Usted está aquí: jueves 29 de diciembre de 2005 Opinión En estas fechas

Olga Harmony /II y última

En estas fechas

En estas fechas muchos de los posibles lectores gozan de merecidas vacaciones, este sabroso paréntesis en las actividades cotidianas en que se puede emplear el tiempo libre, que no el ocio, de muy diversas maneras. Una de ellas, muy evidente, es la lectura, y si en mi entrega pasada sugería como todos los años obsequiar libros de teatro -lo que todavía se puede hacer, dado que en ocasiones vamos con atraso al respecto-, en ésta que gustaría hacer la invitación al autorregalo, a la lectura de textos dramáticos y otros que no lo son, pero que pueden responder a algunas dudas que se tengan respecto al teatro. Si todos deseáramos que el lema de Conaculta en este sexenio, ''Hacia un país de lectores'', se hiciera realidad (naturalmente que prescindiendo de los libros de autoayuda y las obras de esa pareja intelectual -para muchos sucesora de Sartre y Beauvoir- que forman José Luis Borgues y la gran escritora Rabina Gran Tagore), leer un texto dramático puede tener el atractivo para el lector novato de que se está frente a casi puros diálogos, sin las descripciones que para el amante de la literatura, en cambio, son un disfrute. Y para éste, como para el bisoño, encontrarse ante las múltiples situaciones que la imaginación de los autores brinda seguirá siendo un gran atractivo. Esto vale para los mencionados en mi nota anterior y en ésta.

La revisión no tan reciente del teatro para niños que se aleja cada vez más de la ñoñería y los archisabidos cuentos clásicos, para atreverse a nuevas propuestas que les digan algo a los pequeños contemporáneos, logra que se editen muchos textos al respecto. De algunos ya me ocupé y ahora querría yo referirme a dos que contemplan ese antiquísimo arte teatral que es el de los titiriteros. Marionetas de la esquina tras bambalinas, de Lucio Espíndola, Lourdes Pérez Gay y Amaranta Leyva, coordinado por Noé Cárdenas, es un bello volumen con profusión de ilustraciones, editado por Cal y Arena, en que los autores describen con inusitada generosidad -y autocrítica- las soluciones que han ido encontrando en cada una de sus propuestas. Y con dibujos de la propia autora, Editores Mexicanos Unidos presenta seis obras para títeres de la dramaturga Tere Valenzuela, que pueden ser gran apoyo para maestros de niños de siete años en adelante.

A los ya, afortunadamente, varios premios de dramaturgia se añade el Víctor Hugo Rascón Banda, instituido por la Universidad Autónoma de Nuevo León y el Consejo para la Cultura y las Artes de ese estado, el cual se entregó por primera vez este año a Estela Leñero Franco, por El codex Romanoff, obra de gula, aventuras y viajes al interior de la vocación; ambas entidades la editaron y se anuncia su próximo estreno para la UNAM. Dedicado al titular del concurso, Escenología editó El teatro de Rascón Banda, voces en el umbral, que reúne textos de estudiosos estadunidenses y mexicanos, compilados por la infatigable Jacqueline E. Bixler y por Stuart A. Day, cuyo ejemplar tengo por gentileza de Patricia Pineda. Y si el lector desea aproximaciones teóricas, puede consultar El drama ausente, otros paradigmas, el tomito editado por Conaculta-Helénico, y Anónimo dramas, coordinado por Luis Mario Moncada y Edgar Chías, a partir del cuarto Encuentro Internacional de la Dramaturgia Contemporánea, con textos -algunos de ellos- de pensadores imprescindibles, y que incluye bibliografía y biografías mínimas de los variopintos antologados.

El dramaturgo e investigador Enrique Mijares me entregó dos volúmenes. Uno de ellos, con cuatro obras propias, bajo el título general Adictos a la vida, de clara intención didáctica; dichas obras son, con la que da título el volumen, Sex o no sex, Lobo del hombre y Sufragio efectivo, en las que el autor duranguense muestra su afición por la intertextualidad. El número 15 de la colección Teatro de la Frontera, dirigida y prologada por Mijares, corresponde a la disímbola obra de Virginia Hernández, entre las que se cuenta Border santo, en la que, en esta edición, por fin reconoce los textos tomados de Juan Rulfo y Oscar Liera.

Además deseo agradecer al licenciado Manuel Laredo Laredo el obsequio de los cinco primeros volúmenes del Premio Manuel Herrera Castañeda de San Luis Potosí y a Francisco Beverido los devedé del aniversario de Candilejas y de las memorias del Teatro de la Alacena y de la 24 Muestra Nacional de Teatro.

 
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