Usted está aquí: sábado 14 de enero de 2006 Política EU: ofensivo, equiparar nuestro muro al de Berlín

''El de Alemania fue construido por un gobierno autoritario''

EU: ofensivo, equiparar nuestro muro al de Berlín

Tony Garza reivindica el derecho de esa nación a ''proteger su territorio''

Sugiere a México dar impulso al empleo para desalentar los cruces ilegales

CAROLINA GOMEZ MENA

El embajador de Estados Unidos en México, Antonio Garza, aseguró que las comparaciones entre el muro fronterizo que su gobierno plantea construir y lo que fue el muro de Berlín ''no sólo son engañosas e intelectualmente deshonestas, sino también son una ofensa personal".

Ambas delimitaciones, abundó el diplomático, no tienen parangón, por lo que no se vale ''igualar actos de tiranos a los de un pueblo libre''.

El muro de Berlín, añadió, ''fue construido por un gobierno autoritario para mantener confinado a un pueblo''. En contraste, "nuestro gobierno democráticamente electo" lo que hace es proponer "métodos para proteger a sus propios ciudadanos y para aplicar nuestras leyes migratorias".

Nadie, señaló, recuerda a ''olas de personas trepando el muro de Berlín para dirigirse al este''.

En una misiva dada a conocer por la representación diplomática estadunidense, en la que Garza realiza un extenso análisis de los puntos en que México y Estados Unidos han coincidido en el tema migratorio, el representante estadunidense se mostró sorprendido de que ''dos países que mantienen una relación de tan grande magnitud y profundidad puedan sacar conclusiones diferentes'' ante un mismo hecho: los cruces ilegales.

En el documento, Garza subrayó: "no existe el derecho humano de ingresar a otro país violando sus leyes", y acotó que aun cuando Estados Unidos ''ha permitido el ingreso de miles y miles de personas que huyen de regímenes opresores en busca de asilo'', éste siempre se ha otorgado mediante un "proceso legal".

En aras de preservar su soberanía, enfatizó, cada nación ''tiene el derecho de controlar el ingreso de extranjeros'', y en este punto destacó que México, como país soberano, ''también impone controles migratorios y con frecuencia hace notar, correctamente, que tiene el derecho soberano de crear y aplicar sus propias leyes''.

En su análisis, el diplomático omite la aportación económica que la "migración ilegal" hace a su país (aunque sí dice que observadores han resaltado la necesidad de la mano de obra extranjera, pero bajo reglas).

Garza ponderó que ''las barreras físicas planteadas por la propuesta HR 4437'' no entorpecerán en forma alguna los 300 millones de cruces legales que se verifican cada año a través de los 53 puntos reconocidos a lo largo de la frontera compartida.

La razón para ello, abundó, es que el gobierno estadunidense ha invertido durante el último lustro ''millones de dólares para mejorar la eficiencia de esos cruces y agilizar el pase legítimo de viajeros y bienes comerciales''.

Responsabilidades mexicanas y estadunidenses

El diplomático igualmente expuso que algunos críticos ''no entienden bien nuestro proceso legislativo", puesto que hablan de la propuesta 4437 como si ya tuviera carácter de ley, cuando aún falta el aval del Senado. Además, la iniciativa nunca fue concebida como un intento por sellar la frontera.

''Recientemente, la Cámara aprobó la propuesta de ley 4437, la que aún no es una ley, como erróneamente lo han señalado algunos que quizá no entienden nuestro proceso legislativo, y no es un esfuerzo para cerrar la frontera ni se trata, exclusivamente de levantar bardas. Nadie sugiere un muro de 2 mil millas en la frontera".

De igual manera abordó el tema de las muertes de los migrantes en la frontera y deslindó a su país por ello, pues, a su juicio, el gobierno estadunidense ''realiza un esfuerzo extraordinario para advertir sobre los peligros de cruzar por el desierto o ríos, por disuadir esos intentos y por rescatar a quienes ignoran estas advertencias", todo ello con el fin de evitar esas "trágicas muertes".

México, reprochó, no está haciendo su parte ni en lo que se refiere a generación empleos que retengan a la población ni en desalentar la migración indocumentada. Si hubiera ''mayor esfuerzo'' para desalentar ''los cruces ilegales, otra sería la situación'.

Apremió a "esfuerzos más firmes del gobierno mexicano para crear empleos bien pagados'', lo que "ayudaría a disuadir a muchos de realizar el cruce peligroso e ilegal a los Estados Unidos''.

Punto discordante

Garza fustigó, asimismo, las opiniones de que construir un muro fronterizo es manifestación de xenofobia y racismo.

Calificó esa posiciones de "alegatos perniciosos". Una muestra, argumentó, de que no es así es que en 2005 Estados Unidos ''entregó más de 36 mil visas de inmigrante a ciudadanos mexicanos; además, 940 mil obtuvieron visas y más de 80 mil obtuvieron visas de trabajo''.

Lo anterior, aseveró, demuestra que la suya ''es una de las naciones más abiertas del mundo a la inmigración''.

Los estadunidenses, insistió, ''confían vigorosamente en la inmigración'', pero en la legal. Y es justo en ese punto -indicó Garza- en el que mexicanos y estadunidenses no se ponen de acuerdo.

''Los estadunidenses confían vigorosamente en la inmigración, pero sí hacen la distinción -y es aquí donde estadunidenses y mexicanos a menudo fracasamos en comprendernos el uno al otro- entre migración legal e ilegal".

También señaló que el afán de Estados Unidos por ''controlar la frontera'' es en pro, fundamentalmente, de "enfrentar los retos letales del terrorismo internacional y el crimen transnacional", pero enfatizó que en su país "nadie duda" de que los migrantes ilegales mexicanos ''simplemente están buscando una mejor forma de vida''.

Finalmente Garza menciona que el Congreso de su país trabaja en un programa de trabajo temporal.

 
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