Usted está aquí: martes 14 de febrero de 2006 Política Juan Sánchez Navarro

Elena Poniatowska/ I

Juan Sánchez Navarro

Ampliar la imagen Juan Sánchez Navarro, en abril de 2005 Foto: José Antonio López

Entrevisté a Juan Sánchez Navarro en varias ocasiones, el viernes 4 de marzo de 1966, cuando me dijo que capitalismo y socialismo eran términos caducos. Miembro destacado del sector privado, empresario de altos vuelos (en una época se decía que Sánchez Navarro era el cerebro de la iniciativa privada en México), insistía en que la nacionalización (petróleo, luz eléctrica, banca) nunca trae un mejor servicio. Creía que los hombres de negocios hacen mucho mejor las cosas que los funcionarios públicos y que había que defender al sector privado contra viento y marea. Decía que México nada tenía que ofrecerle al mercado mundial. El se declaró siempre antisocialista, pero admitió que el mejor socialismo era el yugoslavo.

El miércoles 7 de abril de 1971 lo entrevisté de nuevo. Muy seguro de sí mismo, muy ''hombre de mundo", era también muy crítico de la educación, nuestra pésima infraestructura.

La culpa es nuestra

''¡Basta ya de quejarnos siempre del extranjero! ¡El atraso del país se debe a nuestra deficiencia académica y técnica! ¡Nos dedicamos a culpar a los extranjeros que tienen técnica y la venden cara! ¡Pues vamos a crearla nosotros comenzando por mejorar la universidad! ¡Que haya un nivel académico mínimo! La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está catalogada entre las más mediocres universidades del mundo, no obstante su tradición fenomenal. Es la más antigua universidad de América, nada más. A mí me molesta que le echemos la culpa siempre al extranjero y no la veamos en nosotros mismos.''

Juan Sánchez Navarro no pierde la calma, pero tampoco baja el tono de voz. En su amplia oficina de director de la Cervecería Modelo iniciamos la entrevista sobre el tema -de gran actualidad- del desarrollo científico y tecnológico de México. Desembocamos naturalmente en la educación superior: la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).

-El objetivo de la UNAM y del IPN es hacer buenos estudiantes, buenos profesionales y en segundo lugar hacer investigaciones tecnológicas que sean consecuencia del desarrollo científico del mundo.

-Sin embargo, ahora se habla de la universidad de masas.

-¡Eso es una estupidez! La universidad nunca ha sido para las masas. Siempre ha sido para la formación de una elite directora de carácter moral, intelectual, espiritual si así lo quieres, y que por los caminos del estudio de las humanidades y de la investigación científica realice la misión de dirigir y orientar el desarrollo del país.

''Ni los universitarios ni los politécnicos han cumplido con el país y su responsabilidad es enorme.''

-Pero se dice que todos los mexicanos deben tener la posibilidad de entrar a la universidad.

-Mira, hija, yo soy profesor de la UNAM desde hace 39 años. Estoy muy cerca de ser decano; me cuento entre los 10 más antiguos profesores de la institución y te puedo afirmar que su nivel académico es muy bajo, y en muchos aspectos mucho más bajo que el de cualquier universidad de los países medianamente industrializados.

-¿Por qué?

-Porque no hemos estimulado la competencia; porque en la UNAM se puede entrar con un promedio bajísimo, porque una universidad concebida para 35 mil alumnos acoge ahora a 130 mil. ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Cómo puede prepararse bien tal cantidad de gente? ¿Por qué entran todos?

-Por eso mismo se habla de una universidad de masas...

La universidad es siempre de elite

-La universidad es siempre de elite, elite de inteligencia, no del dinero ni de la sangre, a diferencia de las elites que se forman en otros países: castas de sangre y de dinero, sino de inteligencia. ¡Qué más quisiéramos nosotros que nuestra UNAM fuera de elite intelectual! Pero no lo es. Es mala.

-Sin embargo, se alega que todos los muchachos que así lo desean pueden ir a la universidad, ¡aunque sólo vayan a darse una asomadita de seis o siete meses! Se dice que si un muchacho está en la Universidad -aunque sólo sea brevemente- esto ya es ganancia para él.

-¡Pues es falso! Yo sostengo lo siguiente: el que no es buen estudiante, que no estudie en la UNAM. Hay otros oficios.

-¡Te van a tachar de fascista!

-¡Que digan lo que quieran! ¡Que me corran, si quieren! Me importa un pito. Lo que se pretende es desvirtuar la función de la universidad y no me refiero sólo a la UNAM sino al Poli y a toda la educación superior en nuestro país.

La universidad cuesta demasiado para que se llene de ineptos

-Le estás tirando muy duro a la Universidad...

-Sí, porque la quiero mucho; porque soy un universitario ciento por ciento, y porque no necesito ser profesor. No tengo la menor necesidad económica de ir a enseñar a la UNAM, y sin embargo, desde hace años doy clase en perjuicio de mi tiempo y de mi salud. Por eso me gustaría tener el orgullo de poder decir que la UNAM es buena, pero desgraciadamente no es así. La universidad está atiborrada de malos estudiantes.

''No veo la razón de que un mal estudiante siga en la universidad. Además, si le quita la oportunidad a otro más capaz, es mejor que ni pase por la universidad. Es peor para él y para la UNAM. Cuesta demasiado la universidad para llenarla de ineptos''.

-¡Pero han salido buenos profesionistas!

-No lo niego, pero en la actualidad el nivel académico de la UNAM es pésimo. Pregúntaselo a tu marido.

-Pero, ¿es malo por la saturación?

-Yo creo que una razón muy profunda es la falta de competencia. Es indispensable que a un muchacho las cosas le cuesten trabajo. ¡En la UNAM formamos a los llamados privilegiados de la cultura! Pero ellos, ¿qué dan a cambio? ¿Sabes por qué es tan buena la industria cervecera? Por su espíritu de competencia. Creo definitivamente en la competencia.

La industria cervecera es autosuficiente, salvo por el lúpulo

-Bueno, vamos a hablar de la cervecería y de las empresas que riges. ¿Qué tan independientes o autosuficientes son respecto del extranjero? ¿Qué tecnología importan y cuánto exportan? ¿Cuál es su liga, participación o interacción con el sistema de preparación de mano de obra calificada, técnicos o científicos mexicanos? ¿El capital que emplean es solamente mexicano y las ganancias se invierten total o parcialmente en México?

-Espérate, vamos por partes ¿No quieres un café?

(Más bien pediría una cerveza, una cheve, una cerbatana, una fría, pero a las 11 de la mañana suena medio feo... Además, no sé por qué pienso infantilmente que la van a ir a sacar con un cucharón de aquellas altas y voluminosas torres que se perciben desde muy lejos, y no quisiera causar tales trastornos.)

Juan pide un té de manzanilla. Ni se lo toma, y se pone a hablar con gran rapidez; como me atoro, se impacienta un poco, y me pregunta: ''¿Y tu grabadora?''

''Hace mucho que se descompuso. Me la achicharró el embajador de México en Cuba, un señor Pámanes Escobedo que la enchufó a un voltaje demasiado alto.''

-Bueno, ni modo. A ver, contestaré a tu pregunta. La industria cervecera es, de las industrias de transformación del país, la que por el espíritu de competencia que ha reinado en su historia ha logrado producir cervezas de una calidad superior a las extranjeras y la mejor prueba de ello es que los países de América del Sur, Centroamérica y Estados Unidos se protegen contra la industria mexicana de la cerveza, mientras que nosotros no limitamos la venta de la cerveza extranjera.

-Pero, ¿qué cerveza extranjera se vende en México: la yucateca?

-No, esa es mexicana también. (Se ríe.) La industria cervecera es prácticamente autosuficiente en materias primas, salvo el lúpulo, que no se produce por razón de clima.

-Pero, ¿no es el lúpulo lo mero principal?

-Se trata de una cantidad muy pequeña en relación con las materias primas; el lúpulo no llega a 5 por ciento.

-Pero, ¿no es indispensable? Como el pollo en el caldo de pollo?

-Sí, lo es, pero no puede producirse en México por razones climatológicas. Y no se pueden crear esas condiciones. Resulta costosísimo e inútil. Además, no es sólo cuestión de agua.

-Pero entonces la industria cervecera no es autosuficiente.

-Sí lo es, salvo por el lúpulo.

-Creo que lo mismo pasa con los focos; el filamento es un porcentaje muy pequeño, pero resulta que sin filamento de tungsteno los focos no encienden. Y creo que todos ellos se importan. Bueno, Juan, pero, ¿y la exportación?

 
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