La Jornada Semanal,   domingo 11 de diciembre  de 2005        núm. 562
 

Jimena Giménez Cacho

Julián Carrillo: existir para crear

En el siglo XX la música occidental sufre profundas transformaciones que no sólo cuestionan los supuestos melódicos y armónicos tradicionales, sino que incorporan elementos nuevos. Se incluyen sonidos no considerados hasta entonces como musicales; el timbre y la percusión pasan con frecuencia a un primer plano; se exige a los instrumentos tradicionales nuevas presentaciones y se tocan a menudo de forma novedosa, con grave riesgo a veces de su integridad material; por ejemplo, los pianos preparados de John Cage, en los que la alteración tímbrica repercute en su afinación. Se crean nuevas sonoridades y se inventan nuevas escalas, como la hexatona de Claude Debusy o la serie dodecafónica de Arnold Shoenberg; la escala se amplía y el semitono no es ya la unidad mínima, por lo que nace la necesidad de crear nuevos instrumentos.

Nuestro sistema temperado utiliza doce sonidos diferentes que se repiten a distintas alturas. La distancia más corta entre cada sonido es de medio tono. Julían Carrillo (1875-1965) y los microtonalistas europeos trabajaron con distancias más cortas, rompiendo así el ciclo de doce sonidos; nació entonces la microtonalidad. Carrillo creó el concepto "Sonido 13" para designar sus aportaciones a esta importante revolución musical.

La microtonalidad nace de las búsquedas de teóricos y compositores con el fin de renovar el lenguaje musical y de cuestionar el sistema temperado. Juega también un papel importante un mejor conocimiento de las músicas exóticas y la revalorización de la música folclórica, escalas africanas de tonos enteros, la escala árabe de diecisiete sonidos que muchos consideran pitagórica, o la de veintidós sonidos de la música hindú.

La propia evolución de la música occidental fue diluyendo la distancia entre consonancia y disonancia y aceptó cada vez más intervalos de séptima, novena, oncena o trecena. Conocemos los primeros textos fundadores de la corriente microinterválica, como el artículo publicado en 1893 por Behrens-Senegalden "Die Viertel Töne in der Musik", sobre los cuartos de tono en la música; también "Música Libre", de Nicolás Koulbine, publicado en el Almanaque del Caballero Azul a principios del siglo XX. Esta obra sugiere el empleo de los tercios, cuartos octavos y treceavos de tono para crear una música libre de las ataduras del sistema temperado, nuevas disonancias con resoluciones nuevas, nueva armonía con acordes nuevos y nuevas melodías.

Ferrucio Busoni quiso formular las nuevas bases estéticas y técnicas de la música del siglo XX con sus "Apuntes sobre una nueva estética de la música". Publicado en 1907, pide que la música se libere de los moldes tradicionales abriéndose a nuevas posibilidades, entre otras, la división en tercios y sextos de tono, aunque apunta a una división de la escala en treinta y seis partes. Asimismo, Ferrucio Busoni imaginó y experimentó un nuevo sistema de división del tono en tres partes iguales (el tono tripartita), aunque él personalmente no escribió música microtonal.

EL CANTO DEL CIELO

El 13 de julio de 1895, en su clase de acústica, Julián Carrillo se dio cuenta de que al dividir la cuerda de su violín en segmentos proporcionales cada vez más cortos, había más sonidos de los doce que se utilizaban: al romperse el ciclo de doce sonidos las posibilidades sonoras se abrían al infinito.

"Las vibraciones producen sonidos, no son los sonidos los que producen vibraciones, así pues se abre el oído humano a las 30 mil vibraciones que puede escuchar; en materia de sonido no existe el vacío, todo se llena y todo se oye."

Para los pioneros de la microtonalidad no sólo estaba la parte de análisis teórico y acústico, sino que el problema principal era oír los microintervalos para lo cual era necesario construir nuevos instrumentos.

Conocemos los planes de construcción de un piano acromático que Stein mandó fabricar antes de huir de Alemania en 1933, así como sus composiciones, entre otras, dos estudios de concierto para violoncello y piano op. 26, de 1905. Sabemos de la construcción de un clarinete en cuartos de tono construido por el fabricante checoeslovaco Kohlert Sohne y de la construcción del Esferofono, que fue uno de los primeros instrumentos microinterválicos que se construyeron.

También se conocen escritos acerca de la música en cuartos de tono que escribió Willi Möllendorf y las Cinco piezas opus 26 para armonio bicromático, instrumento fabricado por el berlinés Traube y utilizado por el austríaco Karl Blehle en su poema sinfónico Der Taucher. Georges Rimski-Korsakov, nieto de Nicolai, fundó en 1923 una "Asociación para la música en cuartos de tono". Arseni Avramoov trabajó la subdivisión de la octava en setenta y dos partes iguales; a partir de esto, Evgeni Mursin fabricó un sintetizador ANS de fibras ópticas. En ese mismo 1923 Aloys Hàba, uno de los mayores impulsores de la música microtonal, crea la cátedra de composición microtonal en el Conservatorio de Praga.

El neurólogo y compositor Mordecai Sandberg publicó una obra teórica Die Tondifferenzierung und ihre Bedeutung (La identificación de los tonos y su significado) y la casa Straube fabricó para él un armonio en cuartos de tono en 1926 con las indicaciones y estudios que había hecho Möllendorf. También encargó a la misma casa armonios en 12vos y 16avos de tono, mismos que recibió en 1929, año en que Wychnegradsky recibió un piano en cuartos de tono, pero en 1936 lo abandonó y prefirió trabajar con dos teclados afinados a la distancia de un cuarto de tono. En México, Carrillo mandó construir en 1917 sus primeros instrumentos especiales: arpas en forma de citaras, en tercios, quintos y dieciseisavos de tono, y el constructor Baudelio García construyó también una guitarra en cuartos de tono.

En los años cuarenta Carrillo elaboró los planes para mandar fabricar quince pianos en microtonos que iban desde el tercio hasta el dieciseisavo de tono (este último piano recorre noventa y siete teclas en la distancia de una octava de un piano normal). Carrillo fue el único en el mundo que emprendió una tarea así de complicada, y en 1958 sus pianos recibieron una medalla de oro en la Exposición Universal en Bruselas, por el alto valor cultural que representan para la humanidad. Los pianos estuvieron expuestos en el Pabellón Belga junto con la colección de quince arpas y los instrumentos de aliento madera y aliento metal, para formar una orquesta sinfónica del Sonido 13.

El 12 de julio de 1927, Sandberg organizó en Tel Aviv un concierto con obras microtonales suyas y de Möllendorf, y propuso construir un armonio con cuatro teclados de setenta y dos teclas cada uno, que abarcaban tres tonos cada teclado.

En 1931, Herman Scherchen compuso Matka, la primera ópera en cuartos de tono de la historia. En México, en 1925 Carrillo estrenó sus primeras composiciones microtonales en el Palacio de Bellas Artes. Hasta poco antes de su muerte fue fiel a su descubrimiento, luchando por convencer a la humanidad de la necesidad de "enriquecer, simplificar y purificar la música", y de emplear el infinito de sonidos que él había descubierto.

El compositor Francés Jean Etienne Marie invitó al maestro Carrillo a exponer sus teorías en la Universidad de la Sorbona en Francia: "Los pianos metamorfoseadores de Carrillo que presentó en fastuosa exposición en la Sala Gaveau, han permitido a Wischnegradsky oír por fin sonidos que sólo había imaginado en lo abstracto y que han suscitado el interés y entusiasmo de muchos de los compositores de vanguardia del mundo."

Wischnegradsky dice a propósito de los pianos: "Los pianos de Carrillo descubren un maravilloso mundo sonoro que es digno de compararse con el descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Lo realizado por Carrillo en la música microtonal es positivamente radical, los trabajos que hemos hecho en Europa son convencionales."

El Times de Londres dijo: "La revolución del Sonido 13 es todo un nuevo mundo emocional". El Maestro Frederick Dorian, director de la orquesta del Instituto Carnegie de Pittsburgh, declaró a la de Carrillo como "la música que lleva al éxtasis". En Europa fue muy respetado y galardonado; en 1956 Francia lo nombró caballero de la Legión de Honor y Alemania le otorgó la Gran cruz del Mérito.

También recibió del gobierno mexicano, en 1964, la medalla al merito cívico.

Leopold Stokowski, quien fue un gran entusiasta y promotor de la obra de Carrillo, afirmó: "con los dieciseisavos de tono empieza Julián Carrillo una nueva era musical y yo deseo estar al servicio de esta causa". Al piano estuvo su hija Lolita. La crítica declaró que esta obra era comparable a la desintegración del átomo.

Carrillo quiso revolucionar la música hasta entonces escrita. Formó una orquesta del Sonido 13 e inventó un nuevo sistema de escritura a base de números, dispuestos en una sola línea y también una manera de metamorfosear obras ya escritas por otros compositores. A propósito de su sistema, el gran director Stokowski, quien tocó varias de sus obras en Estados Unidos, afirma: "Un nuevo sistema de escritura musical era necesario y lo inventó Julián Carrillo… Sistema simple… conciso y de precisión matemática."

Julían Carrillo compuso alrededor de 130 obras, veintiuna de las cuales fueron grabadas en Francia entre los años 1961 y 1963. Se grabaron desde las obras tempranas de estilo romático hasta las microtonales y atonales.

Su obra Elpreludio a Colón fue la primera obra que se compuso a base de dieciseisavos de tono. La pianista francesa Nelly Caron declaró: "Anoche tuve la suerte de oír esta obra que evoca en verdad los espacios siderales y despierta en nosotros planos habitualmente en letargo; es un verdadero ‘Canto del cielo’. Permítame usted, maestro, que con toda sencillez le diga: gracias por la belleza que nos ha traído."

Carrillo pertenece a esa estirpe de seres que vienen al mundo con el convencimiento de existir para realizar algo muy importante. Trabajó hasta el último día de su vida en lo que estaba convencido que era su legado a la humanidad, el Sonido 13. Los restos del gran maestro Julián Carrillo se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres.