Usted está aquí: viernes 10 de marzo de 2006 Cultura Vicente Rojo crea pintura ''más con susurros que con gritos''

El artista da por terminada una serie que mostrará en la Galería Croquis

Vicente Rojo crea pintura ''más con susurros que con gritos''

La última fase de Escenarios primitivos incluye 12 cuadros en técnica mixta

El también escultor y grabador adelanta a La Jornada su nuevo proyecto: Escrituras

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Vicente Rojo en el jardín de su estudio, en Coyoacán Foto: Yazmín Ortega Cortés

La miniserie Escenarios primitivos, que Vicente Rojo comenzó hace 10 años, llega a su fin. El pintor, escultor y grabador la había suspendido ante la llegada de nuevos temas a su quehacer artístico.

La última fase de la miniserie, integrada por 12 cuadros en técnica mixta, de 1.30 por 1.30 metros, se presentará con el título Vicente Rojo: escenarios primitivos, en una exposición que mañana será inaugurada a las 12:30 horas en la Galería Croquis (Juan Vázquez de Mella 481-504, Polanco), espacio que compartirá con la muestra Manuel Felguérez: tiempo de cambio.

La serie comenzó con Gran escenario primitivo, que abrió la exposición retrospectiva, hace una década, la cual se presentó en el Museo de Arte Moderno. Allí ya estaban planteados ''estos elementos geométricos tan sencillos -el cuadro, el triángulo y el círculo-, que por otra parte son los que vengo trabajando desde hace muchos años.

''A partir de esas formas, que se pueden considerar elementales, pero que para mí son riquísimas, elaboré este trabajo tratando de conservar ciertos orígenes primitivos, de allí el nombre. Es decir, formas con las que se viene trabajando desde el inicio de la vida y la tierra, que puede parecer una exageración.

''Pero más o menos casi todo lo que hago siempre considero que es una exageración, como haber pintado durante 10 años un tema que sabía era imposible, que se llamó México bajo la lluvia", señaló Rojo.

Línea y punto

Añade que el arte exagera la realidad en la medida que ''es una manera de ver de nuevo las cosas que vemos todos los días y que, pues, aspiramos a renovar esa visión o darle otro sentido".

El año pasado, Rojo también concluyó su serie Volcanes construidos, con 10 esculturas en bronce que fueron exhibidas en la Galería Croquis, con la obra de otros escultores.

Más que series opuestas, ambas resultan complementarias, porque en alguna ocasión Rojo hizo unas esculturas llamadas Volcanes primitivos. Es decir, agrega, el tema de regresar al origen ''lo tengo pendiente".

Explica: ''Hace alrededor de 30 años, en una entrevista dije que tenía la impresión de que mis imágenes se estaban complicando excesivamente. Y, que mi intención sería quedarme a la larga con una línea y un punto. Quizá ese sea el tema central de la serie que estoy iniciando, que también va a resultar imposible, llamada Escrituras, que es una manera de darle forma plástica a una escritura".

Tonos bajos, apagados y sordos

-¿Qué representó para usted 2005 en lo artístico? ¿Llegó a nuevas conclusiones, tomó decisiones, demostró inconformidades?

-No sé si inconformidad, pero sí cierta apertura a otra nueva serie que me gusta pensar en ella porque no la tengo muy clara. Necesito irla resolviendo a medida que la vaya haciendo, que es por otra parte un sistema de trabajo que sigo desde siempre. Es decir, la obra para mí acabada puede tener cierta importancia, pero lo que me interesa es el proceso. Esta meditación que significa estar desarrollando un nuevo tema.

-¿Disfruta el proceso?

-Disfruto más el proceso que las exposiciones y, sobre todo, lo que viene después; y no tanto las entrevistas, como te consta.

-Al trabajar, ¿qué pasa, a qué se expone?

-Pasa todo, pasa toda la vida, el pasado, el presente, el futuro, todo lo que está a mi alrededor, todos mis afectos. Esos son los puntos de partida. Y, sobre todo los pies en la tierra, es decir, pienso que no se puede volar.

''Un pájaro no sabría que vuela si no se posara en un árbol, se quedara quieto y se hiciera después al vuelo. Ese es el vuelo que quiero aprender, pero muy bien acompañado.''

En la calma de su estudio coyoacanense, donde comparte su soledad con la obra en turno, allí se desarrolla la entrevista. Vicente Rojo asegura que le gusta crear una pintura que no sea agresiva, sino muy discreta.

Hace hincapié en los ''tonos bajos, apagados y sordos" de los 12 cuadros de Escenarios primitivos, porque ''me gustan más los susurros que los gritos. Entonces, sí puedo gritar mientras pinto, pero trato de que no se note. Que quede dentro de la tela, pero envuelto en una cierta suavidad".

Pelea con la tela

-¿Qué le hace gritar en un cuadro?

-Bueno, a lo mejor gritar no es la palabra, pero es la pelea con el cuadro. Yo, como muchos artistas, pinto sin un boceto previo o con un boceto mínimo. Entonces, tengo que ir haciendo el cuadro mientras lo voy pintando. Esa es la pelea, digamos, con la tela. Quizá esta sería la parte agresiva que trato luego de tranquilizar.

-¿A veces gana usted, en otras la tela?

-Tengo que ganar yo. Esa es una pelea, porque si no la gano, no ha servido. No sé si sea presunción, pero tengo que ganar, de otro modo no la presento, no la doy por acabada.

-¿Son muchas las ocasiones en que uno se pierde y hay que volver a empezar?

-Sí, en cada cuadro. No sé porque he fijado siempre que en cada cuadro hay ocho cuadros debajo. No sé porque este número me gusta, pero fácilmente hay varios cuadros que casi considero que están acabados y que ese casi me hace perder lo que llevo hecho. Es decir, tratar de lograr ese ''casi'' que me falta, que con frecuencia me hace perder la imagen que ya tenía a punto de terminar.

 
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