Usted está aquí: miércoles 22 de febrero de 2006 Espectáculos Presenta documental 52 minutos de imágenes de los Vive Latino desde 1998

El festival volverá a su formato de dos días de conciertos el próximo mayo

Presenta documental 52 minutos de imágenes de los Vive Latino desde 1998

JUAN JOSE OLIVARES

Cuando los organizadores del Vive Latino, que volverá a su formato original de dos días de conciertos a realizarse los próximos 13 y 14 de mayo en el Foro Sol del Autódromo hermanos Rodríguez, descubrieron que tenían "horas y horas" de material en video de las televisoras que difundieron el festival desde 1998, el proyecto surgió la necesidad de reunirlo y editarlo.

El resultado es un dvd que saldrá en breve al mercado y que consta de un documental de 52 minutos, con un repaso de entrevistas, backstages y público, además de 30 canciones de 30 participantes del festival, de todas las ediciones.

Una de las razones por la que vuelve al formato de dos días, explica el creador de este encuentro, Jordi Puig, es "por la respuesta de la gente. Pero también la realidad es que ya no cabemos y queremos dar el mejor servicio posible. Otra de las razones es por la cantidad de propuestas que llegan ahora y porque cada día es más complicado meter a 35 de estos grupos cuando tenemos al doble con el deseo de participar".

Puig dice que el Vive es ya considerado el festival de boleto pagado "más grande de América Latina. Hay otros que meten más de 300 mil personas, pero en más días, excluyendo los conciertos gratuitos, como Rock al Parque (en Colombia)".

Puig dice que ya existe un "espíritu del festival, o al menos ese día ya no la creemos que existe un movimiento fuerte de habla hispana, que sí tiene capacidad para enseñar un montón de propuestas".

Para seleccionar a los elencos "lo que hacemos es escuchar lo que hay en la calle, lo que quiere el público, lo que está caliente. Negociamos con una o dos bandas grandes, les hacemos la propuesta y, a partir de ahí, construimos el festival. Para el artista es una experiencia tocar ante tanta gente, es un buen trampolín".

Lo malo del Vive Latino, reconoce el productor, es que "no le podemos dedicar más tiempo para limar esas cosas que siempre salen; saber los detalles que hacen que la gente no se la pase bien, o donde se divirtió para que lo haga mejor". Pero lo bueno "es lo que ha crecido, que ya es una marca, que la comunidad alternativa lo conoce, que en el extranjero ha llamado la atención, que cada día nos llaman más en vez de que nosotros busquemos".

 
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