Usted está aquí: martes 29 de noviembre de 2005 Mundo Endurecerá Bush política migratoria

Rechaza amnistía para indocumentados; busca anular reglas sin sentido que los protegen

Endurecerá Bush política migratoria

Plantea acelerar proceso de deportación; mexicanos serán enviados a sus estados de origen

DPA

Ampliar la imagen George W. Bush al anunciar ayer en Arizona que habr�ayor control de la frontera estadunidense. Lo acompa�funcionarios migratorios FOTO Ap Foto: Ap

Washington, 28 de noviembre. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, prometió hoy mano dura contra los inmigrantes indocumentados y mayor control de la frontera para detener y "rápidamente deportar a cada extranjero que ingrese ilegalmente" en el país.

Alejándose de discursos anteriores en los que destacó los aportes de los inmigrantes a la economía y a la diversidad cultural del país, Bush enfatizó que la inmigración de indocumentados "pone presión sobre nuestras escuelas y hospitales", "agota los recursos de la policía", y aumenta el crimen, "generando peligros para nuestros vecindarios y nuestras rutas.

"Y los despiadados traficantes de personas (coyotes) y pandillas que traen inmigrantes indocumentados cruzando las fronteras también traen crímenes."

Bush advirtió que rechaza cualquier plan de amnistía para los extranjeros que residen y trabajan sin papeles en el país, porque "premiar a los que violaron la ley alentaría a otros a violarla, y aumentaría la presión en nuestras fronteras".

"No voy a firmar ninguna ley que incluya una amnistía", advirtió. "Somos una sociedad que da la bienvenida a los inmigrantes, pero también somos una sociedad que valora el estado de derecho y el imperio de la ley", indicó.

Prometió además reformas para acelerar la deportación de los inmigrantes atrapados en la frontera, en un discurso que pronunció en la base de la Fuerza Aérea Davis-Monthan, Arizona, a unos 150 kilómetros de la frontera con México.

Añadió que desde que asumió el poder los agentes que trabajan en la frontera han detenido a más de 4 millones y medio de indocumentados, "incluyendo más de 350 mil con historial criminal", pero prometió usar más recursos, nuevas políticas y tecnología más moderna para atrapar un mayor número de extranjeros y para que el proceso de deportación sea más efectivo.

"Ochenta y cinco por ciento de los indocumentados que detenemos son de México. Son deportados al otro lado de la frontera y retornan dentro de las 24 horas siguientes", abundó.

Para evitar que regresen, prometió implementar una iniciativa llamada "repatriación interior", que consiste en enviar a estas personas a sus estados de origen. "Al retornar a estos inmigrantes indocumentados a sus pueblos de origen, lejos de la frontera, hacemos que sea más difícil para ellos intentar cruzar otra vez".

"Vamos a dejar claro que cuando la gente viola las leyes de inmigración, van a ser enviados a su casa, y necesitan quedarse en ella", aseveró Bush, generando una ola de aplausos.

"Política tonta"

En cuanto a los inmigrantes de países distintos a México, expuso: "debido a la falta de camas en los centros de detención, cuatro de cada cinco son liberados, y se les pide que vuelvan a comparecer ante la corte", pero 75 por ciento nunca lo hace.

"Esta política gubernamental que ha estado vigente por décadas es una política tonta y vamos a terminarla", agregó. Para ello se ampliará la capacidad de los centros de detención, proceso que el mandatario anunció que ya comenzó cuando el mes pasado firmó una ley que aumentará el número de camas en esos centros.

Otra promesa de Bush fue acelerar el proceso de deportación, "así pueden volver a sus países más rápido, y liberan espacio y camas para otros", indicó. Para ello se acelerarán los procesos de remoción del país, "achicando la burocracia".

Se utilizará un proceso llamado "remoción acelerada", que permite deportar a los inmigrantes no mexicanos en un promedio de 32 días, tres veces más rápido que el promedio en el procedimiento normal.

También se presionará a los gobiernos de los países de donde llegan los inmigrantes para que acepten las deportaciones de manera "acelerada", explicó.

Bush indicó que este mecanismo fue probado con los inmigrantes indocumentados procedentes de Brasil detenidos en el Valle del Río Grande en la frontera con Texas, y que los resultados fueron "impresionantes".

Además de mano dura, manifestó que otra parte del plan consiste en reformar las leyes para eliminar procesos que obstaculizan el trabajo policial en la frontera. Como ejemplo, expuso que hay que cambiar la ley que exige que las personas que no son aceptadas por sus países de origen sean liberadas después de cierto tiempo.

"Nos hemos visto obligados a liberar asesinos, violadores, abusadores de niños y otros criminales violentos", señaló. "El Congreso de Estados Unidos debe aprobar legislación y terminar con esas reglas sin sentido".

Agregó que hay que reducir los derechos de los inmigrantes a interponer demandas ante las cortes, porque esto genera un "ciclo de juicios interminables, que empantana nuestras cortes de inmigración".

Expresó que pondrá la más moderna tecnología al servicio de la custodia de la frontera, incluyendo cámaras infrarrojas y aviones piloteados a control remoto. Bush se llevó otro aplauso cuando sostuvo que el mes pasado firmó legislación que destina 139 millones de dólares a nuevas tecnologías para las patrullas fronterizas.

 
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