Usted está aquí: martes 31 de enero de 2006 Economist Intelligence Unit ¿Por qué las compañías chinas recurren a la subcontratación?

¿Por qué las compañías chinas recurren a la subcontratación?

Las productoras de alta tecnología de esa nación se vuelcan a la contratación de trabajo en otros países para elevar su competitividad

Economist Intelligence Unit /The Economist

Ampliar la imagen Obreros en una fábrica de General Motors en Shanghai. Grandes compañías chinas buscan extender sus operaciones en el exterior para mantenerse competitivas y crear relaciones en nuevos mercados Foto: Ap

Debido a que el dinero continúa entrando a la industria tecnológica china, es fácil prever el surgimiento de otra tendencia: inversión china en compañías extranjeras de alta tecnología. Comparada con la inversión interna, la tendencia opuesta se encuentra en sus primeras etapas y el valor de los compromisos, medidos en dólares, es pequeño. Pero varios factores, los cuales con toda probabilidad afectarán a compañías chinas de tecnología en los próximos años, están propiciando su expansión en el extranjero.

La mayoría de los compañías pioneras se encuentran en sectores altamente competitivos, como el de los equipos de telecomunicaciones, software y aparatos eléctricos de línea blanca. La fortuna de estas compañías depende de su habilidad para innovar y, conforme la competencia de sus rivales internacionales se intensifica dentro de su mercado nacional, la necesidad de innovación se ha vuelto más urgente. Aún más, algunas exitosas compañías continentales empiezan a aventurarse más allá de sus fronteras en busca de nuevos negocios. Al hacerlo deben localizar productos ya existentes, desarrollar nuevos y suministrar soporte técnico a los clientes internacionales.

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La compañía Huawei, que se localiza en Shenshen, estuvo en las primeras planas en 2005 por sus planes de aumentar a más del doble el número de ingenieros (600) en sus laboratorios de Bangaloare, India, lugar donde la compañía fabrica equipo de telecomunicaciones.

Pero el rival de enfrente, ZTE, sigue un sendero igualmente global. Los anuncios de la compañía, hechos el año pasado en relación con nuevos contratos de venta a los proveedores de telecomunicaciones del sudeste de Asia, Sudamérica, Europa y norte de Africa se han acompañado de planes para abrir oficinas, laboratorios y plantas de manufactura en esas regiones.

ZTE tiene centros de investigación en Suecia, Corea del Sur y Malasia, así como fábricas en Nigeria, Rusia, India y Pakistán. Comparado con su planta total de 25 mil empleados, el número de éstos en las oficinas extranjeras es bajo todavía. En Estados Unidos, por ejemplo, a fines de 2005 había cerca de 60 investigadores diseminados en tres laboratorios en San Diego, Dallas y Nueva Jersey. Otros 20 empleados eran responsables de ventas y mercadotecnia.

Las operaciones extranjeras de ZTE, sin embargo, tendrán un papel importante en el ensamblaje final y la comercialización de equipos y las redes de comunicación. Mientras tanto, aunque es difícil calcular cuánto trabajo de alto nivel se ejecuta en laboratorios del extranjero, las especificaciones de los informes para algunos de ellos -en el caso del centro de Estocolmo se trata de WCDMA, uno de los estándares técnicos para la tercera generación de redes de telecomunicación (3G)- sugieren que las investigaciones efectuadas resultan significativas.

Muchas empresas multinacionales de tecnología llevan la investigación, desarrollo y manufactura a lugares como India y China para bajar costos. Pero para las compañías chinas que invierten en el extranjero, las razones más importantes son mantenerse competitivas y crear relaciones en nuevos mercados. A medida que los consumidores esperan la construcción de redes de telefonía celular de próxima generación o añadir información sofisticada o capacidades inalámbricas a sus redes de línea fija, Huawei y ZTE tienen que ser capaces de vender sus productos a esos clientes como lo hacen las Ericsson y Cisco del mundo. Los laboratorios internacionales ayudarán a fortalecer la oferta de las compañías chinas.

No hay duda sobre la publicidad positiva que se genera cuando se tiene presencia sustancial de compañías chinas en mercados localizados en Tailandia, Chile o Kazajstán, donde se les considera importantes empleadores locales que ofrecen trabajos bien remunerados. ZTE, por ejemplo, respaldó un contrato para proveer equipo de telefonía móvil en Malasia, con un compromiso para abrir un laboratorio de investigación en el parque tecnológico Cyberjaya.

En algunos casos, las oficinas en el extranjero funcionan también de manera simultánea como puestos de atención a clientes y centros de venta y diseño, lo cual puede ayudar a las compañías chinas a entender y atender mejor sus nuevos mercados. Al Grupo Founder, conjunto tecnológico con sede en Pekín, su presencia en Japón desde 1996 lo ha ayudado a penetrar en el mercado de sofware especializado para la industria de la publicidad. Haier, fabricante de aparatos para el hogar, ha establecido centros de investigación de Carolina del Norte a Islamabad, con el objeto de generar productos diseñados que puedan ser atractivos para los mercados del exterior. En India, por ejemplo, la compañía tiene modelos de lavadoras que pueden lidiar con el problema del errático suministro de energía eléctrica del país, mientras en Estados Unidos fabrica muebles de alta calidad para almacenar vino.

En el futuro cercano, estas compañías podrían seguir siendo la excepción y no la regla. La economía de China proporcionará retos y crecimiento más que suficientes, y sólo las empresas más grandes perseguirán una estrategia de crecimiento internacional, como hizo Lenovo cuando compró la división de computadoras personales de IBM. Un reporte reciente de EIU señala que la inversión directa extranjera en China para 2009 será de 30 mil mdd, cantidad que, aunque significativa, aún representa solamente 2.4% del total global.

Para las compañías chinas que decidan salir al extranjero, el juego podría otorgarles una buena recompensa. Los inexpertos laboratorios en el extranjero podrían convertirse al final en los centros de desarrollo más importantes de las compañías chinas, como intenta hacer Huawei con sus operaciones en Bangalore, o fungir como colaboradores de los centros de investigación del interior, como planean hacerlo ZTE y Haier. De cualquier manera, ésta es una ojeada a un futuro que arribará más pronto de lo que se cree.

FUENTE: EIU

Traducción de textos: Jorge Anaya

 
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