Usted está aquí: lunes 12 de diciembre de 2005 Mundo Diplomático estadunidense llama "héroes" a opositores en La Habana

Sostiene que su misión es "apoyar el cambio democrático"

Diplomático estadunidense llama "héroes" a opositores en La Habana

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 11 de diciembre. En su primera actividad pública desde que llegó a La Habana en septiembre pasado, el jefe de la oficina diplomática de Estados Unidos aquí, Michael Parmly, dijo que su papel en Cuba es "apoyar a los que trabajen por un cambio democrático".

Parmly es diplomático de carrera con rango de ministro consejero. En el Colegio Nacional de Guerra en su país impartió las especialidades de seguridad nacional y situaciones post-conflicto. Cumplió misiones especiales en Afganistán tras la invasión estadunidense, ha trabajado en las representaciones de su país en Europa y en las áreas de derechos humanos e inteligencia del Departamento de Estado.

Para conmemorar la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Parmly ofreció un coctel en su residencia de La Habana, al que invitó a cubanos opositores al gobierno, diplomáticos y corresponsales extranjeros.

Al encuentro asistieron la mayoría de los líderes más conocidos de la oposición interna y cinco embajadores.

En un discurso de ocho páginas, que leyó frente al amplio jardín de la casa, el diplomático llamó a los opositores "los verdaderos héroes" de la isla y señaló: "El futuro de Cuba lo determinarán los cubanos. Nuestro papel es apoyar a los que trabajen por un cambio democrático. Ustedes trazarán el rumbo a seguir por el país; nosotros les ayudaremos a poner en práctica su visión, si ustedes así lo desean".

Parmly mantuvo las habituales críticas estadunidenses al régimen político cubano y censuró especialmente los "actos de repudio", mítines que suelen realizar grupos oficialistas frente a las viviendas de opositores, con frecuencia para frustrar una reunión.

Parmly dijo que esos grupos son una "versión moderna de las camisas pardas nazis o de los miembros del Ku Klux Klan para realizar esta sucia tarea".

Sus palabras ratificaron en sustancia la política de Estados Unidos hacia la isla, pero la celebración fue parca, comparada con las reuniones que realizaba su antecesor, James Cason, a menudo salpicadas de símbolos y herramientas de propaganda sobre la situación interna cubana.

 
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