424 ° DOMINGO 5 DE FEBRERO DE 2006
 

La polémica por el discurso de Carlos Monsiváis
El fundamentalista cree
que todos son de su condición

Jesús Ramírez Cuevas

La discusión pública que provocó el discurso del escritor en Los Pinos coloca, en primer término, la vigencia y necesidad de un debate nacional sobre el laicismo y del Estado laico



Qué chinga le pusieron a Abascal!", comentó el presidente Vicente Fox a Sara Guadalupe Bermúdez, titular del Conaculta, refiriéndose a la disertación de Carlos Monsiváis durante la entrega de los premios nacionales de Ciencias y Artes 2005, en la que defendió el laicismo y lanzó una mordaz crítica contra "el fundamentalismo de la derecha (que) ha perdido en México, una tras otra, sus batallas culturales".

Al final de la ceremonia realizada en Los Pinos, el mandatario no po-día ocultar su enojo y para distenderse, confió a su interlocutora: "Es que Abascal se pone de a pechito" y remató su aserto: "Ese hombre (Monsiváis) es un gran orador, sí sabe escribir, es muy difícil rebatirle". Bermúdez esbozó una sonrisa y festejó las frases con las cuales el Presidente quiso conjurar el malhumor que le provocaron las palabras del autor de A ustedes les consta.

Y es que el insigne cronista había cuestionado la militancia religiosa del secretario de Gobernación, Carlos Abascal y las declaraciones contra la píldora del día siguiente del candidato presidencial panista Felipe Cal-derón. Al principio de la intervención de Monsiváis, Fox se rió ­como el público­ de los chistes a costa de las nuevas y pasadas generaciones. Su rostro se endureció cuando el galardonado comenzó sus críticas a funcionarios y dirigentes de su partido. "Como ciudadano y creyente, Abascal está en su perfecto derecho de proclamar las ventajas de la fe, como secretario de Estado no", afirmó el escritor.

No obstante que Monsiváis reconoció el rechazo del Gobierno Federal al intento de censurar la película El crimen del padre Amaro y a la campaña contra la píldora del día siguiente; en su oportunidad, Fox no contuvo su enfado y engolando la voz cerró su discurso con un "que Dios los bendiga".

Al día siguiente, el secretario de Gobernación acusó de recibo a las críticas en su contra: "Yo respeto a los fundamentalistas que me acusan de fundamentalista". "El Estado laico está garantizado ­sostuvo Abascal­; reconozco la libertad absoluta de todos de pensar y creer lo que estimen conveniente, porque es su libertad y nadie puede imponer absolutamente a nadie las creencias de otros".

Molesto por las insistentes preguntas de los reporteros, Abascal añadió: "Seremos absolutamente congruentes con el principio del Estado laico, porque lo he dicho y lo reitero: es una conquista de la civilización y no podemos prescindir de él".

De esta forma, el secretario de Gobernación pretendió dar por concluido el asunto, pero eludió uno de los argumentos centrales de Carlos Monsiváis, quien cuestionó que hay funcionarios que aceptan al Estado laico, pero rechazan el laicismo.

En la víspera, el autor de Escenas de pudor y liviandad habló de la campaña internacional contra el laicismo y citó las palabras del subsecretario de Gobernación, Jaime López Buitrón, quien hace unos meses exigió "revisar los mitos de la historia oficial donde la Iglesia Católica ha sido colocada como una institución en busca de privilegios, en vez de explorar más su construcción de la mexicanidad. (...) México ha sido un Estado laico que respeta las creencias de la población, pero con reminiscencias del laicismo, una tendencia exacerbada que tiende a proscribir o socavar cuestiones de libertad de asociaciones religiosas".
Sobre esta postura ­irónicamente comentada por Monsiváis en su alocución­ de aceptar lo inevitable, el Estado laico, pero rechazar al pensamiento "que lo hace posible", el secretario Abascal no se pronuncia. ¿Es porque está de acuerdo con su colaborador? Ante las repercusiones de este episodio ¿no sería justo ­y necesario­ iniciar un debate nacional sobre los alcances y aportes del laicismo a nuestro país que sirva para acotar a los cruzados de toda laya que pretenden imponer la unanimidad de credos y de ideas?

Es paradójico que, siglo y medio después, se redite la lucha entre liberales y conservadores.


Las frases de la polémica

Las siguientes son algunas ideas expresadas por Calos Monsiváis en Los Pinos el pasado martes:

­ "El laicismo ha beneficiado estructuralmente el proceso educativo, cultural, artístico y científico, y ha normado el desarrollo de la vida política y social, como demuestra la secularización irreversible de hoy".

­ "Es por lo menos insólito, un secretario de Gobernación que apenas toma la palabra instala su púlpito virtual. Como ciudadano y creyente, Abascal está en su perfecto derecho de proclamar las ventajas de la fe, como secretario de Estado no".

­ "El laicismo respeta todos los credos, pero no acepta el retorno a un dogma religioso como criterio único".

­"Ya lo dijo en otra oportunidad el secretario Abascal, 'la democracia es el camino que han escogido las fuerzas internacionales de la subversión', textual".

­ "Por fortuna, aunque en el sigilo obtengan sus victorias administrativas, el fundamentalismo de la derecha ha perdido en México una tras otra sus batallas culturales. Pongo dos ejemplos relevantes: el intento de prohibir el filme El crimen del padre Amaro de Carlos Carrera; y la campaña para impedir la píldora del día siguiente. En ambos casos, el Gobierno Federal ha procedido conforme a las normas del Estado laico en un caso contra la censura, en el otro ateniéndose a los dictámenes científicos".

­"El crimen del padre Amaro se transmite por televisión sin problemas, y la píldora del día siguiente cumple sus funciones a pesar de afirmaciones irracionales como las recientes de un candidato presidencial: 'A la píldora no la incluiría en el cuadro básico de medicinas ya que es abortiva como está demostrado'. Mentir en asuntos que atañen a vidas humanas es tan grave que convendría mejor aceptar la ignorancia".

­"La utopía beatífica cuya realización tanto le preocupa al dirigente (panista) Manuel Espino que ve a ese maestro de escuela pública que reza en una banquita en el patio de la escuela al lado de sus alumnos, indica el nivel de piedad del señor Espino, pero no su conocimiento educativo.

"No radica el problema en llevar la educación religiosa a las escuelas públicas, algo ya imposible porque la secularización es un dispositivo mental y cultural arraigado profundamente.

"Lo que procede ahora es la defensa de la educación pública y la certidumbre de que no habrá desarrollo nacional si se desdeña la formación de las mayorías".