DISQUERO

Voces cuánticas

El segundo volumen, titulado simplemente Baltic Voices 2 trae, al igual que el primero, la obra de tres autores estonianos, en este caso Urmas Sisak (1960), Torvo Tulev (1958) y Galina Grigorjeva (1962), además de obras del danés Per Norgard (1932) y del ruso-alemán Alfred Scnhittke (1934-1998). Ambos volúmenes son el resultado del trabajo de investigación de campo realizado por el musicólogo y director de coros Paul Hillier, todo un habitué del Disquero, quien puso en vida las obras bálticas que recopiló durante años en estos discos del sello harmonia mundi, al frente del Coro Filarmónico de Cámara de Estonia, es decir, los mismos elementos del Disquero central de la semana pasada, dedicado al cumpleaños 70 de Arvo Pärt.

Se refrenda rotundamente el rumbo espiritual que la composición musical ha retomado en los años recientes. La juventud de los autores aquí reunidos, pero sobre todo la coincidencia de intenciones estéticas, temas y estructuras formales, así lo manifiestan: un profundo sentido religioso, una mirada interior que tiene su epicentro en la música del Renacimiento, pero aún más, una voluntad emotiva que se sumerge en las profundidades del alma y cuya hondura eleva al escucha.

El denominador común aquí sería una palabra y un concepto: éxtasis.

Los elementos que Arvo Pärt ha llevado a sus máximas alturas con su sistema tintinabuli se muestran aquí en estado puro: una música desnuda, prístina, que nos transporta hacia niveles de percepción y de conciencia placenteros.

Una forma suprema de meditación. Los paisajes bálticos, las auroras boreales, las noches blancas de verano, la energía magnética del círculo polar ártico. Todo eso suena en la dicha. En estos dos discos.