Usted está aquí: lunes 26 de diciembre de 2005 Deportes Saboteada y acosada, la Asociación Nacional de Matadores, en su peor crisis

En sospechosa medida, agrupación de toreros españoles desconoce convenio taurino

Saboteada y acosada, la Asociación Nacional de Matadores, en su peor crisis

¿A quién beneficia este rechazo al acuerdo firmado hace apenas tres meses?

LEONARDO PAEZ

Ampliar la imagen Antonio Bricio, otro torero desaprovechado FOTO Rafael S�hez de Icaza Foto: Rafael S�hez de Icaza

En medio del grave deterioro que sufre el país, debido antes que a factores externos a una clase política descerebrada y a una ciudadanía indiferente y desinformada, era imposible que la fiesta de los toros permaneciese al margen de tamaña descomposición.

El contexto de ilegalidad e impunidades que ha caracterizado a los sexenios neoliberales y seudomodernizadores, contribuye eficazmente a que la tradición taurina de México siga a merced de una autorregulación desbocada a cargo de empresas con evidentes intereses extrataurinos, sin que reglamentos, convenios ni autoridades sirvan para acotar esta frívola cuanto colonizada concepción del espectáculo.

Acosada por la empresa de la Plaza México, a la que secundan el resto de los empresarios del país y los subalternos, y saboteada por la mayoría de los medios, la Asociación Nacional de Matadores obtuvo, luego de años de indecisión, el consenso entre sus asociados para poner un hasta aquí a las violaciones al convenio taurino hispano-mexicano, vigente desde noviembre de 1990 y ratificado y actualizado apenas en septiembre de 2005.

Convertido en repentino promotor del arte del rejoneo, el empresario de la Plaza México decidió, al igual que el año pasado, anunciar para la séptima corrida de la actual temporada grande, a dos toreros españoles de a pie, con cuatro toros, y a un matador mexicano de a pie y a otro de a caballo, con tres toros, contraviniendo una vez más lo establecido en el citado convenio, que señala que los rejoneadores no podrán hacer número con los de a pie para integrar 50 por ciento de toreros nacionales, en una elemental protección laboral.

Luego de celebrado el festejo, con una entrada paupérrima no obstante aparecer dos "figuras" españolas en el soliviantado cartel, la Asociación de Matadores, en asamblea extraordinaria, decidió suspender por cinco años de sus derechos al matador Humberto Flores y al rejoneador Rodrigo Santos, así como prohibir torear en México, por ese mismo lapso, a los diestros españoles Finito de Córdoba y El Fandi. La misma suerte correrán, advirtió, cuantos alternen con cualquiera de los toreros sancionados.

En su afán de someter a la Asociación de Matadores, la empresa de la México anunció para la novena corrida del serial a Humberto Flores, inhabilitado por su agrupación, y al coleta español Antonio Barrera, quien enterado de la sanción que recibiría si alternaba con aquél, optó por no venir, aduciendo además que había sido amenazado.

El siguiente capítulo de la telenovela Los vaivenes de la autorregulación fue que el 21 de diciembre la Nueva Agrupación de Matadores y Rejoneadores de España, cuyo vicepresidente, el matador José María Plaza, firmó en septiembre pasado el convenio taurino hispano-mexicano, decidió rescindir éste, en defensa de los derechos de su asociado Barrera, aunque en perjuicio de los de El Juli, otro de sus miembros.

Con un descaro envidiable, el comunicado de prensa de la Nueva Agrupación de Matadores concluyó: "Lamentamos profundamente el conflicto suscitado, del que no nos hacemos responsables en tanto que tan sólo exigimos el estricto cumplimiento (sic) de un convenio que, en definitiva, accedimos a firmar en beneficio (resic) de los propios toreros mexicanos. En consecuencia, rescindido el convenio, los toreros españoles se abstendrán de actuar (sicazo) en las plazas mexicanas". Difícil de creer.

Sometidas las asociaciones de empresarios y de subalternos al voluntarismo del promotor de la Plaza México, roto por los españoles un convenio siempre favorable a ellos, con una asociación de ganaderos asustada ante los nuevos embates del empresario y una asociación de matadores sin más fuerza que su frágil unión, hay que preguntar: ¿A quién beneficia la ruptura del inobservado convenio?

Desde luego a los cínicos empresarios taurinos, todavía con cara para exigir la "libre contratación" de matadores cuando en años recientes no han hecho otra cosa que reducir la fiesta brava de México a la frívola importación de toreros y a tres figuras extranjeras: Ponce, Hermoso y El Juli, en detrimento de una búsqueda y consolidación de nuevos valores mexicanos.

¿Logrará Herrerías eliminar a la Asociación de Matadores? ¿Formará otra? ¿Doblarán de nueva cuenta las manos los toreros nacionales? ¿Se abstendrán los españoles de venir? No se pierda el próximo capítulo.

 
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