Usted está aquí: martes 7 de marzo de 2006 Mundo Republicanos evalúan qué tanto acercarse o distanciarse de Bush

Katrina, la guerra en Irak y la economía, desploman la aceptación del mandatario de EU

Republicanos evalúan qué tanto acercarse o distanciarse de Bush

División en el partido en el poder por un contrato marítimo autorizado por la Casa Blanca con una empresa árabe

No romperán con el presidente, la fractura es temporal, estima funcionario

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Un iraquí llora ante el cuerpo de su padre, abatido en un ataque con coche bomba en un mercado de Baquba, al norte de Bagdad, ayer. Una encuesta reciente revela que cayó 17 por ciento la percepción de los estadunidenses en el sentido de que su país ha llevado estabilidad al país ocupado Foto: Reuters

Washington, 6 de marzo. Más revelaciones de engaños, secretos e intentos de suprimir u ocultar acciones y decisiones en torno a la guerra en Irak, la respuesta al huracán Katrina y asuntos de seguridad nacional -sobre todo el de los puertos marítimos- han provocado serias fracturas entre las filas republicanas del presidente, dañado su nivel de aprobación popular en todo el país, y esto se manifiesta incluso en que los uniformados en Irak no están de acuerdo con su propio comandante en jefe.

Hay indicios de que el Partido Republicano está más dividido que nunca tratando de medir qué tan cerca, o a qué tanta distancia, deben estar del presidente al aproximarse las elecciones legislativas este año, ya que Bush puede convertirse en un factor negativo para muchos de sus partidarios.

Prueba de eso, para varios políticos republicanos, fue la reciente encuesta de CBS News/New York Times que no sólo registró que el nivel de aprobación popular de Bush había caído a su punto más bajo (34 por ciento), sino que se desplomó el apoyo al mandatario entre votantes republicanos en torno a su manejo de la guerra contra el "terrorismo" por 9 puntos en el último mes.

De hecho, esa y otras encuestas han registrado que una mayoría de estadunidenses desaprueba su manejo de la guerra en Irak, la lucha antiterrorista, la situación energética y la economía, entre otros rubros de prioridad nacional, y aunque los republicanos mantienen su apoyo mayoritario a Bush, ese número se va reduciendo, como se acaba de ver con otro incidente.

La fractura más reciente estalló con la revelación de que el gobierno de Bush había aprobado, sin notificar al Congreso, que una empresa de los Emiratos Arabes Unidos asumiera el control de operaciones marítimas en seis puertos estadunidenses. De inmediato, legisladores republicanos y demócratas denunciaron el hecho de que a una empresa árabe, con sede en un país que ha sido vinculado con el Talibán y fuerzas antiestadunidenses, le fuera permitido asumir el control operativo de puertos claves y poner así en riesgo la seguridad nacional del país.

Como resultado de la tormenta de la protesta por este acuerdo, tanto la empresa Dubai Ports World y la Casa Blanca aceptaron un periodo de 45 días para evaluar el contrato y postergar su implementación. Con todo, el tema ha permanecido en primeras planas y podría resultar en cambios legislativos sobre la inversión extranjera en este país, particularmente en rubros considerados de seguridad nacional.

Según la encuesta más reciente de Los Angeles Times/Bloomberg, los estadunidenses se oponen al acuerdo por un margen de 3 a 1, incluidos varios republicanos. Entre esto y el deterioro de la situación en Irak, esta encuesta registró el nivel de aprobación más bajo del presidente, y también una tasa de desaprobación que alcanzó 58 por ciento.

Por otro lado, el Partido Republicano también está dividido en otros temas nacionales, como la reforma migratoria, la tortura y otras medidas de la guerra contra el "terrorismo", así como algunos asuntos económicos.

Todo esto ha generado incertidumbre y preocupación dentro de la Casa Blanca, ya que si sus aliados empiezan a dudar, tanto en las bases como en la cúpula (entre legisladores), podría ser el inicio de rupturas que hasta el momento el gobierno de Bush ha logrado evitar, señalan estrategas y asesores del partido del presidente. Un alto funcionario de la Casa Blanca admitió al Washington Post: "Estamos en un periodo en el cual las noticias que dominan los encabezados no son buenas y algunos republicanos se sienten libres de distanciarse del presidente". Sin embargo, opinó que la fractura no es decisiva, y pronosticó que es temporal.

Pero otros temen que las cosas -particularmente las noticias en Irak- no mejorarán pronto y que esto está afectando los cálculos electorales de algunos republicanos, que se sienten amenazados por su cercanía con un presidente que es percibido negativamente por el electorado.

Después de gozar su gira por India, Pakistán y Afganistán, el presidente regresó ayer a Washington para enfrentar, otra vez, una crisis de credibilidad sobre Irak, la controversia por los puertos, más criticas por la respuesta ante el huracán Katrina, niveles de aprobación pésimos y, lo peor, indicios de posibles rebeliones en sus propias filas.

Ahora, según una encuesta del Washington Post/ABC News publicada hoy, 80 por ciento cree que la violencia reciente en Irak hará más probable que estalle una "guerra civil", y la mitad opina que Estados Unidos debería iniciar la retirada de sus tropas. En tanto, la encuesta registró un desplome de 17 puntos, desde diciembre, en la percepción de que Estados Unidos ha llevado estabilidad a ese país.

Por otro lado, han surgido más pruebas en días recientes que demuestran que Bush había sido informado de que los diques en Nueva Orleáns estaban en peligro de ser derrumbados por Katrina en las primeras horas de la tormenta, lo que contradice lo que declaró días después: que nadie había pronosticado esa posibilidad.

También han surgido pruebas de que la decisión de declarar la guerra contra Irak se tomó en las primeras horas después de los atentados del 11-S, de que la "inteligencia" fue diseñada para apoyar esa decisión, y que se manipuló la información para justificar los fines políticos del presidente y su equipo; todo sigue minando su credibilidad sobre la guerra.

Mayoría de los soldados desplegados prefiere la retirada

De hecho, una inusual encuesta de Zogby reveló que los propios soldados estadunidenses en Irak cada vez tienen menos confianza en su comandante en jefe. De las tropas desplegadas ahí, 72 por ciento cree que Estados Unidos debería retirar sus fuerzas de ese país el próximo año, y sólo 23 por ciento apoya la posición de Bush de que deberían de permanecer "tanto tiempo como sea necesario".

Sin embargo, a pesar de que se ha registrado durante meses que el pueblo estadunidense no aprueba el trabajo de su presidente, ni está de acuerdo con sus prioridades, esto aún no se ha traducido en una resistencia activa en su contra. Pero las divisiones dentro de su propio partido podrían dejarlo más vulnerable si de repente logra expresarse esta desaprobación en una oposición activa.

 
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