Usted está aquí: domingo 22 de enero de 2006 Opinión A LA MITAD DEL FORO

A LA MITAD DEL FORO

León García Soler

Campañas a paso cansino

Perder el miedo o la cabeza

CABESTREAN O SE AHORCAN. Y los briosos candidatos mascaron el freno. Pasó la tregua y la caballada empieza a paso cansino, entre bostezos de los ciudadanos y el miedo que alientan desde la atalaya. ¡Cuidado con el populismo! En el mundo feliz de la democracia sin topografía hay izquierda responsable y hay izquierda irresponsable, alerta Jorgito Castañeda. Y "Hugo Boss" es el coco que ponen los de la cúpula, de espaldas al año electoral que trae consigo la grata, envidiable, victoria de Michelle Bachelet en Chile.

AH, PERO EL DE Lagos ya era de izquierda responsable, dirían los aspirantes a Savonarolas. También vino la victoria de Evo Morales, para colmo indígena, de la temida "izquierda irresponsable". Tanto que el vicepresidente electo de Bolivia, Alvaro García Linera, académico, marxista, con pasado guerrillero y educado en México, es calificado moderador del nuevo gobierno. ¿Qué objeto tiene asustar a los timoratos con la máscara de populista sobrepuesta a la de centrista que ya se había puesto Andrés Manuel López Obrador? Sólo puede servir para que al final de la carrera volviera a gritar la Chona Guzmán: "Anda vete, desgraciado, ¡vete a robar a tu tierra!"

LOPEZ OBRADOR arrancó en Metlatónoc, en la Montaña, en Guerrero, en las tierras flacas de la guerra en el Edén, donde caminó la legua secuestrado el cacique Rubén Figueroa, popularizador de la frase: "La caballada está flaca". Habló de macroeconomía el que más tarde rememoró a la Chontalpa. De disciplina fiscal habló el del miedo que alientan los del dinero, los del poder real, entre los timoratos. Cauteloso, agarrado a la cabeza de la silla, López Obrador diría: "Quiero que se oiga bien y se oiga lejos: sí habrá economía de mercado, pero el Estado promoverá con decisión el desarrollo social para combatir la desigualdad". En corto, leyó su discurso ante los mixtecos y tlapanecos. Ya habría ocasión para el verbo agitado, para llamar "su alteza serenísima" a Francisco Gil. Discurso leído en Metlatónoc. Cautela y previsión desde el "extremo centro". Y hablan de populismo irresponsable, ponen el coco para asustarse de él.

EN ESTE AÑO de 2006 también los brasileños irán a las urnas. Lula pasó el susto, pareciera haber superado los duros golpes de las corruptelas, el financiamiento de las campañas, los compromisos contraídos con los dueños del dinero. Aunque impera el prejuicio de llamar "clientelismo" al compromiso con los pobres y pacto al contraído con los ricos. Lula vuelve a la senda electoral y aprovecha el tiempo para acordar con Hugo Chávez, Evo Morales y el presidente Kirchner de Argentina la construcción de un formidable ducto para el transporte del gas boliviano. Ambiciosa obra a cargo de los estados del Cono Sur.

EN VENEZUELA el gasto estatal se ha incrementado de 19 por ciento del producto interno bruto en 1999, a más de 30 por ciento en 2004. Y Argentina resolvió liquidar su adeudo con el Fondo Monetario Internacional, definir soberanamente gasto, inversión y el manejo responsable de la cosa pública. A nosotros, aislados por las continuas querellas del gobierno de Fox con los del resto de la América nuestra, nos llega la advertencia de Alan Stoga, socio y consultor de Kissinger Associates, compañero de viaje del aperturismo salinista que derivó a la sana distancia zedillista y se fundió al foxismo de la alternancia. Dice Alan Stoga: "El problema para Estados Unidos es que López Obrador es un populista, nacionalista, contrario a la globalización e instintivamente anti Estados Unidos, en la vieja tradición (...) del PRI." Ojo, dice PRI. Precedido por la precisión: "en la vieja práctica del partido gobernante tradicional de México. El PRI."

LOS DE ARRIBA siempre encuentran el aliado que necesitan. O topan con la desmemoria, podría decir Roberto Madrazo, quien ya se comprometió a recuperar el discurso de la justicia social y establecer una política social de Estado para combatir la pobreza y no limitarse a reducirla con pausa y sin prisas para no agitar a los pregoneros de la disciplina a toda costa. Empieza a paso cansino la campaña presidencial, pero llegan de fuera vientos de fronda. Y el contraveneno de la razón. "Ahora bien, si populismo significa preocuparse por cómo la pasan en la parte baja de las dos terceras partes de la población, entonces el populismo no es algo malo", dice Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía: "Obviamente es inquietante si estos nuevos líderes de la izquierda en la América Latina pretenden que no hay leyes de la economía. Si dicen: puedo entregar resultados sin disponer de recursos, ese es un problema. Pero la cuestión es si las restricciones del FMI son las únicas compatibles con la buena economía. La respuesta a esto es un resonante no."

CON EL MIEDO a los medios basta. Felipe Calderón es un candidato oficial. Sin duda alguna, a pesar de la reticencia a admitir que el PAN es partido en el poder. No digo oficialista: oficial. Con las ventajas que conlleva y la carga de los errores, torpezas, fracasos, exhibiciones de incompetencia, usos y abusos del poder y negocios al amparo del amiguismo, del nepotismo y del unto tradicional que no lo era únicamente del partido de la hegemonía tradicional. Viene de lejos, aunque tenuemente encubierto por el velo de la ingenuidad, de las buenas intenciones. Y de la inconcebible, incorregible percepción de que todo lo público era corrupto y todo lo que hacía mal el gobierno podían hacerlo bien los de la "iniciativa privada". Hacen falta dos para bailar el tango.

FELIPE CALDERON arrancó en cuanto sonó la primera campanada de la medianoche. Subió al carro de la Cenicienta mediática para lucir galas de panista de origen, conservador de cepa, modernizador de la derecha que en España dijeron era el centro al cambiarle de eje al globo terráqueo. No se acostó, pero cuando llegó a Cuatro Caminos escuchó feroz silbatina de rechazo al dirigente estatal del PAN: Gárate por nombre, garante de la restauración de la doctrina, del traspaso del poder del que se hicieron Fox y sus amigos. Felipillo santo no acusó el golpe. Tiene oficio político. Debatir desde las alturas es debatir con ventaja. Lo sabe Calderón. Y mientras Espino sueña que conduce al partido, el candidato a la Presidencia integra sus cuadros y confía en sus jóvenes turcos, con Germán Martínez al frente de los jenízaros.

POR LO PRONTO, empieza su campaña Felipe Calderón. Lento, lerdo arranque, pero con la fe del carbonero y la certeza de que los del poder mediático le dan y darán trato de excepción. Y que los de la jerarquía católica, los purpurados y la clerigalla toda, le brindarán sus bendiciones y prédicas partidistas desde el púlpito. Nada que altere el ánimo conciliador de Bucareli, ni ponga en predicamento a tan buen cristiano como es el secretario de Gobernación, Carlos Abascal. Pero los del poder real que viste sotana lo apoyan al unísono con los del poder real del dinero, los que ponen el coco del populismo y hablan del peligro del retorno inminente del autoritarismo de los gobiernos de PNR, PRM, PRI. Sin excluir al priato tardío, las reformas salinistas que cancelaron la separación Iglesia-Estado, ni la generosa entrega del poder a cargo del doctorcito Zedillo.

QUIEN PIENSE EN desvaríos de jacobino trasnochado, atienda a la ostentosa ausencia del presidente Vicente Fox en el acto solemne con el que se iniciaron los festejos por el bicentenario del natalicio de Benito Juárez. En el Palacio de Minería, presidido por Juan Ramón de la Fuente, rector de la UNAM. Presentes, Ulises Ruiz, gobernador de Oaxaca, Alejandro Encinas, jefe de Gobierno del DF, el senador Enrique Jackson, el diputado Heliodoro Díaz; autoridades y académicos de la República. El titular del Poder Ejecutivo federal envió un representante, un personaje muy menor. Todo ha cambiado, pero los anatemas de Pío XI mantienen a la derecha mexicana, la ultraderecha, los viejos reaccionarios, en el combate imaginario de la nueva revolución cristera, listos para seguir a Pedro el Ermitaño. Cangrejos al compás, marchemos para atrás...

LO DE ROBERTO Madrazo, a tropezones, sin tartajeos. En cuenta que dio a conocer su declaración de bienes. Y no tiembla la tierra, ni hay todavía quien vista sayo franciscano para santificar la pobreza y hacer el elogio de la locura. Nadie ha dicho que no le cree a Madrazo. Pero mal empezó el camino de la recuperación del poder, el compromiso de devolver a Los Pinos la imagen y la visión histórica de Benito Juárez. Por lo menos tan lento como los otros dos del trío mayor. Guardia ante el busto de Luis Donaldo Colosio y breve discurso en Ecatepec, donde hay millones de votos que cosechar de los 7 millones del padrón de la entidad que gobierna Enrique Peña después de haber hecho eficaz campaña política. Mal pero sin miedo, va encontrando su voz.

DISCURSO PROPIO, la reivindicación de lo plural y la recuperación de una política social. No programas, de eficacia probada si se quiere, necesarios desde luego, sino una política de Estado para combatir la pobreza y enfrentar el reto de la enorme desigualdad, la insultante, intolerable inequidad. La economía tiene que crecer. Sólo así se puede aspirar a generar empleos, a ofrecer algo más que la seguridad del salario, uno de verdad, suficiente para cumplir lo que ya establece la norma constitucional. Algo más: la dignidad robada por la desocupación y por la pobreza extrema que empuja al nomadismo de jornaleros agrícolas desamparados por las leyes laborales, emigrantes obligados a navegar el desierto y pasar al otro lado. Un acierto hubo: no son los muros que erigen a lo largo de nuestra frontera, son los muros internos de la pobreza los que tenemos que combatir, que abatir.

HAY 71 MILLONES de votantes con credencial en el padrón electoral. Más de la mitad, ajenos a la contienda por el poder. Ese es el peligro. La democracia como fin que desalienta a los votantes y no como medio para que partidos y candidatos propongan objetivos, programas para solicitar el mandato. De modo que la alternancia no sea patético paréntesis y llegue a enseñorearse el poder del dinero y de la clerigalla para hacer efectivo el gobierno tutor que preveía y temía Alexis de Tocqueville en su Democracia en América.

 
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