Usted está aquí: jueves 2 de marzo de 2006 Política Admite Calderón el estancamiento de su campaña; anuncia cambios

Encabeza desangelados actos ante locatarios y líderes de uniones de crédito

Admite Calderón el estancamiento de su campaña; anuncia cambios

En el caso Aznar pagué un plato roto por culpa de Espino, dice en entrevista

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Ampliar la imagen En el Café Tacuba de la ciudad de México, ante más periodistas y sillas vacías que locatarios de mercados, Calderón Hinojosa escuchó las demandas de los invitados Foto: María Meléndrez Parada

En un día que inició con un desayuno poco concurrido, apenas 22 locatarios de mercados y sillas vacías, el candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, dejó su discurso triunfalista y confesó que no ha avanzado y debe corregir su campaña.

"A lo mejor tengo que mandar a volar a todos y quedarme con mi escuadrón con el que llegué a la candidatura del PAN, e irme con todo y si me voy a tener que volver a subir al autobús pues lo voy a hacer", admitió en entrevista radiofónica con Joaquín López-Dóriga.

La escasa asistencia al desayuno y un posterior acto desangelado con dirigentes de uniones de crédito pareció llevar a Calderón a hacer horas después un mea culpa y reconocer en radio que no ha avanzado y quizás deba atender los consejos de quienes piden poner "pilas e histamina" a su campaña.

En listado de errores admitió que ha sido muy parco en la campaña. "Me habré acartonado por tratar de decir lo políticamente correcto, porque la campaña se nos llenó de expertólogos y politólogos, pero tengo las manos limpias, no es suficiente, ya lo sé".

Luego reconoció que siguen sus diferencias con el dirigente del PAN, Manuel Espino, al decir que han hecho un "esfuerzo obligado para entendernos"; además admitió que pagó "un plato roto" por las declaraciones proselitistas del ex presidente del gobierno español, José María Aznar, quien fue invitado por Espino.

Intentó hacer un nuevo deslinde de los hijos de Marta Sahagún, que son acusados de tráfico de influencia. "Debo decir al público que no me apellido ni Bribiesca ni Sahagún, que soy Calderón Hinojosa, que los conozco, pero que no los he tratado mayormente y que respeto mucho a Marta Sahagún, pero me deslindo de los hijos, no tengo negocio, ni interés de cuidarlos, es más, de los únicos hijos que me hago responsable son de los míos".

El michoacano comenzó el día con el pie izquierdo. A las 8:30, en el Café Tacuba, todo estaba dispuesto para recibir al abanderado. Una mesa con 48 sillas de las que colgaban bolsitas como las del mercado estampadas con el lema de Calderón y adentro playeras de su campaña.

Pero a esa hora sólo había diez personas. Los colaboradores del michoacano se mostraban preocupados, murmuraban entre sí y acomodaban a los pocos comensales que asistieron. "¿Ya llegaron? Que pasen", decía un integrante del equipo de logística.

Media hora después de la cita, el abanderado blanquiazul llegó y no pudo ocultar su desagrado cuando vio que había más reporteros que invitados.

A esa hora había 15 sillas vacías en la larga mesa, lo que llevó a Patricia Silva, vecina de Tepito, a ofrecer una disculpa por "todos los que faltan" y atribuirlo al exceso de tráfico y al final encabezó tímidas porras.

Cuando los 22 comensales se presentaron ante el candidato se supo que sólo había nueve locatarios de Tepito, La Lagunilla y San Juan de Aragón, y el resto eran dos militantes del PAN, dos niñas y vecinos de Tepito y de la unidad habitacional Casablanca.

La escasa concurrencia contrastó con la de un acto similar organizado a finales de 2005 por la Secretaría de Vinculación del blanquiazul con los mismos locatarios del mercado Tepito 14 que abarrotaron el salón Manuel Gómez Morín de la sede nacional. Pero esta vez los propios integrantes del CEN comentaban en corto que se enteraron del acto un día antes.

Acompañado de la diputada local Mónica Serrano, vicepresidenta de la Comisión de Abasto de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Calderón escuchó una retahíla de quejas relacionadas con problemas vecinales como la construcción de un puente en Fray Servando, la remodelación de banquetas y lamentos por la competencia "depredadora" de los centros comerciales.

Elfego Martínez, vecino de Tepito, fue el único que se salió del tema y criticó al gobierno del presidente Vicente Fox por no haber resuelto el conflicto indígena en Chiapas "ni en 15 minutos ni en 15 días", y advirtió al candidato que la gente está cansada y puede formar otro ejército que "no nos van a quitar en 15 años".

Al hablar de la corrupción en el cobro a ambulantes, aprovechó para criticar el gobierno perredista y decir que parte de ese dinero se ocupa en las campañas de líderes y políticos.

En entrevista posterior, Calderón siguió con el tono de crítica al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y retó a su contrincante de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, a debatir para demostrar que con sus políticas públicas llevaría el país al fracaso y a la quiebra.

Sobre su reunión con el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, no quiso dar detalles. "Tengo buena opinión de él. He conversado con él y lo seguiré haciendo".

En torno a la clausura del hotel Sheraton calificó a la delegada de Cuauhtémoc, Virginia Jaramillo, de "funcionaria de cuarta", y señaló que es una pequeña prueba de la forma autoritaria en que gobernaría el PRD si López Obrador llega a la Presidencia de la República.

La siguiente cita fue con 250 líderes de uniones de crédito, ante quienes prometió aplicar mano firme para evitar fraudes, como los ocurridos en el pasado en cajas de ahorro y se declaró promotor de una "economía humana" en la que ni el mercado ni el Estado pueden resolver todos los problemas de justicia social.

Con López-Dóriga, Calderón reconoció por primera vez que su campaña tiene problemas y que la tregua navideña le afectó, fue una "especie de metida al congelador" porque "era el menos conocido" de los candidatos.

En reiteradas ocasiones hizo alusión a los problemas con su equipo de colaboradores. "Iniciamos con equipo pequeño, y nos fuimos con el corazón por delante y luego la campaña ya que tenía que ser más profesional, con más gente, en parte empecé a decir cosas que no digo yo y no soy yo".

Declaró que no invitó al político español José María Aznar. "Pero yo pagué un plato roto, ni hablar".

En respuesta a las insistentes llamadas del público que preguntaban por qué no se notaba su campaña, los llamó a sumarse a su candidatura sin esperar que "el PAN se levante. Les digo que se metan a la cancha, échenme la mano, toquen puertas".

 
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