Usted está aquí: martes 28 de febrero de 2006 Estados Hubo negligencia y omisiones de la Secretaría del Trabajo en la tragedia en Coahuila: Moreira

Se jugó con la esperanza de la gente y con la vida de los rescatistas, señala

Hubo negligencia y omisiones de la Secretaría del Trabajo en la tragedia en Coahuila: Moreira

ALONSO URRUTIA Y LEOPOLDO RAMOS ENVIADO Y CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Humberto Moreira, gobernador de Coahuila Foto: Marco Peláez

Saltillo, Coah., 27 de febrero. Apenas superada la etapa crítica de la explosión en la mina Pasta de Conchos, el gobernador Humberto Moreira continúa con la crítica a la actuación del gobierno federal y de la minera: "Fueron dos tragedias; la que hubo en la mina y que mató a los mineros, y la que sucedió arriba, con el trato inhumano y humillante que se les dio a las familias".

Moreira se dice "asqueado de ver cómo se jugó con la esperanza de la gente y cómo fue tratada". Desde el domingo o lunes "pudieron saber que estaban muertos si hubieran metido los barrenos, pero jugaron con la esperanza de la gente".

-¿Jugaron también con la vida de los rescatistas?

-También jugaron con esas vidas. La tragedia pudo haber sido peor. Sólo cuando llegaron los estadunidenses se midió la cantidad de gas. Ellos les dijeron que había que sacar a los rescatistas. Yo ya les había dicho, pero no me hicieron caso. ¿Por qué, si sabían que los rescatistas corrían peligro, no dijeron que los atrapados ya estaban muertos?

En su balance no escatima que la Secretaría del Trabajo tuvo responsabilidad; "sin duda hubo negligencia y omisiones. Además de la torpeza como se manejó la crisis y la evidente falta de solidaridad".

Agregó: "Había datos que evidentemente no daban pruebas de vida, sino evidencias de muerte, pero ellos decían que no, que podían estar vivos. Yo me basaba en los datos científicos; ellos no sé en qué, y se despertó la esperanza en un milagro".

Cuando de plano ya no se pudo sostener la situación, narró, "fue después de que me retiré del lugar del accidente. Puse tres condiciones para regresar, y por fin admitieron que estaban muertos. El representante de la empresa, Javier García de Quevedo, pidió que primero hablara el obispo de Piedras Negras, Alonso Garza".

-¿Qué sigue, gobernador?

-Siguen muchas cosas. Entre otras, investigar lo que pasó durante esa semana trágica. No sé si se puedan deslindar responsabilidades por el manejo de la crisis, pero se tendría que castigar, no sé si legalmente, pero moralmente sí. Se debe revisar cómo actuó cada quien, porque sí anduvieron cuidando imágenes e intereses, pero no a la gente. Se tiene que investigar qué se cuidaba, qué se escondía. Que nos demuestren que nada. No es fácil entender tanta torpeza en el manejo de una crisis como la que ocurrió.

Moreira continúa irritado con el gobierno federal, "que ya comenzó a sepultar sus compromisos ofrecidos el sábado".

Indicó que apenas se informó de la muerte de los mineros y se fueron todos; "estoy de acuerdo que el secretario del Trabajo (Francisco Javier Salazar) se vaya, pues tiene cosas que atender, pero el delegado no ha llegado. El primer día estuvo sólo dos horas".

En entrevista con La Jornada, el gobernador habló de las omisiones y responsabilidades en las que, dice, incurrió el gobierno federal. "Ellos estaban un ratito y se iban. Ustedes los veían porque daban las conferencias, pero ¿cómo iban a comer papas con huevo, como la gente? Se iban a Sabinas."

Agregó: "No hubo una palmada, un abrazo, un saludo. Nosotros comíamos con la gente, se les dio atención, pero del otro lado no nos dieron ni una bolsa de sopa, una cobija, no porque la necesitáramos, sino para que se sintiera la solidaridad. ¿Por qué no apoyaron a esta gente pobre?

"Nada más falta -ironizó- que quieran echar la culpa de la explosión a los mineros y finquen responsabilidades a sus parientes."

-¿En ese trato ubicaría también la ausencia del Presidente?

-De todo el gobierno federal. No nos dieron nada.

-¿Hubo trato hostil del Ejército?

-El Ejército no se manda solo. Si yo doy la orden que se endurezca la policía, lo hacen. El Ejército no actúa así, para ellos la disciplina es lo más importante. Un comportamiento así no es voluntario, porque reciben órdenes. Hubo un momento en que mi esposa tuvo dificultades hasta para pasar la comida. Así de frío era el manejo; con mucha torpeza. Pensaban que sin comida ni apoyos la gente se iba a ir, pero era lógico que se iban a irritar así como el gobierno estatal.

-¿El trato que dieron fue una estrategia?

-Desde mi punto de vista, sí. Fueron restringiendo el paso de la gente, a los medios también. Al obispo lo mandaron caminando, luego restringieron el paso de sacerdotes.

Indicó que tras el anuncio de la muerte de los mineros tuvo una reunión en Múzquiz con los funcionarios del gobierno federal, y les dijo que se prepararan para tratar con familias dolidas y humilladas.

-¿De los informes que tuvo desprendería que hubo responsabilidad de la empresa?

-Diría que no tenían las condiciones de seguridad que deberían tener en una mina como ésa. Diría que faltaron mediciones de gas. ¿Cómo me di cuenta? Porque no tenían aparatos para medir. Entonces, ¿cómo inspeccionan las minas? Los primeros estudios se tuvieron que hacer en Estados Unidos.

Para Moreira la Secretaría del Trabajo tiene gran parte de responsabilidad en la tragedia. "Es un secreto a voces que los inspectores se arreglan con una lana. Se los llevan a tomar, les dan muchachas y dinero. Eso es corrupción. Hubo negligencia y omisión, porque sólo hay dos inspectores para 129 minas."

Asimismo, el gobernador criticó nuevamente que las autoridades federales den esperanzas a los deudos al anunciarles que rescatarán los cuerpos de los mineros, "y técnicamente lo veo muy difícil".

 
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