Usted está aquí: miércoles 28 de diciembre de 2005 Sociedad y Justicia En riesgo, relaciones hidráulicas entre el DF y Edomex: expertos

Podría dañar a otros estados; urge nuevo pacto sobre el tema

En riesgo, relaciones hidráulicas entre el DF y Edomex: expertos

JOSE GALAN

La integración de cuatro cuencas hidrológicas en el centro del país constituyen una región que aún tiene margen de maniobra para enfrentar las presiones por el agua en los próximos años; sin embargo, podría desatarse una crisis ante una posible falla en el sistema, un desastre natural o una radicalización del enfrentamiento político.

Así lo consideran Manuel Perló Cohen, director del Programa de Estudios Universitarios sobre la Ciudad (PUEC), y Arsenio E. González Reynoso, de la fundación Friedrich Ebert, en el trabajo conjunto ¿Guerra por el agua en el valle de México? Estudio sobre las relaciones hidráulicas entre el Distrito Federal y el estado de México, donde sostienen que los escenarios de enfrentamiento son muy variados.

Desde bloqueos de los sistemas de abastecimiento o potabilización por grupos sociales -como el de mujeres mazahuas armadas contra el sistema Cutzamala-, hasta los enfrentamientos intergubernamentales, como la lucha jurídica por la distribución de los recursos disponibles.

La denominada región hidropolitana tiene una integración antropogénica que, consideran, puede ser revertida. Se caracteriza por integrar sistemas de captación, conducción y distribución. Dispone de aguas para aproximadamente 24 millones de personas; es un sistema asimétrico entre zonas de captación y zonas de consumo, no es sustentable, su eficiencia es baja, y su funcionamiento tiene un alto costo económico, político y social.

Su dinámica no obedece únicamente a la demanda de agua en el Distrito Federal, también responde a la de los municipios mexiquenses conurbados a la ciudad de México y de la ciudad de Toluca.

Consideran los autores que también existe la amenaza de enfrentamientos que rebasen el contexto hidráulico y se inserten en la conflictiva y compleja dinámica metropolitana o megalopolitana. Incluso, prevén que el conflicto pueda extenderse a otras entidades.

El Distrito Federal podría reclamar a Hidalgo el acceso al líquido que se ha acumulado en el acuífero de Apan por el efecto de la salida de las aguas negras y pluviales de la cuenca de México desde 1900. A su vez, Michoacán podría reclamar al estado de México y al Distrito Federal el agua que proviene de las presas El Bosque y Tuxpan, que alimentan al sistema Cutzamala. "Tal vez estos reclamos podrían extenderse a otros recursos naturales y fiscales", dicen.

Los investigadores se preguntan: "¿Es exagerado lo anterior?" Responden: "Planteamos escenarios, no predecimos. Precisamente como no esa esto último, podemos plantear acciones para evitar los escenarios más negativos".

¿Qué se puede hacer? Para los autores, el mejor camino no consiste en plantear la creación de un supersistema hidropolitano. "Este objetivo no sería muy realista", reconocen; en cambio, proponen avanzar en una especie de gran acuerdo en algunos puntos en los que coincidan todos -gobiernos, órganos legislativos, partidos políticos, empresarios, organizaciones de la sociedad civil, electores y comunidades.

Para Perló Cohen y González Reynoso, con base en los valores compartidos de la democracia y el desarrollo sustentable, el Distrito Federal y el estado de México se encuentran ante la oportunidad histórica de renovar su pacto hidráulico que, si bien se tejió durante décadas mediante un sistema de partido oficial, presidencialista y centralista, "hoy las condiciones han cambiado". Sostienen que avanzar al respecto requiere una visión de Estado de ambas entidades y, sobre todo, de gobierno federal.

Si los marcos institucionales actuales no han servido para reconfigurar ese pacto, habría que crearlos, para lo cual sólo las entidades en disputa pueden definir el espacio institucional al que todas las partes reconocerían con suficiente autoridad y pertinencia para llegar a acuerdos viables de larga duración.

Advierten que es mucho lo que está en juego para la ciudad de México, pero también para todo el conglomerado que integra la región hidropolitana. "Hablamos de 24 o 25 millones de personas que producen cerca de 35 por ciento del PIB. El agua es un tema central que define el presente y que condicionará el futuro de toda esta región. El tema de las relaciones hidráulicas entre el DF y el estado de México compete también a otras entidades, a los gobiernos municipales y, por supuesto, al federal".

Pero, subrayan, sobre todo se trata de un tema que atañe a toda la población. Por eso el nuevo pacto que debe regir el tema hidráulico es de la incumbencia y la responsabilidad de todos los que estamos aquí.

 
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