Usted está aquí: viernes 10 de marzo de 2006 Opinión La falsificación

Luis Javier Garrido

La falsificación

La muerte de los mineros de Pasta de Conchos está teniendo una trascendencia mucho mayor de lo que el gobierno suponía, pues las decisiones de Vicente Fox tras lo acontecido, decidiendo primero dejar morir a los mineros y ahora lanzándose contra las organizaciones sindicales, no están haciendo más que ahondar la crisis nacional.

1. El crimen cometido por Fox junto con los empresarios salinistas del Grupo México, a los que él ha servido de manera obsecuente, a) permitiéndoles mantener condiciones ilegales e infrahumanas de trabajo en sus negocios, y b) negándose a rescatar a los mineros de la mina de carbón de Pasta de Conchos en San Juan de Sabinas (Coahuila), tras la explosión del domingo 19 de febrero, cuando era su obligación legal y moral hacerlo, actos criminales que han impactado a amplios sectores del país, están teniendo como corolario otra acción delictiva perpetrada a todas luces por Fox y sus colaboradores: la falsificación de documentos sindicales para imponer a un incondicional del gobierno foxista como líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana.

2. El desconocimiento que hizo la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de la directiva del sindicato minero (28 de febrero) y la burda falsificación de firmas llevada a cabo por el gobierno foxista en actas sindicales, buscaba distraer a la opinión nacional del tema de su responsabilidad en lo acaecido en la mina y, al mismo tiempo, acelerar el proceso de desmantelamiento de las organizaciones sindicales, pero la iniciativa está produciendo un efecto contrario. Sindicatos de múltiples tendencias se están reagrupando y Fox y sus compinches una vez más aparecen en la picota del escándalo sobre todo al señalarse que la falsificación se llevó a cabo en las oficinas de Francisco Javier Salazar (secretario del Trabajo), un individuo que ahora se sabe tiene antecedentes penales, y quien según declaró a los medios el lunes 6, al estallar el escándalo, todo lo hace por órdenes de Fox.

3. La acción criminal, que ha sido imputada en los medios a Fox, a Abascal y a Salazar, no es sin embargo un simple acto de autoritarismo político, como están empeñados en creer en Los Pinos, sino que es una acción constitutiva de graves delitos de los que estos tres individuos aparecen como responsables: delitos de ejercicio indebido del servicio público y de atribuciones, delitos contra la administración de justicia, y el delito de falsificación de documentos públicos, además del grave atentado que están cometiendo contra la autonomía sindical. La respuesta lo mismo de la mayoría de los trabajadores mineros, que repudiaron la imposición, como de las organizaciones sindicales, que tras la marcha de decenas de miles de trabajadores al Zócalo el 7 de marzo exigieron la destitución de Salazar, considerando que no es confiable para la interlocución, ha abierto un nuevo conflicto que una vez más evidencia la descomposición del régimen.

4. La desesperación política que muestra Fox en los últimos meses del sexenio al constatar que se le escapa el poder de las manos y que el PAN perderá las elecciones de manera que los intereses económicos que representa podrían perder la protección del régimen, lo está llevando a cometer múltiples tropelías, que evidencian de manera cada vez más abierta la corrupción sin límites del régimen que encabeza. Mientras todos los días estallan nuevos escándalos derivados de los abusos de poder de Fox, de sus amigos y de su familia y se le señala por la comisión de múltiples ilícitos, que van desde el tráfico de influencias hasta el ejercicio abusivo de funciones, él sigue tomando iniciativas que violentan el marco constitucional del país, como en el caso de los mineros.

5. El proceso de imposición del modelo neoliberal y de desmantelamiento de la nación ha sido para Fox lo mismo que para Salinas y Zedillo: una coyuntura que le ha permitido servir a Washington y a los intereses de las grandes corporaciones, pero sobre todo hacer múltiples negocios turbios pasando por sobre los intereses de los mexicanos.

6. La mina, en tanto, está ahí: con sus 65 trabajadores sepultados sin que el gobierno federal gaste un centavo para rescatarlos y ahora se niegue también a buscar sus cuerpos, recordándole a Fox su crimen. En Cancún, tras el huracán Stan de 2005, Fox acudió presuroso a refaccionar con millones de dólares a las trasnacionales hoteleras; en San Juan de Sabinas, no quiso ir, ni gastar nada para salvar la vida de los mineros.

7. El gobierno foxista tuvo como rasgo central el de apoyarse en los antidemocráticos mecanismos de control social de los últimos gobiernos priístas, y de manera muy particular en los derivados del corporativismo sindical, que ahora de manera hipócrita Fox dice combatir cuando éste ha sido uno de los sustentos de sus políticas, empezando por el apoyo que le ha brindado el corrupto Víctor Flores (presidente del Congreso del Trabajo). El proyecto de refuncionalizar el antiguo aparato corporativo del PRI, iniciado por Salinas y proseguido por Zedillo, para hacer del sindicalismo priísta un sustento del modelo neoliberal, a pesar de ir éste en contra de los intereses de los trabajadores, ha sido proseguido por Fox con más entusiasmo que sus predecesores.

8. ¿No es acaso el ejemplo más evidente de la componenda de Fox con el salinismo, con un sector del priísmo y con el charrismo sindical, el apoyo irrestricto que le brindó en todos estos años Elba Esther Gordillo en nombre del SNTE?

9. La encomienda central que dio Fox a Carlos Abascal, ex presidente de Coparmex y miembro fundador de la organización neofascista El Yunque, que se ha ido apoderando de amplios espacios del poder político y económico en México, fue la de culminar el proceso de reconversión del movimiento obrero: fortaleciendo a las cúpulas sindicales charras que fueran funcionales al foxismo y al proyecto neoliberal, y aplastando lo que aún quedaba del sindicalismo independiente. Y como Abascal no logró a su paso por la Secretaría del Trabajo ese objetivo que él estimaba "histórico", ahora Fox intenta relanzar una escalada, buscando satisfacer las demandas de aquellos intereses que se han apoderado de enclaves estratégicos del país, y que desean tener el próximo sexenio garantías para proseguir, sin trabas legales, las políticas de sobrexplotación de la clase trabajadora.

10. En otras palabras, al no aprobarse el "paquete de reformas estructurales", que suponía en primer término acabar con los derechos laborales de los trabajadores consignados en el artículo 123, lo que ese sector del capital pretende es que por la vía de los hechos se creen mayores garantías de que ese odiado marco jurídico ya no será invocado por "los representantes" de la clase trabajadora. Pero al parecer, una vez más, Fox y sus amigos han subestimado las dimensiones de la respuesta social.

 
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