Usted está aquí: sábado 14 de enero de 2006 Cultura Mozart sinfónico

Mozart sinfónico

Las noticias en torno de Wolfgang Amadeus Mozart se multiplican todo enero del año de su cumpleaños 250.

La celebración central en México ocurrirá de manera espléndida, pues además de que significará el retorno en grande del arte del jazz a uno de los mejores recintos en el planeta para escuchar música, la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl, el concierto conmemorativo central se efectuará de una manera mozartianísima, con la banda del compositor y pianista estadunidense Uri Caine, quien entablará los célebres juegos de sonido mozartianos con una combinación de instrumentos acústicos y electrónicos, que incluyen violines, maderas y una tornamesa activada por un díyei, todo eso la noche del 27 de enero (las taquillas están abiertas en la sala Nezahualcóyotl, mayor información en www.musicaunam.net).

Mientras tanto, los anaqueles de novedades discográficas esplenden con las múltiples ediciones conmemorativas, rediciones y grabaciones especiales con la obra integral del compositor de Salzburgo o bien con volúmenes dedicados a alguno de los capítulos del vasto territorio de entre las 626 partituras legadas por el arcángel Mozart en sus 35 años de tránsito terreno.

Entre esas ediciones destaca una caja espléndida que reúne todas las sinfonías mozartianas, dirigidas todas ellas por la batuta por excelencia en ese repertorio, el austriaco Karl Bohm (Graz, 1894-Salzburgo, 1981), siempre con la mejor orquesta del mundo, la Filarmónica de Berlín.

A diferencia de otros compositores cuya producción sinfónica revela una evolución estilística, temática y organizativa de sus materiales y herramientas, las 41 sinfonías de Mozart aglutinan el completo conglomerado de sus ideas sonoras sin un orden cronológico, salvo en el obvio aspecto instrumental, donde la orquesta va creciendo en número y complejidades conforme crece la numerología mozartiana.

La primera sinfonía de Mozart la escribió cuando tenía nueve años de edad y dejó de hacer sinfonías tres años antes de morir. Un ejemplo de la integridad de su escritura sinfónica está presente precisamente en su primera y en su última sinfonías, pues en la primera de ellas, en particular en el movimiento lento, Mozart desarrolla sonidos y modulaciones que anticipan la última obra que escribió en su vida, el Requiem.

Lo anterior lo hizo notar el propio director, Karl Bohm, quien fue experto en un repertorio sumamente amplio que abarcó las partituras más delicadas y las más complejas, pero en especial consagró toda su vida a estudiar, asimilar y transmitir la magia entera y el encanto irresistible de la música de su paisano Mozart.

Bajo el sello Deutsche Gramophon, se consiguen por separado todas estas obras y juntas en una caja de 10 discos compactos con las 41 sinfonías ''oficiales" más otras cinco, un total que amerita el título de toda la caja: Mozart. 46 Symphonien.

Las sinfonías conforman el eje de la vida de Mozart, llena de curiosidad, inventiva, fantasía y misterio. Como ningún otro compositor en la historia, incursionó en todos los géneros musicales, pero es en la sinfonía donde despliega su poética de manera contundente.

No sólo la renovación de las formas musicales hasta entonces conocidas están plasmadas en su trayectoria sinfónica, también la vastedad de su imaginería y la consolidación del género, logro que compartió con su amigo Haydn, autor de 104 sinfonías. Esta caja de compactos es un compendio de la naturaleza humana.

Pablo Espinosa

 
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