Usted está aquí: domingo 8 de enero de 2006 Cultura Medio millón de visitantes en 2005

MUSEOS DE MEXICO

Medio millón de visitantes en 2005

Alrededor de medio millón personas, en su mayoría estudiantes, acudieron durante 2005 a la zona arqueológica y al museo de sitio del Templo Mayor para adentrarse en el misterio y conocimiento de la civilización mexica que habitó en la antigua Tenochtitlán.

Si bien los trabajos diversos -cambio de cableado, remozamiento de calles y edificios- que se realizan en las inmediaciones del histórico lugar propiciaron en años recientes una disminución de la afluencia turística, 2005 culminó con un repunte de asistencia en el área prehispánica.

Los estudiantes, desde los pequeños de prescolar hasta los universitarios, suman 65 por ciento de los visitantes; otro 25 lo forman los turistas nacionales adultos, y los extranjeros apenas llegan a 10 por ciento.

Los domingos, día de mayor afluencia nacional, contrasta con los pocos extranjeros que deambulan tranquilamente por la zona en días laborables para los capitalinos.

Ante la gran maqueta que recibe a los turistas al cruzar las puertas del museo, un niño pregunta a su padre: "¿Así era antes?" Y por única respuesta escucha un "sí, quédate quieto", pero no recibe ningún comentario sobre las pequeñas construcciones que observa y hacen que camine sin entenderlo alrededor de la réplica del Templo Mayor.

De nuevo, el pequeño regresa al lado de su padre y señala con el dedo índice hacia la pirámide, tras lo cual tampoco recibe respuesta porque el adulto continúa viendo con atención, sin hallar, al parecer, ningún argumento para explicar el origen y simbolismo de esas construcciones.

Al mismo lugar, que tiene cédulas informativas con datos sobre cada edificación del centro ceremonial, llega una italiana a quien su guía, compañero o cuate comenta: "En aquellos tiempos la gente se transportaba en canoas porque el agua rodeaba la zona y también eran unos guerreros importantes", y en seguida lee las frases escritas con grandes letras a espaldas de la maqueta.

"Orgullosa de sí misma se levanta la ciudad de México-Tenochtitlán aquí nadie teme la muerte en la guerra. Esta es nuestra gloria."

Y reprende a su alumna porque dirigió la mirada hacia otro lugar que llamó su atención. Tras ello, se dirigen rápidamente al costado derecho para iniciar el recorrido por la exposición permanente, cuyo sentido es el mismo que otorgaron los arquitectos mexicas al Templo Mayor.

Otro grupo de jóvenes estudiantes, con bolígrafo y cuaderno en mano, se detiene para observar las piezas dedicadas al culto del dios Huitzilopochtli, así como los instrumentos y las ofrendas que merecen un espacio para presentar su trabajo escolar; mientras caminan comentan entre sí las similitudes que guardan los restos arqueológicos que resguarda el museo y aquellos que se encuentran afuera, en su lugar original.

Cerca de ahí, un turista estadunidense que inició el recorrido ante las múltiples máscaras de la exposición temporal, sonríe cuando el guía le dice que cada una de esas extrañas caretas son utilizadas por la gente en algunas festividades.

Al preguntar para qué sirven, recibe la explicación sobre el significado de ellas en las danzas y las celebraciones de algunos pueblos en México. Tras expresar un "¡Ah!" sin convicción, camina unos pasos más y se detiene ante una careta que parece demonio con cuernos, prominente dentadura y muecas distorsionadas, y el guía ataja la curiosidad de su acompañante e inicia una nueva explicación.

Ana Mónica Rodríguez

 
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