Usted está aquí: viernes 17 de febrero de 2006 Opinión Omnipresencia de la crueldad

José Cueli

Omnipresencia de la crueldad

En días recientes volvieron a aparecer en las pantallas televisivas y en los diarios de mayor circulación mundial escenas de brutalidad y crueldad extrema perpetradas contra unos jóvenes iraquíes que lanzaban piedras a soldados ingleses, quienes fuera de toda proporción y haciendo gala de prepotencia y violencia extrema cargadas de un sadismo asqueante golpeaban sin piedad a dichos jovencitos.

Por si fuera poco, se escucha una voz en la grabación que azuza, con goce perverso, a sus compañeros a seguir golpeando a los muchachos. Vemos consternados en tan salvajes escenas cómo los supuestos guardianes del orden representados en este caso por el ejército inglés se convierten en energúmenos sádicos.

Tan sólo unos días después vuelven a aparecer imágenes procedentes de la cárcel iraquí de Abu Ghraib, donde prisioneros de guerra son torturados y vejados por soldados estadunidenses. Golpes, heridas, abusos sexuales, un aparato de tortura y un cadáver. La contraparte: soldados de Estados Unidos degustando la escena y ejecutando semejantes atrocidades sin contar con las barbaridades que la prensa censuró y las muchas otras que seguro se cometen a diario allí y en el ''limbo de justicia infinita" de Guantánamo.

A esto se agrega la revuelta causada por las caricaturas del profeta Mahoma que han desatado una ola de violencia contra embajadas (finalmente civiles inocentes) en países del Islam.

Estos asuntos son gravísimos y requieren atenderse como deben. Con un marco legal y un respeto por el individuo y sus derechos, donde sea la justicia la que otorgue el veredicto y no el sadismo y la crueldad. No es posible que se sigan perpetrando atentados de tal magnitud contra los más elementales derechos humanos.

Además, valdría la pena proponer un minucioso estudio sobre las nuevas formas de crueldad que se expresan en estos fenómenos, como el filósofo Jacques Derrida propone al sicoanálisis repensar la crueldad humana, ya que advierte, siguiendo a Sigmund Freud y a Friedrich Nietszche, que más allá de las manifestaciones ya conocidas de la vesania, una crueldad síquica los suplirá inventando siempre nuevos recursos. Sufrir o hacer sufrir parece ser parte de la condición humana, esa parte negra y maldita del individuo que Freud llamó pulsión de muerte.

Narcisismo, masoquismo, sadismo, pulsión de muerte, compulsión a la repetición son conceptos sicoanalíticos que han dado luz a la comprensión del siquismo humano y que convendría repensar en función del maremoto de violencia y crueldad en que se está ahogando el planeta.

Otra línea de pensamiento pertinente, también planteada por Derrida, es el estudio del retorno de los ''espectros" por medio de un tiempo fuera del concepto de tiempo lineal tradicional, pero que tiene un efecto en un ''misterioso" retorno a la escena social mundial.

Tal parece que episodios como los de Abu Ghraib, Faluyah, Guantánamo, las escenas de violencia desatadas en el mundo musulmán en respuesta a las caricaturas del profeta Mahoma publicadas en Dinamarca, se perpetuan sin que se ponga en marcha acciones serias y determinantes al respecto, pero sobre todo requieren un estudio profundo del fenómeno de la crueldad y del retorno de ''algo" espectral (en el sentido derridiano) que desconocemos.

 
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