Usted está aquí: viernes 3 de marzo de 2006 Mundo Se desmorona indagatoria de la ONU sobre el asesinato de Hariri

Ex agente sirio brinda evidencia presuntamente falsa

Se desmorona indagatoria de la ONU sobre el asesinato de Hariri

ROBERT FISK THE INDEPENDENT

Beirut, 2 de marzo. En un principio todo parecía simple; los investigadores de la ONU averiguarían quién asesinó al ex primer ministro Rafiq Hariri el 14 de febrero del año pasado, arrestarían a los sospechosos y -con ayuda del sistema judicial libanés- los llevarían a juicio.

Cuatro importantes funcionarios de la seguridad libanesa -uno de los cuales plantó evidencia en la escena del crimen- fueron arrestados. El testigo que señaló a estos hombres era nada menos que un agente de la policía secreta siria de nombre Mohamed Zuhair Siddiq.

Después resultó que Siddiq, que vivía en Francia, podía estar viéndole la cara a Detlev Mehlis, el investigador alemán en jefe; y que tal vez su evidencia fuera tan falsa como la mayoría de las declaraciones que se hicieron inmediatamente después del asesinato de Hariri.

Desde luego, el sucesor de Mehlis, el fiscal belga, Serge Brammertz, quería que Siddiq fuera extraditado a Beirut para interrogarlo. Fue ahí donde todo se empezó a desmoronar.

Esto se debe a que una corte francesa ha liberado al ex agente sirio con el argumento de que podría ser ejecutado si regresa a Líbano y se le encuentra culpable de haber estado coludido en el asesinato de Hariri.

Los franceses se comunicaron con los libaneses con el fin específico de obtener garantías de que Siddiq no iba a ser ahorcado o fusilado, pero el procurador general libanés, Saed Mirza, no quiso decir las palabras mágicas: que Siddiq estaría a salvo de la ejecución si era culpable de estar involucrado en el asesinato del ex primer ministro.

Así, el orgullo libanés fue más importante que la oportunidad de atrapar a un hombre que muchos creen estuvo íntimamente relacionado con los hechos que llevaron a la muerte de Hariri.

Siddiq fue arrestado originalmente el 16 de octubre en Chatou, en el departamento de Yvelines, y ha languidecido bajo custodia francesa desde entonces. El presidente francés, Jacques Chirac, fue amigo personal de Hariri y Francia quería cooperar con la ONU, que había exigido que todos los países cooperaran con sus investigadores en Líbano. Siddiq permanece bajo "vigilancia", pero eso es todo.

¿Será verdad que Brammetz está en camino rumbo a París para interrogar él mismo a Siddiq? ¿Podrá obligarlo a responder a sus preguntas? ¿Podrán hacerlo las autoridades francesas? Al parecer, no. Existe la sospecha cada vez mayor de que los cuatro funcionarios de seguridad libaneses involucrados en el asesinato podrían ser liberados debido a que el supuesto acusador está aparentemente a salvo de cualquier persecución judicial.

Abogados de los cuatro oficiales pro sirios libaneses -el general Jamil Sayyed, el general Ali Haj, Raymond Azar y Mustafa Hamdan- también planean un próximo viaje a Francia para hablar con el "testigo" cuya "evidencia" puso a sus clientes tras las rejas.

Como dijo uno de los amigos cercanos de Hariri: "Todo son malas noticias".

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

 
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