Usted está aquí: lunes 12 de diciembre de 2005 Política Marca el miedo retorno de desplazados en Oaxaca

Destrozos y saqueos en las primeras casas inspeccionadas

Marca el miedo retorno de desplazados en Oaxaca

ROSA ROJAS ENVIADA

San Isidro Vista Hermosa, Nundaco, Oax., 11 de diciembre. En las primeras ocho casas que inspeccionaron las 54 familias de desplazados que volvieron anoche a esta comunidad mixteca encontraron la misma realidad: saqueo y destrozos.

Los retornados temen por su vida porque huyeron después de una agresión -el pasado 4 de julio- en la que 39 personas fueron secuestradas, golpeadas, torturadas, por gente de la comunidad y del municipio de Santa Cruz Nundaco, pero "no encontramos respuesta a nuestras demandas de justicia ni en Oaxaca ni en la ciudad de México" dijeron.

Por su parte el agente municipal Juvenal Hernández subrayó que esas familias "se fueron solitas, nadie las corrió, nadie les hizo nada".

Así, los desplazados decidieron regresar a su comunidad, solicitando el apoyo de organizaciones sociales como acompañantes, porque "no tenía caso que nos quedáramos más tiempo en el DF, si el gobierno federal se lavó las manos ante el problema y ya se venían las fiestas, ya no iba a haber nadie en las oficinas y nosotros ¿qué íbamos a hacer allá?", comentó Zoila Reyes Hernández, una de las dirigentes de los desplazados.

En la casa de Sara Hernández y Alvaro Reyes, padres de Zoila, se encontraron los vidrios rotos, puertas forzadas, la ropa regada por el piso, algunos aparatos eléctricos desaparecieron o fueron destruidos. Del techo de la cocina fueron arrancadas "por disparos" las láminas de cartón. De la tienda anexa, inaugurada en mayo "con lo que mandan dos de los hijos que viven en Estados Unidos", los saqueadores se llevaron mercancía y dañaron anaqueles.

Este domingo la mayoría de las familias aún no había verificado cómo estaba su hogar, pero una situación muy similar se encontró en su casa Zoila Reyes. Le robaron la ropa para mujer y baratijas que vendía para ayudarse a complementar lo que envía su esposo -desde Estados Unidos- para mantener a los cinco hijos que viven con ella. Otros dos ya se casaron.

Los desplazados informaron que el visitador adjunto de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) que acompañó su regreso, Alan Pérez, recomendó denunciar los destrozos ante el Ministerio Público en la ciudad de Tlaxiaco.

Esta mañana permanecían en el pueblo decenas de los acompañantes que vinieron con los desplazados: entre otros, una comisión del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco; del Movimiento Coatlinchan y de comunidades de Texcoco; miembros del Consejo de Defensa Popular (Codep); Organización Nacional del Poder Popular del DF, Oaxaca, Putla y Tlaxiaco; una comisión de la Promotora por la Unidad Nacional contra el Neoliberalismo, y otra de la Central Unitaria de Trabajadores.

Jacqueline Daniela González, del Codep de Oaxaca, informó que buscan que haya permanentemente observadores de derechos humanos, de organizaciones sociales y no gubernamentales en la comunidad, "para garantizar la seguridad de los compañeros retornados".

Preocupación de Paz con Democracia

El grupo Paz con Democracia, integrado entre otras personalidades por Pablo González Casanova, Víctor Flores Olea, Oscar González, Gonzalo Ituarte, Magdalena Gómez, envió una carta a los desplazados manifestando su preocupación por los acontecimientos que los obligaron salir de su comunidad y mantenerse más de tres meses en el Zócalo de la ciudad de México en condiciones difíciles.

Agregan que hoy que las familias regresan en la "Caravana por la convivencia y la paz entre los pueblos" esperan que las condiciones de seguridad, paz y tranquilidad estén generadas en un clima de respeto y tolerancia entre pueblos y comunidades indígenas y que el retorno de hoy signifique una paz duradera y con justicia.

Les envían su solidaridad y su esperanza para que sea en el marco del diálogo en el que se resuelvan las diferencias y que nunca más la violencia resurja entre sus comunidades y les expresan su apoyo fraterno a los desplazados que regresan.

Zoila Reyes informó que después de que el dirigente del Frente Nacional Indígena y Campesino, Arturo Pimentel, propuso que se creara una comisión de tres personas de "la gente de Zoila" y tres de la del agente municipal "para sentar las bases mínimas de la convivencia y el respeto mutuo", los retornados, luego de deliberar, accedieron. Medió el visitador adjunto de la CNDH Alan Pérez. "Sólo pedíamos que fueran personas de San Isidro", indicó Zoila. Sin embargo, Pimentel contestó que había que esperar a la gente del municipio de Santa Cruz Nundaco, "pero estuvimos esperando hasta las 4 de la mañana y nunca llegaron.

"Nosotros siempre hemos estado en la mejor disposición de llegar a acuerdos, lo saben las autoridades del gobierno del estado y la CNDH, que siempre llegamos a las citas y los que no se presentaban eran los de Nundaco, el presidente municipal Francisco Pedro Pérez Mendoza."

Respecto a lo que dijo el agente municipal Juvenal Hernández -"designado por los de Nundaco, porque los de San Isidro elegimos al nuestro por usos y costumbres"-, Reyes explicó que él es su primo, pero "está mintiendo"; basta ver el acta levantada ante el Ministerio Público de Tlaxiaco -número 220/1er turno I-2005- por las agresiones del 4 de julio.

Mencionó que por diferencias ante la apertura de un camino que edificaban los de Nundaco "sin autorización de los dueños de los predios", luego de que Zoila y otros compañeros negociaron una minuta de acuerdos en la ciudad de Oaxaca con el subsecretario de Gobierno, Joaquín Rodríguez, y las autoridades de Nundaco, "se armó una balacera por el camino y otra por el panteón, y secuestraron a 39 personas, entre ellos mis padres y cuatro de mis hijos", afirmó.

"Los de Nundaco eran más de 500 armados. Se llevaron a cuatro hombres, 17 niños y 18 mujeres. A cuatro las desnudaron, entre ellas mi mamá; a los hombres los golpearon, los regresaron hasta el otro día a las 12 de la noche, fueron 12 patrullas a rescatarlos y ahí están las fotos y los exámenes médicos en el expediente del Ministerio Público", informó Zoila Reyes.

El agente Juvenal Hernández y un grupo de personas que estaban con él, informaron que el 4 de julio "los que hicieron la balacera fueron la gente "de Zoila" y resultó herido un niño de ocho años por los disparos de Heladio Reyes León, Javier Urbano Mendoza y Valentín León, así como un adulto herido, Margarito León. "Esos andan huyendo, se sabe que están en el otro lado", afirmaron.

 
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