Sólo lo detecta cuando ya se tiene

El papanicolau no sirve para prevenir el cáncer cervicouterino: Cruz Talonia

* El método idóneo es la colposcopía, que detecta el virus que lo produce

* El sector salud prioriza la detección en lugar de la prevención, dice

Gloria Analco

“Las trabas” que ponen las autoridades del Sector Salud para atacar frontalmente el cáncer cervico uterino permiten que éste padecimiento sea la principal causa de muerte en la población femenina del país, pese a que es el único cáncer que se puede prevenir de manera sencilla, aseveró el titular del Centro Nacional de Clínicas de Displasias en Oncología del Hospital General, Fernando Cruz Talonia.

Las dificultades para reducir el riesgo del cáncer cervical se acrecientan porque la política oficial es “dar prioridad al método de detección del cáncer y no al de prevención”, indicó.

Dijo que “a pesar de que las autoridades hablan de que atacar el cáncer cervical es un programa prioritario, los hechos no lo demuestran”.

Explicó que el cáncer cervico uterino es provocado por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Sin embargo se puede evitar que se desencadene este cáncer si se detectan a tiempo y se atienden oportunamente las lesiones que ocasiona este virus en el cuello del útero.

Precisó que hay tres etapas en las lesiones que causa el VPH, hasta que se integra en el genoma de la célula, y es entonces cuando el cáncer ya se hace presente.

Para que la infección viral origine un cáncer deben haber transcurrido en promedio 10 años, y para que este cáncer epitelial se convierta en cáncer invasor, todavía tienen que pasar de uno a tres años.

Por tanto, señaló el especialista, “hay tiempo suficiente para evitar que las lesiones causadas por el Virus de Papiloma Humano deriven en un cáncer incurable”.

El Papanicolaou no detecta la infección viral

“La solución a este problema que plantea el VPH -afirma el doctor Cruz Talonia- es la colposcopía, porque este método puede diagnosticar ese proceso: una infección viral o un cáncer epitelial, todavía curable”.

Agregó que el obstáculo que ponen las autoridades de Salud, “es que por ‘norma' las pacientes son canalizadas a las instituciones oficiales médicas para realizarse la colposcopía únicamente si el Papanicolau que se han hecho ha arrojado un resultado ‘anormal' “.

Puntualizó que esta política oficial “obstaculiza el tratamiento oportuno del cáncer cervical, porque el Papanicolau no detecta la infección viral, sino únicamente su consecuencia más extrema”, el cáncer.

Entonces, añadió, “esa práctica médica ya deja de ser preventiva, porque mediante ese método cualquier cáncer se va a detectar sólo cuando ya ha tenido ese desenlace”.

“La colposcopía es la respuesta a ese padecimiento -remarcó-, porque detecta a tiempo las lesiones que ha originado el Virus del Papiloma Humano y permite dar tratamiento oportuno para frenar la progresión de un cáncer”.

Un ejemplo de esto fue lo que le ocurrió a Ana Ochoa (nombre ficticio), quien pudo haber enfrentado una importante batalla contra el cáncer. Súbitamente, un golpe de suerte la alejó de ese peligro.

Ana se había dirigido a un dispensario de la Secretaría de Salud para practicarse el Papanicolau, porque sentía algunas molestias que intuía tenían su origen en el cuello de la matriz. Le tomaron la muestra para el Papanicolau, cuyo resultado recibiría un mes después.

No obstante, mientras esperaba que transcurriera ese tiempo, por un programa de radio se enteró que la colposcopía podía despejarle la duda de un posible cáncer en el mismo momento que se la practicara.

Ana acudió entonces a un centro de colposcopía, en la calle de Cuauhtémoc 1191, en la ciudad de México, donde apenas 10 minutos después de habérsela practicado le diagnosticaron que el cuello de su útero y vagina estaban infectados por el Virus del Papiloma Humano, presentando un cuadro precursor del cáncer.

Fue canalizada al Hospital General para practicarle una cirugía que la alejara de ese peligro.

El Papanicolau que Ana se había practicado resultó negativo, lo cual le hubiera proporcionado solamente un alivio momentáneo, porque de no haber acudido a la colposcopía, ella hubiera ignorado que ya había iniciado un proceso que podría derivar en cáncer.

La cirugía que se le practicó se realiza a través de consulta ambulatoria y demora entre 20 y 25 minutos, lo cual detiene y previene el proceso que podría derivar en un cáncer cervical.

Este tipo de cáncer es producido por el VPH, del cual se han identificado más de 100 tipos, algunos catalogados de “bajo riesgo” y otros de “alto riesgo”.

El doctor Cruz Talonia sostiene que en realidad todos los tipos del VPH pueden desarrollar a la larga el cáncer en el cuello del útero, si además van asociados a otros factores, como la desnutrición, el tabaquismo y deficiencias en el sistema inmunológico, entre otros.

El especialista afirma que esas partículas se hallan en todas partes, y son susceptibles de adquirirse incluso a través de los llamados “juguetes sexuales”, además de otras muchas maneras, y no exclusivamente por transmisión sexual.

Lo importante, agrega, no es la presencia del virus en el cuello del útero o en la vagina, algo que es muy usual de encontrar en esas zonas, sino que sea detectado a tiempo, antes de que produzca el temible cáncer.

El doctor Cruz Talonia fundó en 1980 la primera clínica de colposcopía en el propio Hospital General, adscrito a la Secretaría de Salud, en colaboración con otros médicos oncólogos.

“Con la nueva Clínica de Displasias empezamos a hacer el diagnóstico con la colposcopía, una especia de microscopio que permite ver directamente el tipo de lesiones que ha causado el VPH en el cuello del útero y su grado de afectación”, señaló Cruz Talonia.

Posteriormente, entre 1987 y 1988, implementaron otros tipos de tratamientos que se realizan hasta la fecha, como el uso del rayo láser y la electrocirugía, para reparar el daño causado por el VPH.

Cruz Talonia encabezó un grupo de médicos para promover a nivel oficial la fundación, en 1993, de un programa de formación de clínicas de colposcopía a nivel nacional, y en la actualidad hay 250 en todo el país.

No obstante, el especialista señaló que “a pesar de este programa, las autoridades no le han puesto el interés necesario para que existan más centros formales de colposcopía”.

Dijo que las principales fallas a nivel de instituciones oficiales son el desinterés por invertir en más centros y en la falta de capacitación de médicos especialistas en la materia.

“250 centros de colposcopía no son suficientes para un universo de mujeres que deben someterse a una revisión. Son todas las mujeres que han iniciado relaciones sexuales, aproximadamente 25 millones”, recalcó.

Cruz Talonia dijo además, que el 30 por ciento de esos 25 millones de mujeres tienen lesiones causadas por el VPH, y de este 30 por ciento, el 20 por ciento va a desarrollar cáncer.

Precisó que cada dos horas de todos los días del año muere una mujer de cáncer cervico uterino, y que tan sólo en 2004 este padecimiento provocó la muerte a 4 mil 400 mujeres.

También dijo que es muy alta la incidencia del cáncer cervical en las mujeres mayores de 45 años.

Señaló que ante la gravedad del problema y de “la falta de apoyo oficial a la colposcopía”, él fundó la Clínica de Colposcopía del Colegio Mexicano de la misma especialidad, que ahora lleva por nombre “Fundación Cruz Talonia”, con el objetivo de ofrecer este servicio a la población femenina a precios módicos, la cual diariamente atiende un promedio de 400 mujeres.

“De esta manera tratamos de superar los obstáculos que han puestos las instituciones oficiales”, concluyó.


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