Usted está aquí: sábado 28 de enero de 2006 Deportes Nora Toledano, en pos de nuevos retos; el Canal de la Mancha quedó atrás

Tuvo una magia especial; saca de las personas lo mejor y lo peor, señaló la nadadora

Nora Toledano, en pos de nuevos retos; el Canal de la Mancha quedó atrás

Buscará clasificarse en cualquier estatus para participar en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008

ABRIL DEL RIO/I

Al cabo de años de sacrificios y logros, Nora Toledano ha decidido poner fin a sus experiencias en el Canal de la Mancha, o al menos cerrar por largo tiempo ese reto, para abrir las puertas a nuevos proyectos, uno de ellos fortuito, pues ahora se encuentra ante la posibilidad de asistir a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y está convencida de que si no se clasifica como nadadora, participará desde cualquier otro estatus en la justa veraniega.

Trece años han transcurrido desde que Nora Toledano se convirtió en la octava mexicana en nadar el Canal Inglés, del Puerto de Dover, hacia el cabo francés de Cap Gris Nez, uno de los desafíos deportivos más apasionantes, cuyo pionero es Damián Pizá, quien abrió la lista de mexicanos con los dos primeros cruces, en 1953 y 1955.

Desde entonces, entre los 21 nacionales que han completado la hazaña, Nora Toledano es la de mayor experiencia, con 11 cruces en diversas circunstancias; seis veces de manera individual, una de ellas doble, cuando en 1994 fue la única mexicana, primera latina y sexta mundial en realizar la travesía doble, Inglaterra-Francia-Inglaterra, con tiempo de 23:38 horas.

Suma cinco travesías

En relevos suma cinco, es decir una simple y dos dobles. El último cruce fue netamente entre mexicanas, con Patricia Guerra, Patricia Kohlmann, Mónica Ramírez, Minerve Martínez y Ana Paula Escobar, con el que establecieron la segunda mejor marca mundial como equipo, de 20:14 horas, entre el 28 y el 29 de agosto de 2005.

Nora se despidió del canal que tanto conoce por haberlo recorrido además en calidad de entrenadora o asesora de otros cinco nacionales, con una última travesía individual el pasado 2 de septiembre, lo que, más allá de abultar su lista de récords, fue una cita para superar ciertos temores pendientes.

La nadadora de 36 años asegura que su ciclo en el Canal de la Mancha ha terminado y lo resume como un lapso "de aprendizaje, de conocimiento de mí misma, de crecimiento y logros de metas, de aprender a trabajar un proyecto.

"He tenido experiencias que me han dado muchísimas alegrías, otras dolorosas, como la de Fausta Marín", asentó la nadadora al recordar el infortunio que en 1999 llevó a la muerte a su amiga y pupila, a quien dedica un extenso capítulo en su libro A cada brazada; el azul interminable, que escribió con Antonio Argüelles.

"Entre las alegrías, gracias al canal conocí a mi esposo. El hecho de ser mamá y después hacer un cruce para mí era muy importante por dos razones. Yo no había hecho uno individual desde lo de Fausta, y tampoco después de ser mamá.

"Sí te cambia mucho el panorama porque estás más consciente de los peligros, los riesgos. Yo me volví más miedosa, o a lo mejor más precavida. Cada cruce ha tenido un reto distinto a vencer", comentó Toledano, quien había realizado su último cruce individual en 1997.

"Había regresado como entrenadora, pero este año era mi primero individual y tenía un matiz muy distinto. Estaba con mucho miedo y ese era mi reto; superarlo y estar consciente de lo que sucedía en mí. Tenía toda la confianza porque en mi equipo estaba mi esposo, el piloto con el que he hecho la mayoría de mis cruces (Michael Oran).

"Y además todas las chicas del relevo me acompañaron y me bromearon desde la lancha. Esto lo disfruté mucho, y por otro lado fue una travesía como de reflexión, de pensar en qué sigue", comenta Nora, bióloga de la UNAM que desarrolló su tesis sobre el "seguimiento bioquímico durante el programa de entrenamiento de una nadadora de largas distancias".

¿La despedida?

"Sabía que era mi cruce de despedida del canal. Bueno, nadie me lo cree y quizá no fue el último, pero sí me queda claro que por un largo rato no voy a regresar como nadadora", sostuvo Toledano, quien seguirá como asesora de otros mexicanos en busca de la hazaña.

Ella se formó como competidora en pruebas de fondo en albercas y cuenta que desde niña se sintió atraída hacia las aguas abiertas, que le emocionaba saber que había personas que nadaban de un país a otro, aunque desconocía quiénes.

"Era para mí un sueño nadar aquel mar que ni sabía dónde estaba. Quizá para mí era una forma de lograr un reto, y vaya que el canal me lo ha puesto"

Y así se fue planteando la meta. Apoyada por su familia inició con un cruce de Akumal a Cozumel, en 1990. Al año siguiente de Cozumel a Cancún, además de un arduo entrenamiento en las aguas tan frías como las encontró en México antes de emprender hacia el Canal de la Mancha.

De manera alterna a los cruces en el Canal Inglés, en 1995, se ubicó tercera en el maratón alrededor de Manhattan, donde terminó octava en 2001.

En 1998 fue sexta de la Copa Mundial de Maratones FINA (Federación Internacional de Natación Amateur), y en 1999 sexta en el Campeonato Abierto Australiano de Aguas Abiertas.

Para Nora, que no ha cesado su actividad en el agua, pues desde 2004 compite como nadadora master, tanto en piscinas como en aguas abiertas, el Canal de la Mancha empieza a ser historia, aunque siempre tendrá un sentido:

"Es un aprendizaje de ti mismo. El canal para mí tiene una magia especial, esa que saca de las personas lo mejor y lo peor: tu valentía, tu fortaleza, tu coraje, tu determinación, pero también tus miedos, tus debilidades, tus cobardías, tus furias.

"Nunca estás ahí contra la naturaleza. Es un encuentro contigo mismo, porque el principal rival eres tú, y el mayor valor es salir adelante de todo lo que pasas en el camino."

 
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