Usted está aquí: domingo 5 de febrero de 2006 Opinión Peculiares elecciones

Antonio Gershenson

Peculiares elecciones

Esta campaña electoral está mostrando rasgos peculiares. El candidato presidencial del PAN procura, ante el escándalo de los hijos de la señora Marta, deslindarse del gobierno del que hasta hace no mucho tiempo formó parte.

El candidato del PRI no sólo debe de cuidarse de acarreados que resultaron medio rebeldes, sino de aquéllos de sus compañeros de partido que insisten en sustituirlo, aunque sea obvio que la candidatura no se va a modificar.

En cambio, Andrés Manuel López Obrador da un paso adelante en la definición del proyecto alternativo: de las definiciones de programa y de medios para alcanzarlo, pasa al anuncio de tres propuestas para el gabinete. Si bien dos de los propuestos ya ocupaban puestos similares en la coordinación de la campaña, el tercero fue una sorpresa: Juan Ramón de la Fuente, el rector de la UNAM y coordinador de los actos de este año de Benito Juárez, para los asuntos del interior. El rector tomó nota, agradeció la atención y dijo que en su momento resolvería al respecto. Mientras, quedó un planteamiento de indudable importancia que sube los puntos del candidato que lo planteó.

Ya antes de estos hechos se había confirmado la ventaja de López Obrador en las encuestas, y desaparecieron esos míticos "empates" de algunas anunciadas en noviembre pasado. Las concentraciones multitudiunarias volvieron a crecer. Entonces, una de las medidas de tecnócratas y asociados ha sido la de tratar de poner al nuevo gobierno ante hechos consumados: funcionarios inamovibles o con años de permanencia dentro del próximo sexenio, o compraventas de garage a largo plazo que estorben las medidas anunciadas en el proyecto alternativo.

Una de ellas son las plantas regasificadoras de gas licuado importado. Se han firmado contratos hasta de 20 años para comprar este gas, a precios superiores, inclusive, a los del gas importado por gasoducto desde Estados Unidos, basados en los precios del sur de Texas. Los precios de este gas regasificado se basan en el de un centro de gasoductos del estado de Luisiana, llamado Henry Hub. Este último es ahora alrededor de un dólar más caro, en promedio, que los del sur de Texas.

Para generar una demanda inventada, pues no la había, en el noreste se contrató la instalación de más y más nuevas plantas de ciclo combinado, de gas, al punto de que la capacidad instalada es ya 80 por ciento superior a la demanda máxima coincidente en la zona. Y en el caso de Manzanillo, se empiezan a convertir plantas que usan derivados de petróleo para que usen gas, que es mucho más caro, inclusive por kilovatio hora generado, que el combustible que se usa ahora. La regasificadora de Altamira, Tamaulipas se anuncia por los funcionarios para ser terminada en noviembre de este año, aunque es público que la fecha estimada es noviembre de 2007. Y la de Manzanillo se pretende dejarla por lo menos contratada, y tal vez medio iniciada.

Con esto, además del tremendo negocio a costa de la nación, se pretende obstaculizar la política del proyecto alternativo, en el sentido de lograr la independencia al dejar de importar gas natural.

Ya será cuestión del Poder Judicial definir en qué medida se está incurriendo en daño al patrimonio nacional; en qué medida se llega incluso a la traición a la patria. Pero, mientras tanto, los votantes podemos darles un primer castigo a los tecnócratas y asociados: ni un voto al PRI-PAN que está tomando estas medidas. Nuestro interés está en que el gas natural, en este caso, pueda venderse más barato, a los costos nacionales y no a precios de Texas o de Luisiana; por tanto, nos interesa dejar de depender de las importaciones de éste y de otros energéticos.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.