Usted está aquí: jueves 2 de febrero de 2006 Cultura Querella contra el olvido y diálogo con la memoria en Casa Lamm

Presentaron nuevo libro de Arnoldo Kraus, colaborador de La Jornada

Querella contra el olvido y diálogo con la memoria en Casa Lamm

Escrita la historia, aunque fuese por otro, los muertos pueden recobrar su tranquilidad silenciosa, dijo José María Pérez Gay

Nunca me atreví a soñar tanto: Helen Weisman

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Ampliar la imagen Marisol Schulz, Carlos Monsiváis, José María Pérez Gay, Arnoldo Kraus y la madre de éste, Helen Weisman, durante la presentación del libro ¿Quién hablará por ti? Foto: Carlos Cisneros

Helen Weisman es una judía polaca sobreviviente del exterminio emprendido por los nazis en uno de los episodios más lamentables en la historia del siglo XX. Huyendo del terror, llegó a México, rehizo su vida. Su hijo, el médico mexicano Arnoldo Kraus, quiso recuperar esa historia y escribió un libro de reciente publicación, ¿Quién hablará por ti?, ''una querella contra el olvido y un diálogo con la memoria".

''Escribo la historia de mi madre -anota Kraus en la primeras páginas del volumen-, y un poco la de mi padre y la de mis hermanos, sobre todo porque nunca quisiera arrepentirme de no haberlo hecho.

''La escribo porque he tenido la suerte de ser libre, de poder decir lo que pienso, de ser dueño de mi tiempo y porque la memoria de mis progenitores ha sido la sangre de mi voz. La escribo porque sé que debo hacerlo. Llegada la muerte, llegadas las muertes, hay huecos imposibles de llenar."

¿Quién hablará por ti? Un recuento del Holocausto en Polonia, su título completo, se publica bajo el sello Taurus del grupo Santillana Ediciones Generales. Fue presentado el martes en Casa Lamm con los comentarios de Carlos Monsiváis, José María Pérez Gay, Carlos Pellicer López, la propia Helen Weisman y el autor.

Monsiváis resaltó la presencia de varios temas en la obra de Kraus: la memoria, que es la ''obligación" que tienen los deudos de recordar; que plantea la asimilación del duelo como un recurso necesario de la recuperación y aunque no signifique la extinción del dolor, ''el duelo es una ceremonia a la que se llega para de ahí reconstruirse".

También, agregó, tiene que ver con la aplicación de la justicia, que ''es el perdón posible y la necesidad de que lo ocurrido no se repita".

El cronista planteó una discrepancia sobre el tema del olvido: ''en materia del Holocausto no ha habido silencio humano". Durante un momento ''el estupor hizo las veces de silencio; el azoro, la falta de información", pero ''es un hecho categórico tan distintivo de la monstruosidad de un siglo que a partir de ahí se juzga el genocidio".

Para el cronista de Días de guardar, la voz de Helen Weisman, ''es lo más afinado, lo esencial del libro, una voz que llega al fondo de nuestra experiencia".

Es interesante porque plantea una experiencia de vida, pero al mismo tiempo es una reflexión sobre los fines del Holocausto, que siguen siendo profundamenmte actuales; ''lo dice Kraus, y uno puede pensar en Chechenia, en la ex Yugoslavia, en Camboya y en muchísimos ejemplos de lo que es el horror de nuestro tiempo".

Convertirse un poco en los otros

Ante la abundante audiencia que superó la capacidad del recinto, José María Pérez Gay recordó en su turno que contar historias es convertirse un poco en los otros sin dejar de ser uno mismo; en el libro, Kraus ''asume la fatalidad de dar mucho de su sangre, de su personalidad y sus misterios a las personas que reconstruye y recrea, que convierte parcialmente en reflejos de sí mismo".

De acuerdo con el escritor, este ''laborioso y apasionado enfrentamiento entre el yo y los otros", que por lo demás ha dirigido buena parte de la narrativa moderna: ''Una vez escrita la historia, aunque fuese por otro, los muertos pueden recobrar su tranquilidad silenciosa".

Tras criticar ''la pésima costumbre que existe en México de desestimar literariamente los libros de memorias y recuerdos", por ''miedo al ridículo o al desprecio de los otros", Pérez Gay celebró la ''excelente factura" de ¿Quién hablará por ti?: ''Totalmente legible, con una abundancia en la información y en la limpieza prosística, y una eficaz organización de sus materiales que sólo logran las obras producto de años de reflexión, de composición, de examen de conciencia".

El ensayista y novelista, autor de Tu nombre en el silencio, planteó su desacuerdo con el vocablo Holocausto para designar al exterminio de los judíos por parte de los nazis: ''es un término que no me gusta, quiere decir sacrificio", dijo preferir el terminó shoá, que significa ''exterminio, judeicidio".

En uso de la palabra, Carlos Pellicer López dijo que ''quizá la única forma de detener un poco el peso del mal y evitar que se repitan los terribles sucesos que aquí podríamos enumerar toda la noche, es dar voz a los testigos".

A continuación hizo una serie de preguntas a Arnoldo Kraus y Helen Weisman. Cuando le preguntó a ella si alguna vez tuvo sueños que cifraran su llegada y su vida en México, la mujer respondió: ''No tenía derecho a soñar, cada día desde la noche hasta la mañana pensábamos si sobreviviríamos otro día, y cuántos días más íbamos a sobrevivir. Pero nunca me atrevía a soñar que iba a viajar a México, que iba a estudiar, que iba a tener tres hijos. Nunca me atreví a soñar tanto".

Al final, Arnoldo Kraus leyó un texto titulado Recordar: casa y compromiso, publicado ayer en este diario, del cual el médico es colaborador habitual.

 
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