La Jornada Semanal,   domingo 5 de marzo  de 2006        núm. 574

LA JORNADA VIRTUAL
Naief Yehya
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 DE LAS CARICATURAS A LA NUEVA GUERRA IMPERIAL

CARICATURAS OPORTUNAS

¿Qué más se puede añadir al espantoso episodio de las caricaturas del profeta Mahoma? Lo que estamos presenciando es el cumplimiento de las fantasías más grotescas de la confrontación entre Oriente próximo y Occidente. Si alguna vez este fue un problema de libertad de expresión, pronto se volvió un ariete propagandístico, una herramienta de extorsión y manipulación que debió ser denunciada desde el principio por ambas partes. Defender el derecho de los cartonistas se da de frente con la tragedia humanitaria de quienes están muriendo al confrontar a las autoridades en un delirante lucha religiosa. Ignorar la condena de muerte contra los cartonistas es repugnante. Ya es un lugar común decir que la histeria masiva desatada en varios países islámicos es el fruto de extremistas. La maquinaria de la guerra se ha echado a andar, los disturbios en tres continentes son el catalizador de la siguiente confrontación, en este caso contra Irán y posiblemente Siria. Pero es claro también que algunos líderes musulmanes han aprovechado el escándalo de las caricaturas para hacer una demostración de poder. A principios de febrero de 2006 una encuesta Gallup de USA Today/CNN encontró que ochenta y seis por ciento de los estadunidenses se oponía a una guerra contra Irán. Las expresiones antioccidentales son el combustible prefecto para promover la islamofobia, un componente importante que dejará las manos libres a Estados Unidos y a algunos de sus aliados para lanzar los primeros ataques contra Irán, un país al cual se le acusa de, en el mejor de los casos, "estar todavía a varios años de poder tener una arma nuclear". Pero no olvidemos que fue precisamente la confirmación por parte de inspectores y analistas (domésticos y extranjeros) de que Irak no tenía armas de destrucción masiva lo que llevó a Washington a atacar a Irak.

SUEÑOS DE APOCALIPSIS

La guerra contra Irak siempre se planteó como una aventura sin consecuencias para Estados Unidos; en cambio un ataque contra Irán tendría un carácter apocalíptico y escatológico. La base fundamentalista cristiana de Bush sueña con el Armagedón que dará lugar al Rapto, ese episodio en que los cristianos se elevarán en carne y alma hacia los cielos para salvarse, dejando al resto de la humanidad para sufrir toda clase de horrores y una atroz agonía. Pero estas visiones tienen su contraparte en los delirios del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quien también imagina un regreso mesiánico que, tras una confrontación entre el bien y el mal, impondrá al islam en el mundo entero entre cielos flameantes y ríos de sangre.

OTRO TIPO DE ENEMIGO

No solamente Irán es un país inmensamente superior a Irak en lo militar (800 mil soldados y un gran arsenal de misiles), sino que además cuenta con más herramientas con las que puede afectar la economía mundial (como bloquear el estrecho de Hormuz y cerrar el paso al petróleo). Rusia, China e incluso la India no podrán en esta ocasión hacerse a un lado y las consecuencias de una guerra los podría llevar a confrontarse con Occidente, si no en lo militar, sí en lo económico. Además, ante la masificación del suicidio como arma anticolonialista, antiintervencionista y antioccidente, podemos imaginar que si Irán tuviera las posibilidades de desarrollar una arma nuclear, de ser atacada de manera preventiva, quizás por primera vez un régimen asumiría el suicidio colectivo y, sin temer a las represalias atómicas tanto israelíes como estadunidenses, usaría la bomba.

EL ÚLTIMO RECURSO

Poco antes de dispararle a un amigo íntimo, el vicepresidente Dick Cheney ordenó poner a punto un "plan de último recurso" que consiste en lanzar un bombardeo con aviones B2, barcos y submarinos. Identificaron 450 blancos potenciales en Irán, muchos de los cuales son subterráneos, por tanto meritorios de bombas atómicas (bunker busters y de penetración). La máxima ironía es proteger al mundo de las armas atómicas usando bombas nucleares. Difícilmente podría decirse que esto se hizo en secreto, ya que fue publicado por todo el mundo con la intención deliberada de intimidar al régimen de Teherán, cuya verdadera ofensa es que piensa crear el mes próximo un mercado petrolero que se cotice en euros para romper el monopolio del dólar (una idea que también tuvo Hussein antes de que su régimen fuera aplastado).