Usted está aquí: jueves 29 de diciembre de 2005 Cultura Romper tabúes en torno al arte contemporáneo, meta del recinto

MUSEOS DE MEXICO

Romper tabúes en torno al arte contemporáneo, meta del recinto

FERNANDO CAMACHO SERVIN

Ampliar la imagen Con proyectos como Jugando con Tamayo, la serie de videos contempor�os y el Cyberlounge, el museo busca llegar a p�o de todas las edades FOTO Roberto Garc�Ortiz Foto: Roberto Garc�Ortiz

Quizá el arte moderno no es la máxima atracción de taquilla ni la primera opción de entretenimiento en la ciudad de México, pero aun así el Museo Tamayo representa desde hace más de 20 años una opción para ver algunas de las mejores exposiciones en este ámbito, y su búsqueda de nuevos públicos comienza a dar buenos resultados.

En entrevista con La Jornada, la coordinadora de comunicación del museo, Raquel Montes, explica cuáles son las estrategias que se han aplicado para atraer más gente al Tamayo y romper con la idea de que el arte contemporáneo está destinado a un reducido público de conocedores.

El perfil de los asistentes es de profesionistas o estudiantes de arte y diseño, de entre 18 y 35 años. A diferencia de otros espacios, las visitas de grupos escolares no son frecuentes, pero desde hace algunos años se ha emprendido una campaña de difusión por televisión, radio y carteles para darse a conocer masivamente.

A ello se han sumado los proyectos Jugando con Tamayo -un autobús que viaja a escuelas primarias para divulgar la obra del pintor oaxaqueño-, la serie de videos contemporáneos y el Cyberlounge, cuyo objetivo es atraer a niños y jóvenes.

En promedio, cada fin de semana asisten mil personas al museo, y 500 entre semana, aunque la época del año, así como la naturaleza de las muestras en cartelera, determina si este nivel sube o baja.

De acuerdo con Montes, las tres exposiciones más exitosas del museo en 2005 fueron Tamayo dibujante. 1920-1989 (con un total de 60 mil 855 visitantes), Felicidad indecible. Una selección de arte contemporáneo de China (42 mil 140 personas) y Miquel Barceló (37 mil 420 personas).

Lo anterior comprueba que con una oferta atractiva y en la temporada correcta, el público responde y acude a los museos. En abril y mayo, por ejemplo, el recinto logró atraer a más de 27 mil personas con tres exposiciones.

El efecto Faraón

La cercanía con otros sitios mucho más visitados, como el museo de Antropología, el zoológico o el Castillo de Chapultepec, suele relegar al museo Tamayo a un segundo plano, pero también de esta situación ha sacado provecho.

Faraón, el culto al Sol en el antiguo Egipto, exposición que atrajo a más de 600 mil personas durante su estancia en México, es un ejemplo elocuente del "beneficio colateral" para los recintos vecinos.

"Lo de Faraón es un fenómeno que tal vez se dio porque era un tema espectacular y hasta místico, pero también nos benefició a nosotros porque la gente se acercó al Tamayo y al Museo de Arte Moderno", dice Raquel Montes.

Un recorrido de fin de semana comprobó que, a pesar de la baja en la asistencia a los museos en general, en el Tamayo hay buena afluencia de visitantes, en gran medida por los turistas mexicanos y extranjeros.

Laura y Ramón, estudiantes universitarios de 20 y 23 años, respectivamente, acudieron por primera vez a este museo para ver la obra del artista venezolano Jesús Rafael Soto, porque se lo encargaron en la escuela, y a pesar de que no asisten mucho a recintos culturales, la propuesta y el espacio del lugar les gustaron, por lo que manifestaron su intención de regresar.

Por su parte, Giovanna Vivanco, maestra de inglés de 26 años, decidió aprovechar su día de descanso para dar un tour por los museos de la zona, que ya había visitado antes. Ella y Leticia, ingeniera química de Argentina, coincidieron en su gusto por la muestra de Soto.

Marco Antonio Baltazar, empleado de 43 años y apasionado de la civilización azteca, prefirió Cuatro cuartetos, de Brian Nissen, porque la muestra del artista británico hizo descubrir la estética prehispánica desde un punto de vista distinto.

 
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