Usted está aquí: miércoles 22 de febrero de 2006 Política Enciende los ánimos en San Lázaro el afán priísta por deslindarse de Marín

El diputado Pedro Avila califica al gobernador de Puebla de ''sátrapa y degenerado''

Enciende los ánimos en San Lázaro el afán priísta por deslindarse de Marín

Inútiles esfuerzos de Emilio Chuayffet para que no cundiera la saña contra el mandatario estatal

ROBERTO GARDUÑO Y ENRIQUE MENDEZ

Ampliar la imagen El legislador del tricolor Pedro Avila, durante su intervención en la tribuna de San Lázaro Foto: Francisco Olvera

Ante el cúmulo de daños provocados al PRI por el involucramiento de Mario Marín Torres en el respaldo a una red de pederastas, los diputados de ese partido intentaban un deslinde terso del gobernador del estado de Puebla, al aceptar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) investigue el caso. En la sesión ordinaria efectuada ayer, Emilio Chuayffet negociaba en las curules para que no cundiera la saña contra el amigo de Kamel Nacif Borge; no obstante, su compañero de bancada Pedro Avila Nevares subió a tribuna para emitir un encendido reclamo a gritos:

''Qué tristeza ver que una persona de nuestro partido, el señor ése, que no debe llamarse señor porque es un depravado y un degenerado, ha hecho toda una confusión y una ofuscación de los verdaderos priístas; los verdaderos priístas que sentimos en carne propia este problema, porque se trata de nuestra niñez a la que se le está pervirtiendo y anulando su vida; pedimos justicia, que se haga justicia y que caiga ese sátrapa del poder, porque no puede un degenerado estar gobernando un estado tan heroico como Puebla.''

Nos golpearon los escándalos: Chuayffet

Como se anunció la víspera en La Jornada, la presidenta de la Cámara de Diputados, Marcela González Salas, sometió a la consideración del pleno el punto de acuerdo elaborado por el petista Pedro Vázquez, para solicitar la intervención de la SCJN en el caso de explotación sexual de infantes. A esa hora, el inicio de la sesión, el líder de la bancada priísta, Emilio Chuayffet, ya había manifestado el respaldo a la solicitud de atracción del caso por parte del máximo órgano de justicia del país, porque ''nos golpearon los escándalos en la medida en que uno supondría que debieron haberlo hecho''.

Con esa postura, el legislador priísta trató de mitigar el castigo político y moral contra Mario Marín Torres. Por segunda ocasión, en menos de una semana, lo cual no había sucedido en la presente legislatura, se acercó y tomó asiento junto a Pablo Gómez, coordinador de la fracción del PRD. Su cometido era muy sencillo: evitar que el perredismo se ensañara con el gobernador de Puebla. No lo consiguió, y se arrellanó en la curul contigua a la del coordinador del partido del sol azteca, porque en tribuna Pedro Avila destrozaba al amigo de Kamel Nacif, y de paso tocaba al ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

''Puebla, que ha sido heroico en mil ocasiones, que no sólo dio la batalla del 5 de mayo, que ha dado mil batallas como las que dio Manuel Avila Camacho al crear el Seguro Social o enviar el Escuadrón 201 a combatir en la Segunda Guerra Mundial, ahora gobernada por un individuo que se vende por dos botellas de coñac. ¡Esos no son los verdaderos priístas! Esos degenerados como (Carlos) Salinas de Gortari, que mandó matar a (Francisco) Ruiz Massieu y a (Luis Donaldo) Colosio. Los verdaderos priístas están en las escuelas, en las fábricas y en los gobiernos que se dirigen bien. En nombre de los priístas bien nacidos condenamos este acto, porque nuestro partido, que se oiga bien, no es parapeto de sinvergüenzas.''

A cada crítica aguda contra Mario Marín, seguía una exclamación de respaldo a Pedro Avila desde las áreas que ocupan panistas, perredistas y petistas; del lado de sus correligionarios priístas privaban desdén, burla y desconcierto. La intervención del duranguense fue corta, pero provocó el impacto esperado, y por lo demás habló de su partido.

''En el PRI hay gente buena, gente que gobierna, que es la mayoría del pueblo de México; es gente humilde que pide justicia, porque no estamos al servicio de la barbarie, menos contra Lydia Cacho, a quien se iba a asesinar vilmente con la autoridad de esa gente que no tiene nada de moral.''

De nada sirvió el alegato elegante del priísta Carlos Flores Rico para respaldar la propuesta de atracción (mediante la creación de una comisión investigadora) de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión, no sin manifestar que se trata de una ilegalidad.

Enojo inocultable

El perredista Pablo Gómez Alvarez adujo que el Poder Legislativo no espera que el resultado de la investigación tenga el mismo destino de Aguas Blancas, cuando Rubén Figueroa dejó el cargo de gobernador de Guerrero por voluntad individual, y no por la determinación del Poder Judicial, y sin habérsele sometido a ningún procedimiento de carácter jurisdiccional.

En medio de todo eso, Pedro Avila desenmascaró el enojo que en distintos sectores del priísmo ha provocado el escándalo Marín-Nacif. Al someterse a votación, la mayoría (contando a Emilio Chuayffet) de 363 diputados aceptó la solicitud dirigida a la Suprema Corte, tres del PRI se abstuvieron: los hidalguenses Gonzalo Rodríguez, Jorge Romero y la tlaxcalteca Martha Palafox. Sólo una legisladora votó en contra, Sofía Castro Ríos, quien lacónica argumentó: ''No voy a convalidar ilegalidades; es un desaseo''.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.