Usted está aquí: viernes 2 de diciembre de 2005 Economía Slim Helú insta a empresarios a mantener sus capitales en el país

En el aniversario de Inbursa presentó su decálogo para épocas de crisis económicas

Slim Helú insta a empresarios a mantener sus capitales en el país

Recomendó a inversionistas y políticos trabajar unidos y con creatividad

VICTOR CARDOSO

Ampliar la imagen Carlos Slim Hel�rante la firma del Acuerdo de Chapultepec, el 22 de noviembre FOTO Ap Foto: Ap

Carlos Slim Helú hizo un llamado al sector empresarial para que mantenga sus capitales en el país de manera productiva, ya que ''invertir en México siempre ha sido una muy buena inversión''.

En el 40 aniversario de su grupo financiero Inbursa, donde le acompañó un nutrido grupo de hombres de negocios, cabezas de las más influyentes empresas del país, Slim Helú indicó que se deben mantener siempre activos en la modernización, crecimiento, capacitación, calidad, simplificación y mejora de los procesos productivos, para llevar la productividad y la competitividad a los más altos estándares mundiales.

Sobre todo, advirtió sobre la necesidad de reinvertir las utilidades generadas por sus empresas durante tiempos de ''vacas gordas'' para evitar ''los amargos ajustes drásticos en las épocas de crisis'', pero sobre todo, porque ''el dinero que sale de la empresa se evapora''.

En la celebración de Inbursa se dieron cita poderosos empresarios como Alfredo Harp; el presidente de Televisa, Emilio Azcárraga; el presidente de BBVA Bancomer, Héctor Rangel Domene; el presidente de Televisión Azteca y Grupo Elektra, Ricardo Salinas Pliego, así como por integrantes de la clase política. En un inusual discurso, Slim Helú deslizó un decálogo de su visión empresarial, la cual le ha permitido enfrentar retos diversos y salir adelante, dijo, en las épocas de crisis económica.

La filosofía empresarial del cuarto hombre más acaudalado del mundo se basa, en principio, en que sus empresas han contado con estructuras simples. Son, dijo, organizaciones con mínimos niveles jerárquicos, donde se impulsa el desarrollo humano y la formación interna de las funciones ejecutivas. Se ha cuidado en mantener la flexibilidad y rapidez en las decisiones, las cuales representan ventajas de las pequeñas empresas y ''son las que hacen las grandes empresas''.

Otra parte de la estrategia de Slim Helú, quien durante más de una década ha sido considerado el hombre más rico de América Latina, ha sido mantener la austeridad ''en tiempos de vacas gordas'', porque así se fortalece, capitaliza y acelera el desarrollo de la empresa, pero al mismo tiempo ''evita los amargos ajustes drásticos en las épocas de crisis''.

Un consejo en el que Slim puso énfasis y divulgó ante sus amigos y socios empresarios, así como a los políticos que se dieron cita, es mantenerse ''siempre activos en la modernización, crecimiento, capacitación, calidad, simplificación y mejora incansable de los procesos productivos. Incrementar la productividad, competitividad, reducir gastos y costos guiados siempre por las más altas referencias mundiales'', para inmediatamente agregar el cuarto punto de su decálogo: ''La empresa nunca debe limitarse a la medida del propietario o del administrador. No sentirnos grandes en nuestros pequeños corralitos. Mínima inversión en activos no productivos''.

Adecuado a los tiempos político-electorales, la quinta recomendación del decálogo fue: ''No hay reto que no podamos alcanzar trabajando unidos, con claridad de objetivos y reconociendo los instrumentos''.

Desde el punto de vista de Slim Helú, para fortalecer las empresas es necesaria la inyección constante de capital porque ''el dinero que sale de la empresa se evapora. Por eso (nosotros) reinvertimos las utilidades''.

También, como un mensaje a los actores políticos, el empresario señaló que ''la creatividad no sólo es aplicable a los negocios, sino también a la solución de muchos de los problemas de nuestros países, lo que hacemos a través de las fundaciones del grupo''.

Una parte del decálogo, aclaró Slim Helú, está basada en las enseñanzas de su padre, quien le aconsejaba que ''el optimismo firme y paciente siempre rinde frutos'', lo mismo que la premisa de que ''todos los tiempos son buenos para quienes saben trabajar y tienen con qué hacerlo''.

Pero sobre todo expuso una enseñanza de su vida empresarial: ''nuestra premisa es y siempre ha sido tener muy presente que nos vamos sin nada; que sólo podemos hacer las cosas en vida y que el empresario es un creador de riqueza, que la administra temporalmente''.

 
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