Usted está aquí: martes 10 de enero de 2006 Política Contratado por seis años, el gabinetazo sólo ha incubado ambiciones políticas

El llamado gabinete Montessori comenzó a desmantelarse desde principios de 2002

Contratado por seis años, el gabinetazo sólo ha incubado ambiciones políticas

Ni "el mejor secretario de Agricultura" pudo cosechar la candidatura panista por Guanajuato

ROSA ELVIRA VARGAS

En el vocabulario del presidente Vicente Fox no existe la palabra "despido". En los mensajes, siempre videograbados, que dirige cuando realiza un relevo en su gabinete, el mandatario jamás menciona que él hubiere dispuesto la salida de algún funcionario. Todos se van, él no los echa.

Pareciera que, de ese modo, el Presidente ha buscado ser congruente con aquella máxima acuñada desde sus tiempos de gobernador de Guanajuato: "Yo contrato por seis años". Esto, a pesar de que él mismo dimitió de ese encargo para buscar la candidatura presidencial por el Partido Acción Nacional (PAN).

Apenas un año, y literalmente a trompicones, se mantuvo el gabinetazo original del que se sentía tan ufano. Iniciado 2002, sobrevinieron los primeros cambios en el equipo de trabajo, y de manera acusada en aquellas instancias creadas ex profeso como "oficinas de coordinación" de la Presidencia.

Aunque casi de inmediato los perfiles, procedencias laborales y las constantes contradicciones del nuevo equipo gobernante generaron fuertes críticas y descalificaciones -hasta llegar a acarrearse el mote de gabinete Montessori, con gran ofensa para esta corriente pedagógica- el mandatario reiteraba su confianza absoluta en los integrantes de su equipazo.

Al principio de 2002 se produjeron los primeros cambios, con la salida del ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México José Sarukhán de la coordinación del gabinete de Desarrollo Social y Humano; la salida de Adolfo Aguilar Zinser, hoy finado, de la coordinación del gabinete de Orden y Respeto para hacerse cargo de la embajada de México ante Naciones Unidas, y el encargado de la oficina para la Alianza Ciudadana, Rodolfo Elizondo, pasó a ser el vocero de Los Pinos. Hoy es secretario de Turismo.

A mediados de enero de 2003, el canciller Jorge G. Castañeda salió del equipo foxista, aunque previamente había "filtrado" su decisión a la prensa extranjera. Hacía varios meses ya que se conocían sus diferencias con buena parte del gabinete, sus desplantes ante el propio mandatario, incluso en foros y giras internacionales, y hasta sus pretensiones de ocupar ya fuera la Secretaría de Gobernación o la de Educación Pública.

El 11 de enero Castañeda fue relevado por Luis Ernesto Derbez, quien dejó la titularidad de la Secretaría de Economía. En esa ocasión, sin embargo, el mandatario buscó tranquilizar no a la ciudadanía, sino a su propio equipo de trabajo. Les dijo que juntos realizaban una "revolución silenciosa" y les pidió "no distraerse con el mucho ruido, los muchos cohetes y las muchas luces de bengala que circulan allá afuera, haciendo señalamientos que no corresponden a la realidad que nosotros vivimos dentro".

Pero el tercer año de la era foxista sería acaso el de mayores salidas en el gabinetazo, en parte por la búsqueda de posiciones en la cámara baja y gubernaturas en disputa en 2003. Al iniciar abril se anunció la salida de María Teresa Herrera de la Secretaría de la Reforma Agraria y de Francisco Barrio de la Contraloría, quienes fueron remplazados por Florencio Salazar Adame y por Eduardo Romero Ramos, respectivamente.

Justamente el sonado revés al partido del mandatario en los comicios del 6 de julio llevaría a Fox a disponer, aunque no de inmediato, otros cambios en su gabinete, a cuya imagen y resultados se atribuyó buena parte del desencanto ciudadano.

A fines de julio, Rodolfo Elizondo, quien fungía como vocero de Los Pinos sustituyó a Leticia Navarro en la Secretaría de Turismo.

Meses más tarde, después del tercer Informe de Gobierno, en septiembre, dejaron el gabinetazo los secretarios de Energía, Ernesto Martens, y de Medio Ambiente, Víctor Lichtinger, y en su lugar entraron dos prominentes panistas -y luego aspirantes a la candidatura presidencial- Felipe Calderón Hinojosa y Alberto Cárdenas Jiménez.

En 2004, si bien no tan numerosos, los reacomodos sí ocurrieron en dependencias claves y llegaron a ser considerados como cismas dentro del gobierno de Vicente Fox. En junio, y luego de una reconvención pública por su anticipado destape hacia la candidatura presidencial por el PAN -acaso la única lanzada por el mandatario contra un miembro de su equipo de trabajo-, Calderón Hinojosa dejó la Secretaría de Energía al neoleonés Fernando Elizondo.

Y un mes después saldría el poderoso secretario particular y vocero de Los Pinos, Alfonso Durazo, quien dejó en su despedida serios señalamientos contra las aspiraciones políticas de Marta Sahagún de Fox.

En septiembre y con la jubilación como argumento, Alejandro Gertz Manero dimitió a la Secretaría de Seguridad Pública para ser relevado por el gran amigo del presidente Fox, Ramón Martín Huerta.

Pero el penúltimo año de la gestión foxista, 2005, también fue prolífico en cambios, algunos por renuncia para satisfacer aspiraciones políticas y uno más, el de Ramón Martín Huerta en septiembre, debido a la tragedia de su muerte al caer el helicóptero en el que viajaba junto con otros siete funcionarios federales. Lo sustituyó Eduardo Medina Mora.

A finales de abril, cuando el presidente Fox tomó la "decisión de Estado" de dejar sin efecto el proceso judicial contra el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, el general Rafael Macedo de la Concha dejó la titularidad de la Procuraduría General de la República y hoy es agregado militar en Roma. En su lugar quedó Daniel Cabeza de Vaca, guanajuatense y especialista en derecho notarial.

En junio, Alberto Cárdenas deja la Semarnat para lanzarse en pos de la candidatura blanquiazul a la Presidencia de la República, quien -como Santiago Creel- perdió ante Felipe Calderón. En su lugar quedó el ex líder panista del Distrito Federal, José Luis Luege.

Del mismo modo, y en medio de serios cuestionamientos por su gestión y la entrega de concesiones para la apertura de casinos, Creel renunció a la Secretaría de Gobernación y lo sustituyó Carlos Abascal, procedente de la Secretaría del Trabajo, cuya titularidad quedó en manos de Francisco Salazar.

Por la ruta de buscar un cargo de elección popular, en septiembre Fernando Elizondo se fue de la Secretaría de Energía y a esa vacante fue llamado desde Economía, Fernando Canales Clariond, y en su lugar entró Sergio García de Alba.

En ese paquete entró Javier Usabiaga, "el mejor secretario de Agricultura" que jamás haya tenido México, según frecuentes expresiones del Presidente. Sin embargo, el guanajuatense y poderoso agricultor no logró convencer de su capacidad a sus paisanos, quienes le dieron la espalda en su intención de ser candidato blanquiazul a la gubernatura.

Y todavía en octubre, Santiago Levy dejó la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social, y lo sustituyó Fernando Flores Pérez.

Este día, el presidente Fox anuncia los que, asegura su equipo cercano, serán los últimos. Sin embargo, aún restan 10 meses a su administración.

El último cambio en el gabinete se produjo el viernes pasado con la renuncia de Josefina Vázquez Mota a la Secretaría de Desarrollo Social y la controvertida asunción de Ana Teresa Aranda.

 
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