Usted está aquí: viernes 17 de marzo de 2006 Sociedad y Justicia Cada 24 horas mueren 4 mil 500 niños por falta de líquido y saneamiento

Menores de 30 países analizarán durante 3 días estrategias para detener la tragedia

Cada 24 horas mueren 4 mil 500 niños por falta de líquido y saneamiento

Exigen a los adultos acciones concretas para combatir las enfermedades diarreicas

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Ampliar la imagen Más de 100 menores de 30 países trabajarán tres días en elaborar proyectos sustentables para el mejor aprovechamiento del agua Foto: Cristina Rodríguez

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Cada uno en su idioma y con la bandera de su país en la mano pidieron agua y paz para el mundo. A los adultos los convocaron a "que también se pongan en acción y nos apoyen en nuestras iniciativas" para llevar el líquido a los millones de niños que hoy enferman y mueren por no tener acceso al recurso.

Así empezó el segundo Foro Mundial del Agua de los Niños, sector de la población que es la más perjudicada por la falta de agua potable y saneamiento. Todos los días mueren alrededor de 4 mil 500 pequeños y varios millones más sobreviven enfermos, sin acceso a la educación y sumidos en la pobreza, asegura un reporte del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

La principal responsable de las muertes son las enfermedades diarreicas, segunda causa mundial de mortalidad infantil. El documento señala que más de 90 por ciento de los decesos ocasionados por estos padecimientos se producen entre niños menores de cinco años de edad, pero quienes sobreviven al padecimiento enfrentan constantes dificultades y son presa fácil de otras enfermedades, principalmente en los países en desarrollo. De hecho, un niño o niña nacido en Africa subsahariana tiene 520 más posibilidades de morir de una infección gastrointestinal que los menores europeos o estadunidenses.

El informe del Unicef se dio a conocer en el contexto del Foro Mundial del Agua de los Niños, acto en el que participan más de 100 activistas jóvenes de 30 países. Durante tres días analizarán la manera en que la niñez puede ayudar a resolver la crisis del agua.

Durante la ceremonia inaugural, Judith Ayres, de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, resaltó que en varias regiones del mundo los niños ni siquiera conocen el agua embotellada. "Quizá andan descalzos o tienen una sola muda de ropa. Tal vez así pueden vivir, pero nadie lo puede hacer consumiendo agua sucia o contaminada", subrayó.

Donna Goodman, representante del Unicef, señaló que los niños pueden hacer la diferencia. El primer foro infantil es punto de referencia y ahora en la edición mexicana -organizada por el Unicef y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua- acorde con el modelo temático del cuarto Foro Mundial del Agua, se elegirán las cinco mejores acciones locales para proponerlas a los ministros de los países participantes.

Según el reporte del Unicef, la crisis del recurso empieza en los hogares. En 2002, 42 por ciento de los domicilios carecían de letrinas y una de cada seis personas no tenía acceso al agua potable.

El problema afecta en mayor medida a las niñas y mujeres, quienes tienen la responsabilidad de recolectar el agua en todo el mundo. En las naciones subdesarrolladas, este sector de la población camina seis kilómetros al día transportando 20 litros del líquido (dos cubetas), lo cual reduce el tiempo que tienen para realizar otras labores productivas o para que las niñas asistan a la escuela.

Sin embargo, al carecer de esa mínima cantidad, los infantes tienen pocas probabilidades de escapar a la pobreza. Para las naciones más pobres esta problemática representa una pérdida de productividad, cuyo costo asciende, al año, a 68 mil dólares.

Las enfermedades que se transmiten por el agua son responsables de gran parte de los males y la desnutrición que hay en el mundo. Los más de 4 mil millones de casos de diarrea que se producen todos los años colocan a los niños y niñas al borde de la muerte, resaltal Unicef. Más de 220 millones de infantes están infectados con parásitos intestinales que consumen sus nutrientes y causan deficiencia nutricional y bajo peso.

Todos los años, dice el documento, estos padecimientos paralizan los sistemas de salud y condenan a millones de niños y niñas a una vida de discapacidad permanente y una pérdida de su potencial.

En 2000, los países acordaron las Metas de Desarrollo para el Milenio, una de ellas está relacionada con el acceso al agua que para 2015 debe ser realidad para 89 por ciento de la población mundial y el saneamiento para 75 por ciento. El informe del Unicef señala que el cumplimiento de estas metas es viable y rentable, aunque depende de un mejor acceso al recurso por parte de la infancia.

El costo es de unos 11 mil 300 millones de dólares anuales. Sin embargo, cada dólar invertido de esta manera generaría un rendimiento de tres a 34 dólares según la región, asegura el organismo, y plantea que con excepción de Africa subsahariana, todas las zonas del mundo deberían alcanzar las metas.

 
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