Usted está aquí: viernes 10 de marzo de 2006 Economía Recomienda Stiglitz a México adoptar el modelo de desarrollo de China e India

Sugirió aumentar la inversión en capital humano y expandir el crédito

Recomienda Stiglitz a México adoptar el modelo de desarrollo de China e India

La falta de inversión en investigación y desarrollo tecnológico, problema fundamental

VICTOR CARDOSO

Ampliar la imagen El presidente honorario vitalicio del grupo Carso, Carlos Slim, y el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, durante el foro organizado por diputados Foto: Cristina Rodríguez

El premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, recomendó a México adoptar un modelo de desarrollo similar al que han aplicado China e India, los cuales no hicieron caso de las recomendaciones de política económica del Consenso de Washington, y optaron por fortalecer la inversión en educación, infraestructura y promover el empleo.

La estrategia alternativa de desarrollo ''ha funcionado en Asia; esperamos que México opte por este camino porque se requiere invertir en transformar sus recursos naturales con personal capacitado y originario del país.

''Esperamos que México opte por la estrategia que mejore su crecimiento económico y tenga una mayor posibilidad de garantizar que los beneficios de ese crecimiento se compartan por el pueblo'', dijo durante su participación en el foro México 2006-2012. Agenda para promover la competitividad del país, organizado por la Comisión Especial para la Competitividad y el Desarrollo Regional de la Cámara de Diputados.

El economista, que dicta clases en la Universidad de Columbia, se refirió al caso de los países latinoamericanos, donde se presenta la mayor desigualdad del ingreso, y les sugirió destinar mayores recursos económicos a educación, ciencia y tecnología, para elevar la competitividad y competir con los países ricos.

En México sugirió aumentar la inversión en capital humano y transparencia, permitir la expansión del crédito y lograr un sector público fortalecido. ''Esperamos que México opte por la estrategia que mejore su crecimiento económico y tenga mayor posibilidad de garantizar que los beneficios de ese crecimiento se compartan con el pueblo'', indicó.

Se refirió a que uno de los principales problemas del país es la falta de inversión en investigación y desarrollo tecnológico, camino que siguieron las actuales economías asiáticas que alcanzan niveles de desarrollo superiores a 12 por ciento anual. También mencionó la escasez de crédito, pues ''uno no puede crecer si no hay acceso al crédito'', y recordó que, por ejemplo, en India el gobierno de ese país condicionó la apertura de su mercado financiero a que los bancos instalaran sucursales en todos los rincones del país y dieran libre acceso a las pequeñas y medianas empresas.

A lo largo de su participación, Stiglitz hizo referencia a las políticas de desarrollo aplicadas por China e India, y aunque aclaró que no necesariamente pueden dar resultado en cualquier país, son modelos que vale la pena analizar y, en su caso, seguir.

En el caso de América Latina, insistió, la globalización profundizó la desigualdad, pero no se ha logrado avanzar consistentemente debido a la carencia de una estrategia con visión de largo plazo. ''Una de las cosas más tristes que veo en América Latina es que no se han planteado correctamente los problemas que les aquejan y, por tanto, sus posibles soluciones'', sentenció.

Tanto México, como América Latina tienen posibilidades de competir con el resto del mundo, como ya lo ha comenzado a hacer, por ejemplo, Brasil en la industria aeronáutica, pero en términos generales se deben mantener los flujos de inversión en educación, ciencia y tecnología.

En la actualidad, la principal diferencia entre los países ricos y pobres es la propiedad del conocimiento y por eso la educación y la formación de profesionales es la clave para alcanzar a los de arriba.

Reconoció que la competencia globalizada no es una tarea fácil, sobre todo por la ''hipocresía de los países ricos'', que promueven la apertura comercial, pero cierran sus fronteras por medio de subsidios; no abren sus mercados laborales, y en materia de propiedad industrial ''quitan la escalera, luego de adueñarse del conocimiento''.

Citó como caso concreto de la desigualdad que ha provocado la globalización y la aplicación de políticas restrictivas y cierre de mercados, la decisión de Estados Unidos de construir un muro en su frontera con México para evitar la migración indocumentada.

La pachanga no puede durar toda la vida

La diferencia entre países ricos y pobres, añadió el Nobel, se ha profundizado por la falta de inversión en capital humano, y en el caso de América Latina, en su decisión de basar su desarrollo en pedir prestado, privatizar sus empresas y consumir los recursos derivados de eso en importar productos de consumo. ''¡La pachanga no puede durar toda la vida!'', afirmó.

Señaló que los recursos naturales tienen un valor cuando se encuentran debajo de la tierra, pero ese valor aumenta cuando se tienen disponibles y a la mano, transformados; ni México ni Venezuela han invertido para transformar sus recursos naturales, ni han promovido el bienestar de los ciudadanos comunes.

Se requiere, afirmó, una estructura fiscal que impida la desigualdad, mayor transparencia en el manejo de los recursos y acceso a la información gubernamental pero, sobre todo, colocar a la gente en el primer lugar de las inversiones y mejorar su vida, su bienestar.

 
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