Usted está aquí: miércoles 4 de enero de 2006 Sociedad y Justicia Unos 6 millones de niños de AL y el Caribe sufren violencia, revela Unicef

México, una de las naciones donde hay más desigualdad en servicios de salud, señala

Unos 6 millones de niños de AL y el Caribe sufren violencia, revela Unicef

KARINA AVILES

En América Latina y el Caribe se registran las tasas de homicidio más altas del planeta después de Africa, lo que muestra la magnitud de la violencia en esta región, donde unos 6 millones de niños sufren actos violentos, abandono y abuso grave, advierte el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

En el estudio Estado mundial de la infancia correspondiente a los países latinoamericanos y caribeños, el organismo alerta que 80 mil niños mueren anualmente como resultado de los abusos de los padres o parientes.

Lo anterior, destaca, debe "ser una poderosa razón para que los países asuman la violencia en el ámbito familiar como un problema de gran magnitud, cuya atención integral no es posible seguir posponiendo".

Señala que las consecuencias de la violencia son devastadoras para la niñez porque, además de que se puede llegar al asesinato, "el resultado más habitual es una infancia con una salud física y mental precaria, privada de su derecho a la educación y la esperanza".

En el informe, el organismo enfatiza que en esta región es donde se dan las mayores desigualdades a nivel mundial, en cuanto a los ingresos familiares, lo que repercute en el acceso a la salud, a la educación y a otros servicios sociales.

Entre los niños y niñas afectados están los que carecen de certificado de nacimiento, los refugiados y desplazados, los huérfanos, los que viven y trabajan en las calles, los que están privados de libertad, los que se casan a temprana edad, los que trabajan en labores peligrosas, los discapacitados, los que son víctimas de la violencia, la explotación sexual y la trata.

Expresa que en la región hay 96 millones de personas que viven en condiciones de indigencia, de las cuales 41 millones son menores entre cero y 12 años, y 15 millones de adolescentes entre 13 y 19 años. Lo anterior indica que dos de cada cinco personas en extrema pobreza son niños y niñas.

El país con la mayor desigualdad en la mortalidad de menores de cinco años es Perú, donde los pequeños que pertenecen al quintil más pobre de la población tienen cinco veces más probabilidades de morir antes de cumplir cinco años.

Otro ejemplo de la desigualdad, en el acceso a la salud, es el caso de México, donde se estima que hay 96.3 médicos por cada 100 mil personas a nivel nacional. En contraste, sólo hay 13.8 médicos por 100 mil habitantes en las zonas, donde los pueblos indígenas representan hasta 40 por ciento o más de la población, apunta.

El trabajo infantil es otro subproducto de la pobreza y la falta de igualdad. En Haití se descubrió que los trabajadores domésticos de 15 años eran en promedio unos cuatro centímetros más cortos de talla y pesaban 20 kilos menos que los niños de 15 años de la misma zona que no laboraban en el servicio doméstico, añade.

En El Salvador, un estudio mostró que 66 por ciento de los niños que trabajaban en el servicio doméstico habían sufrido abusos físicos o sicológicos, muchos de ellos de tipo sexual.

Unicef enfatiza que la primera decisión para formular medidas apropiadas para los niños excluidos e invisibles es la de realizar análisis minuciosos sobre la situación por la que atraviesan, sobre sus raíces y causas más próximas, sobre la magnitud y características de los diferentes grupos. De estos diagnósticos fundamentales se debe partir con el propósito de diseñar políticas, programas y servicios destinados a satisfacer sus derechos.

 
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