Usted está aquí: lunes 23 de enero de 2006 Opinión ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Espectáculo sudaca

EN ESPAÑA SUELEN llamarle sudaca al originario de países sudamericanos, no sólo por la molestia que les causa tanto inmigrante de provecho o no para su floreciente economía, sino para marcar los límites que una xenofobia ancestral establece a la mano de obra barata y a la servidumbre de extranjeros necesitados.

SOLO QUE SUDAMERICA, para los españoles en particular y los europeos en general, empieza en el Río Bravo y acaba en el Río de la Plata, al asumir que Norteamérica se refiere exclusivamente a Estados Unidos y Canadá o, a últimas fechas, al constatar la abierta sumisión del gobierno mexicano a las políticas de Washington.

AHORCADA CON LOS resistentes mecates de su amateurismo, insensibilidad, afán desregulador, dependencia, corrupción, criterio manirroto de inversión, malinchismo, complejo de inferioridad, nuevorriquismo taurino, postración y completa falta de visión de futuro, la empresa de la Plaza México -apenas 13 años de ensayo y error el próximo 23 de mayo-, empieza a resentir las consecuencias de haber reducido la fiesta brava de México a tres nombres importados: Ponce, Hermoso y El Juli.

SI A UNA de estas figuras le da gripa, sufre una cornada o no le conviene el cartel en el que es anunciado, simplemente pone a temblar a los colonizados administradores de la plazota de tienta, que ya no llena con ninguna combinación, incluido el emergente mano a mano de ayer con los maestros César Rincón y Eulalio López El Zotoluco, al lesionarse oportunamente la mano El Juli luego de que la imaginativa empresa lo había anunciado al lado de Manolo Mejía y Enrique El Cuate Espinosa.

¿POR QUE MOTIVOS la aprovincianada plaza registró nuevamente menos de media entrada? Al menos por dos: uno, repetir a los maestros apenas ocho días después de haber actuado juntos, y otro, no contenta con repetirlos, la promotora volvió a hacerlo con toros de la ilusión, propicios para el lucimiento de diestros estilistas, pegapases o de pellizco, no para dominadores del toro serio, bien criado y mejor presentado.

EL TORO DE lidia mexicano es capaz de transmitir emoción y darle trascendencia a lo que con él se haga. Por ello, los descastados, débiles y sosos ejemplares de Bernaldo de Quirós lidiados ayer impidieron el lucimiento real a la confrontación de los maestros latinoamericanos -muy superior el desempeño internacional de Rincón, con seis salidas por la puerta grande de la Plaza de Las Ventas, para que vean por allá cómo saben sudar el terno determinados sudacas.

¿A QUE ATRIBUIR que las inefables empresas mexicanas no hayan contratado con más regularidad al maestro colombiano? Averígüelo Vargas, el hecho lamentable es que para cuando han querido echar mano de su rotunda tauromaquia, el pundonoroso colombiano ya va de salida. Y una pena que Atenco, José Julián Llaguno, Piedras Negras, Las Huertas, Santa María de Xalpa o La Joya, por citar algunos prestigiados hierros, no estén en el elenco ni en el ánimo de un público incapaz de exigir carteles más sustentados.

 
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