Usted está aquí: martes 3 de enero de 2006 Espectáculos En el corazón de la luna une a Farka y Diabaté, genios musicales de Africa

Discos Corasón emprende un proyecto para difundir las tradiciones del continente

En el corazón de la luna une a Farka y Diabaté, genios musicales de Africa

El disco está en el primer lugar de las listas de Europa desde mayo de 2005

Abrieron una caja de tesoros; una interpretación casi sobrenatural, califica el diaro británico The Independent

JUAN JOSE OLIVARES

En el corazón de la luna es un documento sonoro que ya está disponible en el mercado para los melómanos mexicanos. Es un disco de dueto entre la guitarra de Ali Farka Touré y el kora (arpa de 21 cuerdas que es el instrumento más tradicional de Africa occidental) de Toumani Diabaté, quienes utilizando un estudio móvil en los bancos del río Níger, en Bamako, Malí, "abrieron una caja de tesoros para revelar algunas de las improvisaciones más finas que jamás se puedan escuchar, con una interpretación casi sobrenatural", como calificó el encuentro el diario británico The Independent.

Con la reunión de Farka y Diabaté, dos de las figuras más importantes de la música tradicional africana, Discos Corasón, empieza un nuevo proyecto de siete meses de producción de discos, festivales, giras y documentales que presentarán la "riqueza de la música africana contemporánea y su importancia en la cultura musical del mundo".

El originario de Bamako, Malí, Toumani Diabaté toca la kora, igual que su papá, el legendario Sidike Diabaté. Después de la muerte de su padre, Toumani asumió el papel de máximo intérprete de este instrumento, lugar que ha sido reconocido con importantes premios africanos. Sin embargo, Toumani es también el músico maliense más atrevido en su acercamiento con otros estilos musicales; es un artista sumamente creativo e inquieto que no ve ninguna contradicción entre su papel como griot, o trovador tradicional, y creador de una música que se desvía del folclor.

Músico internacional

Toumani ha hecho muchas grabaciones dentro y fuera de Africa, incluyendo dos discos de fusión con el grupo español Ketama y uno con el bluesero Taj Mahal, sin contar con su bagaje de ediciones de música tradicional.

En los inicios de 2005 comenzó a trabajar con el productor inglés Nick Gold, con quien grabó dos discos muy distintos: En el corazón de la luna y otro con su propia agrupación, la Symmetric Orquesta. Además de sus colaboraciones con otras dos estrellas de la música africana Salif Keita, ganador de un premio Grammy, y Kasse Mady Diabaté, nominado al mismo premio.

Por su parte, Alí Farka nacido al noreste de Malí, no proviene de una tradición griot, pero sí de un linaje noble que se ha enfocado en recitar hechos notables y proverbios. Se considera hijo del río y un campesino. (En la tradición musulmana se cree que en el río hay un mundo de espíritus.) Fue el décimo hijo y el único que sobrevivió.

No recibió educación formal y el cultivo de la tierra absorbió su niñez. Luego fue aprendiz de sastre, chofer y mecánico, pero la música lo hipnotizaba, sobre todo la tocada en las ceremonias espirituales, en las que se interpretaban instrumentos como el djerkel (guitarra de un cuerda), el njarka (violín de una cuerda) o el n´goni (laúd de cuatro cuerdas). A los 12 años aprendió a tocar su primer instrumento, el djerkel (que más tarde regalaría al músico y productor estadunidense Ry Cooder).

Aprendió a manejar siete lenguas malienses y a dominar al n´ goni, el njarka y la flauta de bambú. "Necesitaba conocer la música y amarla a través de los muchos héroes fallecidos y los que siguen vivos en esta tierra", asegura Farka.

Durante un viaje, en 1956, asistió a un espectáculo donde escuchó al guitarrista Keita Fodeba. "Juré tocar guitarra; no la conocía, pero me gustaba mucho, sentí que podía volcarme en ella". Comenzó a tocar con guitarras prestadas y encontró que era fácil traducir la técnica de los instrumentos tradicionales a la guitarra occidental. En un viaje a Bulgaria se compró su primera guitarra.

Ali Farka fue uno de los primeros artistas malienses, luego de la independencia de Francia, en ser comercializado. Cuatro de las canciones de su primer trabajo están incluidas en este álbum. Continuó grabando en su tierra y enviando cintas a París hasta completar siete discos de larga duración; cinco de ellos difíciles de encontrar.

Reunir a Toumani y Ali es, como plantean los editores de Discos Corasón, combinar en México a un virtuoso del son huasteco con otro de la trova yucateca. "Conocí a Toumani desde niño porque trabajé con su padre. Hoy lo conozco como artista. Tiene la clave de la música maliense. No necesito ensayar con él, aunque vengamos de diferentes tradiciones; tengo como él, la música en la piel. La música es lo que calma mi sed".

Los dos músicos entraron en un estudio improvisado sin tener muy claro qué iba a resultar de ese encuentro.

Todo fue muy natural; escogieron temas tradicionales mandé que Alí conocía por ser la música que se difundía en todo Malí en los años cuando terminaba el colonialismo y empezaba la Independencia. Toumani Diabaté conoce muy bien este repertorio porque muchos de los temas fueron popularizados por su papá. En una sola tarde los dos músicos grabaron material suficiente para un disco completo.

En el corazón de la luna fue lanzado en Europa en mayo del año pasado. Se colocó de inmediato en el número uno de la lista de éxitos de la radio europea ,y cuatro meses después sigue en ese lugar.

 
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