Usted está aquí: domingo 29 de enero de 2006 Opinión Dos formas opuestas de electrificar

Antonio Gershenson

Dos formas opuestas de electrificar

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) dictaminó que la planta geotérmica de Cerro Prieto sí contamina parte del valle de Mexicali, como lo han planteado numerosos habitantes en diferentes formas. ¿Era técnicamente necesario que contaminara? No, los equipos o procedimientos necesarios para evitarlo cuestan una pequeña fracción del precio de las plantas. Es, simplemente, una política en la que la gente, la población, no cuenta. Y esa política ha predominado durante décadas.

Eso no es todo. Hay un desperdicio de energía. Si el vapor ya no tiene suficiente temperatura para generar electricidad, lo sueltan, contribuyendo además a la contaminación, pues no es un vapor limpio. Según el lugar, ese vapor se puede aprovechar para desalar agua de mar y obtenerla potable, procesar productos agrícolas de la región, inclusive ya siendo agua caliente sirve como calefactor de albercas.

Las diferentes variantes de plantas termoeléctricas pueden generar tres principales contaminantes. Los derivados de azufre, principalmente óxidos, se pueden eliminar de varias formas, tal vez la más económica sea desde la refinería, mediante plantas desulfuradoras. En nuestro país se usa la hidrodesulfuradora, que emplea hidrógeno, pero hay otras tecnologías, inclusive biológicas.

Otros contaminantes son los óxidos de nitrógeno. Uno de los medios para reducirlos es el empleo de quemadores especiales, llamados "de bajo NOx". Y el tercer caso de contaminación son las llamadas partículas suspendidas, o humo. Aunque es común que este último pueda ser eliminado con una buena carburación, cuando sea necesario se usan precipitadores electrostáticos.

Ha habido varios intereses empeñados en que no se usen estos procedimientos, o que se usen lo menos posible: uno de ellos es que el gas natural, que se ha convertido en un gran negocio. Y además de la mentira de que es la forma más barata de generar electricidad, se usa el pretexto ambiental: el gas es limpio.

No es cierto, produce sus propios contaminantes: óxidos de nitrógeno también, metano por la combustión incompleta y bióxido de carbono. Lo que pasa es que el combustóleo y el diesel los produce Petróleos Mexicanos (Pemex), se lo tienen que comprar al mismo y no puede haber concurso ni concursante ganador y agradecido. Por eso prefieren gas o carbón, aunque el carbón contamine más. La alternativa es reducir los contaminantes a fondo. Generar electricidad, aprovechar eficientemente la energía y proteger a la población de la contaminación y de otros problemas.

Hay otro elemento que contrapone las dos políticas. Actualmente, para una nueva obra se trae a una empresa con "sus" trabajadores. No se contrata personal de la localidad. Esa empresa quiere terminar su obra y lo demás no le importa. Consecuencias:

Un tiradero de los desperdicios. En Petacalco, Guerrero, inclusive los tiraron al mar, dando un serio golpe a la economía de los pescadores. Con la planta en operación, en ese mismo caso, la lluvia ácida, generada por la quema del combustóleo sin limpieza alguna, acabó con varias especies de árboles, y luego la ceniza del carbón (es planta dual) afectó a otras. Los daños ambientales se multiplicaron.

El impacto social. El hecho de llegar a la localidad con numerosos trabajadores del exterior distorsiona la economía natural. El pescador no sólo ve reducirse la pesca, sino que ve que puede venderles refrescos a los trabajadores del exterior. De modo que los agricultores y otros que vivían de los recursos naturales del lugar, tuvieron que adoptar otras ocupaciones, que tal vez por un tiempo les rindan más dinero, aunque éste se vaya con demasiada facilidad. Y cuando se termina la obra y se van los trabajadores del exterior, lo único que queda es el desempleo y la miseria.

La alternativa a este sistema, vigente durante tanto tiempo, consiste en emplear mano de obra local; cuidar los recursos naturales de la región, y consensuar con la población los mejores medios de llevar a cabo los proyectos, que no necesariamente tienen que limitarse a la generación de electricidad, sino que deben permitir el aprovechamiento de la energía excedente.

El cambio es posible. De hecho, ya ha sido llevado a cabo en pequeña escala en algunos casos.

 
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