La Jornada Semanal,   domingo 29 de enero  de 2006        núm. 569
CINEXCUSAS
Luis Tovar
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 POLÍTICA DE PELÍCULA (II Y ÚLTIMA)

El citado artículo 226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, transcrito aquí hace una semana, se aprobó en la Cámara de Diputados el 13 de diciembre de 2005 y fue publicado el 29 del mismo mes, por lo cual entró en vigor a partir del primer día del presente año. Comparado con las normalmente matusalénicas esperas que por lo regular sufren infinidad de iniciativas de ley, tan sólo para ser votadas en un pleno, un lapso así de breve —dieciocho días entre aprobación y aplicación— podría su-gerir que esta película no estaba sucediendo en México. ¿Una Cámara baja de súbito expedita, eficiente y sensible a un asunto relacionado con la cultura? ¿Una Secretaría de Hacienda —en este caso responsable de publicar el artículo en el Diario Oficial de la Federación— diligente a pesar de que no se trataba de fobaproas u oficiosas exoneraciones a hijos incómodos? ¡Órale!, como decía el payaso televisivo aquel que ya sin maquillaje sigue haciendo lo mismo pero según él en serio.

Política de película. Vertiginoso avance de la trama, como suele suceder poco más o menos cuando un filme de duración y ritmo estándar lleva una hora y los entuertos tienden a desfacerse. Pero no hay que irse con la finta porque tanta celeridad es aparente, pues esa hora previa de historia que no avanza duró la pequeña eternidad de un año.

Es mejor el remake

Es como si Uno hubiera llegado tarde al cine y no entendiera bien de qué se trata la película, porque resulta que la reforma al 226 ya había sido aprobada con anterioridad y apareció en el DOF hace poco más de un año, el 1 de diciembre de 2004; por consecuencia, entró en vigor el primer día de 2005, exactamente un año antes que esta última vez.

Alfredo Joskowicz, coprotagonista, le explicó a Columba Vértiz, de Proceso, que en el texto de la reforma al artículo debía cambiarse la palabra "deducción" por "acreditación". Además era necesario que la Unidad de Política de Ingresos de Hacienda aclarara cierto tecnicismo cuya oscuridad impedía aplicar el artículo. Y entonces Joskowicz se volvió Penélope, pues "me pasé cinco meses (...) esperando respuesta, y al no recibirme los funcionarios (...) solicitamos que nos contestaran por escrito. Esa respuesta tardó dos meses más (...) Finalmente me recibió uno de los funcionarios y nos dijo que (...) nosotros lo aplicáramos. Solicitamos la respuesta por escrito y tardó dos meses."

Como si la intención fuera comprobar que nadie puede a sí mismo llamarse protagonista de una historia de aventuras si no encuentra piedras en el camino, la esperada respuesta por escrito efectivamente aclaraba que no Hacienda, sino los comités técnicos de Foprocine y de Fidecine son los responsables de la aplicación del artículo 226, pero a la vez cambiaba el género de la cinta y lo dejaba en franco thriller, porque sentenciaba a los comités a que "en caso de no aplicarlo correctamente nos fincarían responsabilidades".

Así fue tejiéndose el remake, para el cual se tuvo el acierto de contratar una vez más, en el papel del héroe que llega en el momento oportuno, al senador Javier Corral. El texto de marras fue reelaborado, de nuevo revisado por fiscalistas privados y por la dirección Jurídica del IMCINE. Ya corregido, Corral y sus asesores lo examinaron y posteriormente lo presentaron en la Cámara alta. Pasó. Pero como si nuevamente la tirada fuera embrollar el embrollo, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados no quiso, por sus purititas pistolas, ni siquiera revisarlo. Hicieron falta los buenos oficios, la disposición, la insistencia del senador Corral, para que el artículo volviera a ser presentado y, al final de este remake, aprobado como habíamos visto cuando llegamos a la función.

El bueno y el malo

No extraña demasiado que, a la hora de la votación, el nombre del villano haya sido el de un panista: Juan Francisco Molinar Horcasitas, solitario diputado que dispensó su insuficiente negativa. Lo que sí sorprende a Algunos es que el senador Javier Corral —"el impulsor original del 226", como revela Joskowicz— también sea miembro de Acción Nacional. Una buena vuelta de tuerca en la caracterización de personajes, e interesante mentís para todo aquel partidario del pensamiento en bloque.

Dos temas para la clásica charla después de la película: uno, que ojalá hubiera sido innecesario el remake, y dos, ya que de política se trata y es año de elecciones, para no depender de ningún héroe ni sufrir más legisladores de miope tortuguez, hay que fijarse bien por quién se vota, y no se habla aquí de partidos políticos sino de personas.