Usted está aquí: lunes 30 de enero de 2006 Política Superar egoísmos para combatir la inseguridad, pide la CEM a partidos

Liberarse de demonios, demanda Arizmendi a candidatos

Superar egoísmos para combatir la inseguridad, pide la CEM a partidos

ALMA E. MUÑOZ

El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), obispo José Guadalupe Martín Rábago, llamó a los partidos políticos a superar egoísmos e intereses partidistas o de grupo para combatir la inseguridad en el país. Les recordó que sólo uno de cada diez delitos que se cometen en el país tiene castigo y los exhortó a trabajar de mano de la ciudadanía para elevar la cultura de la denuncia y así erradicar la violencia y delincuencia acentuadas en los últimos días.

A su vez, el arzobispo primado de la ciudad de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, convocó al gobierno federal a poner ''todo lo que está de su parte'' para evitar que los brotes violentos cundan a nivel nacional. Aunque consideró que la aparición del Ejército en Acapulco -donde se registró un enfrentamiento entre policías y presuntos narcotraficantes el viernes pasado- es una buena señal de que el Estado está decidido a actuar con fuerza en este terreno, la solución, subrayó, ''no es la militarización''.

Al término de su homilía dominical descartó que el Estado ''haya sido rebasado'' por la violencia, a la cual ''no debemos acostumbrarnos'', mientras el gobierno hace su parte ''para que los brotes, que son como la punta del iceberg, no se generalicen''. La estrategia, insistió, ''se está aplicando cada vez que aparece un fenómeno de éstos, donde se actúa con fuerza para que no continúe''.

Rechazó que la militarización sea la salida al problema. ''La base de la solución siempre estará en la educación y que la paz se difunda. Una sociedad se vuelve violenta cuando sus familias han sido trastocadas y ahí se incuba la violencia.'' Por ello, la ciudadanía también debe involucrarse, porque ''esto no se suprime ni con militares ni con policías'', insistió.

Mediante un comunicado, el presidente de la CEM, Martín Rábago, lamentó por su parte los frutos de la inseguridad en el país: violencia y delincuencia. Pero se concretó a señalar los robos, secuestros, lesiones, violaciones, asesinatos, pleitos entre pandillas, y también ''la forma de manejar el lenguaje agresivo, los salarios injustos, la marginación de los campesinos, el favoritismo en beneficio de personas o grupos privilegiados, así como la violencia intrafamiliar''.

Pidió ''sintonía, cooperación y colaboración'' entre gobierno y ciudadanos, quienes a su vez, apuntó, deben superar la ignorancia, miedo o desconfianza a los agentes del Ministerio Público, cuando sean víctimas de un delito.

Por otra parte, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, cuestionó que los candidatos a puestos de elección popular no exalten la voz divina en sus campañas políticas. ''Si quieren tener autoridad para derrotar los espíritus inmundos de la pobreza, de la marginación, de la inseguridad, de la corrupción, han de acercarse con sencillez de corazón a Dios para que queden libres ellos mismos de estos demonios, y así puedan ayudar al país a vencerlos. De lo contrario, todo puede ser engañoso'', afirmó en su homilía dominical.

Mientras, en el periódico Desde la Fe, la Arquidiócesis Primada de la ciudad de México calificó de frías e indiferentes las promociones de los aspirantes presidenciales, entre otras cosas, por la ambición de sus protagonistas y por haber impulsado ''precampañas largas y costosas, incluyendo las de quienes se han aprovechado de sus cargos públicos''.

 
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