Usted está aquí: martes 20 de diciembre de 2005 Opinión MEXICO SA

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Carlos Fernández-Vega

Evo Morales: viene etapa delicada

Quien será el primer presidente indígena de Bolivia recibe un país olvidado y saqueado

Ampliar la imagen El presidente electo de Bolivia, Evo Morales, durante una conferencia de prensa ayer en Cochabamba FOTO Afp Foto: Afp

N INGUN DEFENSOR DE la democracia de los que recurrentemente aparecen en la tele se animaría a intentar una explicación medianamente creíble, pero el hecho es que Bolivia, un país mayoritariamente habitado por indígenas, nunca ha sido gobernado por uno de ellos.

En medio de la descarada depredación trasnacional de sus hidrocarburos, justificada como "un paso necesario para la modernización de Bolivia", Evo Morales encabezó las protestas que culminaron con la caída del Goni Sánchez de Losada (octubre de 2003) y la renuncia de Carlos Meza (marzo de 2005); ahora, este dirigente será el primer presidente indígena del país.

Su triunfo electoral ha sido contundente, pero viene la etapa delicada, porque Evo Morales recibe un país socialmente olvidado y económicamente saqueado. Con la ayuda del Banco Mundial, un paseo por la realidad boliviana:

LA POBLACION INDIGENA representa la mayoría de Bolivia, alcanza 62 por ciento del total. En las áreas rurales 72 por ciento de la población habla lenguas indígenas, contra 36 por ciento en las zonas urbanas.

ENTRE 1997 Y 2002, las tasas de pobreza "disminuyeron" levemente tanto para la población indígena como para la no indígena: de 75 a 74 por ciento y de 57 a 53, respectivamente. En 2002, las tasas de pobreza rural y urbana eran mucho más altas entre la población indígena que entre la no indígena (86 por ciento comparado con 74 por ciento en las zonas rurales y 59 contra 47 en las zonas urbanas). Si bien para los no indígenas las tasas de extrema pobreza disminuyeron entre 1997 y 2002 de 31 a 27 por ciento, éstas se mantuvieron constantes en 52 por ciento para la población indígena. En las áreas rurales, la extrema pobreza aumentó entre la población indígena (de 65 a 72 por ciento), pero "disminuyó" levemente entre los no indígenas (de 53 a 52).

DIEZ POR CIENTO de los bolivianos más ricos consume 22 veces más que el 10 por ciento más pobre. Casi dos tercios de la población indígena se encuentran entre el 50 por ciento más pobre. Si las ganancias fueran distribuidas equitativamente, la población indígena de Bolivia requeriría de un ingreso per cápita equivalente al doble del de la no indígena para poder escapar de la pobreza. En la última década este indicador "creció" 0.86 por ciento.

LA TASA DE participación laboral es de 81 por ciento para la población indígena y de 64 por ciento para la no indígena. Casi un tercio de los indígenas empleados no reciben remuneración por su trabajo, comparado con 13 por ciento de los no indígenas. La mayoría del trabajo sin pago es realizado por las mujeres. En 2002, cerca de 84 por ciento de la población indígena y 67 por ciento de la no indígena trabajaba en el sector informal.

LA POBLACION NO indígena empleada gana alrededor de 140 dólares (mil 127 bolivianos) por mes, mientras que la indígena empleada obtiene 45 por ciento de este monto (63.5 dólares o 513 bolivianos mensuales) La incidencia del trabajo infantil es cuatro veces más alta entre los niños indígenas que entre los no indígenas. En 2002, 31 por ciento de los estos niños entre 9 y 11 años trabajaban, comparado con 8 por ciento de los niños no indígenas. Los adolescentes indígenas entre 12 y 18 años entran a la fuerza laboral en mayor proporción y sobrepasan varias veces las tasas de entrada de los no indígenas.

EN 1989 Y 2002, la escolaridad tenía un efecto significativo y positivo en los ingresos. El retorno de un año de escolaridad para los no indígenas es de 9.4 por ciento, mientras que para los indígenas es de 6.4 por ciento. Esto significa que de nueve años de escolaridad, por ejemplo, los salarios de los no indígenas se incrementarán 85 por ciento, mientras que los de los indígenas se incrementarán sólo 58 por ciento.

LA POBLACION INDIGENA tiene 3.7 años menos de escolaridad (5.9) que la no indígena (9.6). El analfabetismo está particularmente concentrado entre la población indígena femenina y afecta a una de cada cuatro mujeres mayores de 35 años. En 2002, 18 por ciento de los no indígenas mayor de 14 años asistía a la escuela, contra 8 por ciento de los indígenas. La educación secundaria y terciaria también es baja entre éstos últimos. En 2001, casi 2 mil 400 escuelas (principalmente en las áreas rurales) proveían educación bilingüe, más del doble que en 1997. A pesar del progreso hecho en la última década, las tasas de deserción escolar son altas, especialmente entre los niños y niñas indígenas rurales.

CERCA DE 30 por ciento de las mujeres indígenas dan a luz en hospitales, contra 55 por ciento de las mujeres no indígenas, lo cual puede tener origen en las diferentes tradiciones culturales pero implica menos acceso a cuidados en caso de complicaciones. Las tasas de cobertura de salud son bajas en general, pero los indígenas en particular tienen menos acceso a la cobertura de salud pública que los no indígenas (10 por ciento comparado con 14 por ciento) así como menos acceso a la cobertura de salud privada (2 contra 5 por ciento) Hasta aquí el Banco Mundial.

EN LA ULTIMA década la economía boliviana ha crecido a una tasa anual promedio de 3.16 por ciento (medio punto porcentual menos que la mexicana), y los indicadores de pobreza van al alza, al igual que las fortunas de las familias más ricas del país y las utilidades de la gran empresa, especialmente la trasnacional, en una dinámica no distinta a la del resto de América Latina.

EN VIA DE mientras, la CEPAL estima que en 2005 la economía boliviana creció alrededor de 3.8 por ciento, un "incremento" de 0.2 puntos porcentuales con respecto a 2004. Para 2006 prevé un "avance" cercano a 3 por ciento. Sin embargo, la citada alza se dio en un contexto de altos precios internacionales de las materias primas, especialmente del gas, controlado, hasta ahora, por empresas trasnacionales como Repsol y Total, de tal suerte que los beneficios no fueron precisamente para los bolivianos.

Las rebanadas del pastel:

El muro de Berlín era ignominioso por atentar contra el "mundo libre", ¿verdad, George?

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