Usted está aquí: miércoles 7 de diciembre de 2005 Espectáculos Salif Keita, rebelde que enfrentó la hostilidad con la música

Por primera vez La voz de oro hará una gira por México, prevista para abril de 2006

Salif Keita, rebelde que enfrentó la hostilidad con la música

Con 30 años de carrera, es uno de los más importantes cantantes africanos

En M'Bemba, su disco más reciente, la interpretación tiene una creatividad casi sobrenatural, comenta

ARTURO CRUZ BARCENAS

Ampliar la imagen Salif Keita altern�n Carlos Santana y Wayne Shorter en el �um Am�

El músico africano Salif Keita, La voz de oro, "quien vino al mundo maldito y bendito a la vez", la máxima referencia mundial de la world music, estará de visita en México a partir de abril de 2006 para una gira artística por el Distrito Federal, Monterrey, Guadalajara, Aguascalientes y San Luis Potosí, donde estará acompañado por una orquesta de 14 músicos africanos. "Es la culminación de un sueño. Habíamos intentado traerlo varias veces, y por fin llegará a México", expresó Mary Farquharson, de Discos Corasón.

La visita de Salif Keita, de Malí, tiene mucha importancia en el calendario cultural de México. Es el cantante que más ha difundido la música africana en el mundo y el único entre las estrellas principales de ese continente que aún no llega a estas tierras. Mientras Cesarea Evora, Youssou N'Dour, Baba Maal y Oumou Sangare han logrado establecer un fuerte público entre los mexicanos, la voz de Salif se conoce exclusivamente mediante sus múltiples discos compactos, añadió en entrevista Farquharson.

Salif se disculpó vía telefónica por no poder dar ayer una entrevista desde su tierra natal. La razón lo justificaba: nació su hija. Sólo se pospuso, dado que la alegría de la vida nueva lo hizo atender sus obligaciones de padre.

Retorno a Malí

Como músico, Salif ha demostrado enorme virtuosismo y eclecticismo, produciendo varios discos que incluyen influencias muy directas con el rock, soul y funk. Sin embargo, para realizar su más reciente grabación, Salif regresó a su natal Malí, construyó su propio estudio e invitó a sus dos hermanas para que cantaran a su lado. El resultado es M'Bemba, que será lanzado en México en febrero de 2006 por Discos Corasón, compañía responsable de organizar la gira de Salif.

Para apoyar la visita y dar a conocer más la música de Salif, la disquera puso a la venta un sampler titulado En el corazón de la música africana, donde se incluyen dos temas de Keita, pero también de Oumo Sangare, la Orquesta Baobab, Ali Farka Toure, Toumani Diabate. Otro producto, En el corazón de la Luna, es el único álbum que contiene los duetos de Ali Farka Touré (guitarra) y Diabate (kora). Son dos de los más grandes músicos africanos de la actualidad. El cidí fue grabado en un estudio móvil, en el Hotel Mandé, en los bancos del río Níger, en Bamako, Mali; hay contribuciones de Ry Cooder.

Para The Independent dijo que en este disco "la música se abre como una caja de tesoros para revelar algunas de las improvisaciones más finas que se puedan escuchar jamás. La interpretación tiene una creatividad casi sobrenatural".

Salif lleva más de 15 años de ser una estrella internacional, pero tiene 30 como cantante.

Para Mary Farquharson, Salif es la prueba viviente de una paradoja: "De sangre noble, fue desposeído por su padre, quien renegó de él por haber nacido albino. Era de lo que se podría llamar la realeza. Decidió ser músico rebelándose ante la prohibición de serlo. Los Keita tienen músicos que les tocan. Para confrontar la hostilidad de su propia casa eligió la música, un dominio estrictamente prohibido para los nobles Mandingo, a los que pertenecía. Si vivir significa resolver paradojas, Salif Keita está más vivo que cualquiera".

Sobreviviente milagroso

El sobreviviente milagroso, salvaje y solitario también se convirtió en el artista más emblemático del continente africano. Su disco M'Bemba lo ha convertido en un artesano del renacimiento de los sonidos tradicionales africanos, aun cuando él ha pasado la mayor parte de su carrera en Europa y Estados Unidos, en búsqueda de su salvación musical. Este es su destino.

En los 60, cuando debutó con la Rail Band y con los Embassadeurs, las dos orquestas más influyentes de la escena local de Mali, la música africana estaba atravesando la transformación más grande de su historia. Llevado por la inspiración de la emancipación cultural, y plegándose al atractivo de las tendencias modernas de América y Europa, la música estaba cambiando rápidamente por la impronta de nuevos instrumentos -especialmente las guitarras amplificadas- y la nueva tecnología capaz de grabarlas.

Salif se lanzó a este clima inestable. Su voz, un órgano barroco extremadamente poderoso, cuyos músculos había desarrollado persiguiendo alondras y monos en los cultivos de maíz de su familia, era ya el instrumento más magnético de su país. Su sed por nuevos horizontes era insaciable.

Su encuentro con Kanté Manfila, guitarrista de Guinea, fue uno de los más productivos. Desde 1972 alimentó su música con canciones mandingo tradicionales, ritmos cubanos, pop inglés y francés, soul estadunidense, tango argentino y valses de acordeón. "Hoy es el equivalente en Africa a lo que lograron los músicos del Buena Vista Social Club en Cuba", precisó Farquharson.

En 1979, todavía con Manfile, se fue como exiliado a Abdijan, que era entonces el centro de la música de Africa occidental, y grabó Mandjou, el primer éxito mandingo de la era moderna. De ahí se fue a Washington, en donde Manfile y Salif produjeron Primpin, canción cuyas palabras eran escandalosas ("alcohol" y "drogas" estaban en las letras) y el sonido era revolucionario. Algo inédito.

De renegado a estrella

El éxito fue absoluto. Era una música bella y poderosa. El renegado por albino se convirtió en estrella y en 1987 su álbum Soro estableció el concepto de afro pop. Cuatro años después, Amén, con apariciones de Joe Zawinul, Wayne Shorter y Carlos Santana, mostró cuán perfecta había sido la adaptación de Salif .

"Mi acercamiento al rock, al jazz o al soul fue una necesidad. Para alguien autodidacta como yo, tocar con Carlos Santana o Joe Zawinul significó un progreso rápido. Hoy eso es lo que me permite tocar la música de mi país con más control, más seguridad y profundidad", dice Salif con cierto pragmatismo.

Tal es Salif Keita, el rebelde y el rompe tabúes, el maldito por infringir las leyes de su casta. Ahora, con M' Bemba, ha regresado al terreno de sus adversarios: la tradición.

La gira de Salif comenzará el 27 de abril, en un concierto masivo que se ofrecerá como parte del Forum Universal de las Culturas. Al día siguiente inaugurará el Festival Internacional San Luis Potosí y un día después su concierto abrirá el Festival Desierto en Matehuala. Entre otras presentaciones, estará en la sala de conciertos Nezahualcóyotl de la Universidad Nacional Autónoma de México el 4 de mayo.

 
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