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NOTICIAS DEL INGENIO
20 de febrero de 2006
La miel de agave puede desplazar a la linaza canadiense como el suplemento alimenticio preferido para las dietas; por otro lado, un tipo de dulces nacionales con gran aceptación en Estados Unidos enfrenta un amargo trámite para cruzar la frontera, al tiempo que productores tapatíos hacen una industria de la fabricación de botellas para tequila.

Juliana Fregoso Bonilla

agaveEl agave, planta nacional, amenaza con destronar a la linaza canadiense como la estrella de los productos para adelgazar y combatir la obesidad. Más: puede convertirse en un serio rival del azúcar light, las mieles de maple y maíz, los yogures y los productos lácteos fermentados.

“En una sola cucharada reúne el contenido de todos estos productos juntos”, asegura el experto en nutrición Angel Arturo Flores.

Los antiguos mexicanos consideraron sagrado el agave. Se emplea para elaborar tequila, vestidos, trajes y papel. Ahora tiene otro uso, en el ramo de la salud.

Según la Secretaría de Salud, casi 50 millones de mexicanos tienen problemas de obesidad, y más de 11 millones presentan cuadros diabéticos. Para ambos grupos la miel de agave puede ser una opción, pues contiene insulina (hormona pancreática que regula la cantidad de glucosa en la sangre).

El endulzante también contiene minerales, hierro, calcio, fósforo y magnesio, así como fibras que favorecen la flora intestinal.

La miel de agave es una especie de melaza obtenida del agave azul tequilana weber que se comercializa en Estados Unidos y Canadá, no así en México. Su desventaja frente a otros endulzantes es el precio, pues un frasco de 250 mililitros cuesta unos 35 pesos, mientras una botella similar de miel de maple, maíz o de abeja fluctúa entre 15 y 28 pesos. Una caja con 100 sobres de un gramo de miel de agave cuesta 100 pesos, mientras una con igual contenido de azúcar light cuesta de 26 a 45 pesos.

La producción de miel también aliviará los problemas de sobreproducción y bajo precio del agave. Este año se construirán cuatro plantas productoras: tres en Jalisco (Tepatitlán, Cuquío y Jiquilpan) y una en Michoacán, que captarán hasta 25 por ciento de la producción en la zona de denominación de origen para el agave azul tequilana weber, prevista en un millón 137 mil 400 kilos, pero el mercado tequilero demandará sólo 782 mil.

El gobierno federal destinó 48 millones 800 mil pesos para las plantas de Jalisco y 17 millones para la de Michoacán, que en conjunto podrían producir unas 20 toneladas diarias de miel de agave y una de inulina (sustancia que permite el desarrollo de una flora de bifidobacterias y lactobacilos utilizada en productos dietéticos). Grandes compañías alimentarias se han comprometido a comprar toda la producción §
 
OTRO AMARGO INCOVENIENTE

La industria del dulce en México comenzó 2006 con el pie izquierdo. Una nueva ley aprobada en California para regular el contenido de plomo en golosinas da otro golpe a los dulces nacionales, principalmente los de Jalisco, que concentra 60 por ciento de la producción nacional.

En octubre de 2005, el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, aprobó la ley AB121, que prohíbe la venta de dulces con niveles de plomo superiores a los permitidos.

La ley, que contempla multas hasta por 500 dólares para quienes vendan confites con plomo, entrará en vigor a mediados de 2006 y puede frenar el ingreso de 112 marcas de golosinas, la mayoría mexicanas.

En México más de mil compañías elaboran dulces, y 175 exportan sus productos, con ventas por más de 300 millones de dólares anuales. Jalisco es el principal exportador de golosinas a Estados Unidos, casi 140 millones de dólares al año.

Desde 1995 el nivel máximo de plomo autorizado por EU en golosinas era de 0.5 partes por millón, mientras en California es de 0.2 partes por millón, la nueva norma lo puede reducir a 0.1 partes o menos.

La ley se refiere a todos los dulces de importación, sin particularizar en los mexicanos, lo que limita la defensa.“Si no hay discriminación en cuanto al origen de la fabricación nada podemos hacer”, lamenta Noé Lecona Sánchez, gerente general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares.

La AB121 faculta al Departamento de Salud para verificar el nivel de plomo de los dulces de importación, principalmente los que contengan chile y tamarindo, lo que pone en aprietos a los fabricantes mexicanos, pues cerca de 90 por ciento de los confites que exportan contienen estos ingredientes.

México es uno de los líderes en ventas de dulces en EU, principalmente en California, donde este mercado representa casi 620 millones de dólares anuales.

La ofensiva de Washington inició en octubre de 1994, con la denuncia de la Oficina Federal de Fármacos y Alimentos (FDA) de que dulces mexicanos, como el Pelón Pelo Rico, Ricos Besos y Pulparindo, contenían niveles de plomo que podrían causar daños al sistema nervioso central en consumidores frecuentes.

En 2002, en México se presentó al Congreso federal un proyecto de norma oficial para la producción de dulces, que fijaba límites máximos de plomo en las golosinas, y nunca se publicó §            
JFB
EL GENIO DE LA BOTELLA

En 2002, Leonardo Anaya, abogado de Guadalajara, y un socio decidieron dedicarse a la exportación de tequila. Tres años después tienen el producto, adónde exportar y algunos permisos, pero falta un detalle: la botella.

Esta, además de funcional debe ser atractiva para competir con las 800 marcas que existen en el mercado. Así ha crecido esta industria, en la que se vale de todo, desde usar incrustaciones de plata hasta hacerlas de Talavera. El envase representa de 10 a 20 por ciento del precio de la bebida.

Un molde puede costar 60 mil dólares, y una  botella sencilla de 10 a 40 pesos. En los últimos dos años, el kilo de agave, materia prima del tequila, ha costado entre cuatro y 14 pesos, es decir, la botella es más cara que el insumo principal.

Sólo tres empresas ofrecen envases de calidad (Vitro, Pavisa y Vidrio Formas) y la demanda es tan alta que fabrican hasta 120 mil por día para una sola marca.

“Pensábamos salir al mercado este año, pero no vamos a poder por la botella, queremos una que refleje lo mejor de México, que somos un país moderno, pero las opciones que hemos visto aquí son muy caras y estoy pensado traer mis botellas de China”, dice Anaya.

Las botellas de tequila se han hecho notables. En 1996 y 1997 dos botellas de vidrio soplado, fabricadas en Tonalá, Jalisco, ganaron un récord Guinness por ser las más grandes del mundo.

La sofisticación en las botellas inició en 1999, cuando la empresa Ley se asoció con Tequila Orendáin para lanzar el tequila Ley .925, destinado al mercado de obsequios corporativos. La exclusividad de su primera edición, de mil 500 botellas numeradas, denominada “Pasión Azteca”  radicaba en el grabado en plata. En 2000 salió al mercado con otro grabado y se cotizó en mil 125 pesos.

Una investigación de la Asociación Mexicana de Envases y Embalajes destaca que en 2005 el  consumo de envases en la industria de vinos y sidras (que incluye al tequila), creció casi 20 por ciento, pero no hay datos de cuántas corresponden al sector tequilero.

El abogado de Guadalajara buscó tanto una botella que olvidó registrar el nombre de su tequila, que inicialmente sería San Martín §           
JFB 

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