuidar las relaciones con Washington, pero deben replantearse: buscando defender los intereses de la nación y de los mexicanos, y no las ambiciones de las multinacionales, como ha hecho la administración foxista; fincándolas en la dignidad del país y no en el servilismo, según ha sido la constante con Fox; atendiendo a la complejidad de la nación estadunidense y no centrándose en las exigencias de los círculos de poder de Washington, como el entreguista gobierno foxista. Y, sobre todo, actuando de cara a la nación y no en acuerdos inconfesables ultimados a espaldas y en contra del pueblo, como ha hecho Fox, "el cachorrillo del Imperio", que ha entregado recursos estratégicos, áreas básicas y organismos y servicios públicos fundamentales de México al capital trasnacional.
8. La diplomacia debe centrarse en los intereses populares y no en los privilegios de las corporaciones, pero eso no lo pueden entender quienes como Fox tratan de gobernar para las minorías empresariales. El presidente venezolano envió a los pobres de Estados Unidos, como ayuda humanitaria de emergencia por el Día de Acción de Gracias, combustible muy barato destinado a hogares, escuelas y hospitales de Boston y Nueva York (18 de noviembre), y ésa es una decisión que ayuda a construir otra América.
9. Los medios uncidos al gobierno foxista, que buscaron desinformar a los mexicanos sobre el conflicto generado por Fox con su desastrosa actuación en Mar del Plata, y que fueron los mismos que agredieron a los mexicanos que estuvieron en Caracas en la Marcha de Solidaridad con el pueblo de México, en la que una vez más se denostó a Fox (20 de noviembre), tampoco dieron cuenta hace un mes de la solidaridad del gobierno venezolano con nuestro país tras el paso de los huracanes Stan y Wilma, ni hoy informaron del envío hecho por Chávez a los pobres de Estados Unidos. Como tampoco que en el acto inaugural de la recepción en Boston del combustible estuvieron el diputado demócrata Bill Delahunt y el senador demócrata Joseph Kennedy ayudando a cargar las mangueras de gasolina (23 de noviembre), en una actitud que contrasta con la posición de Felipe Calderón, Manuel Espino, Jorge Castañeda y los otros golpistas panistas que en su delirio buscan promover la caída del líder venezolano.
10. La única vía que tiene México para hacer frente a la amenaza que representa esa ultraderecha para el continente es por lo tanto muy clara: es mirando hacia el sur del continente, para entretejer alianzas con las fuerzas sociales y políticas que buscan un camino propio.