Usted está aquí: viernes 17 de marzo de 2006 Sociedad y Justicia Decenas de nahuas, otomíes y huicholes reciben a corredores hopis de Arizona

Frente al Tláloc, en el Museo de Antropología, se realiza el ritual de más de 4 horas

Decenas de nahuas, otomíes y huicholes reciben a corredores hopis de Arizona

Se cumple la profecía de la unión del águila y el cóndor, del norte y el sur, comentaban

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen La reunión fue de paz, armonía y alianzas, en medio de aroma a incienso Foto: Ap/ Jennifer Szymaszek

Frente al monolito de Tláloc, dios de la lluvia y la fertilidad en la mitología mexica, ubicado afuera del Museo Nacional de Antropología, en Chapultepec, decenas de indígenas nahuas, otomíes y huicholes recibieron ayer por la mañana a corredores del pueblo hopi, originario de Arizona, Estados Unidos.

Una añeja profecía estaba por cumplirse, comentaban entre sí: la unión del águila y del cóndor, del norte y del sur, con el único objetivo de refrendar su respeto por el agua, pues para ellos nunca ha dejado de ser el líquido sagrado dador de vida.

Ante la mirada curiosa de los turistas que cotidianamente acuden a la zona, justo cuando el sol llegó al cenit, comenzó una ceremonia de paz, armonía y alianzas en medio de cantos, olor a incienso y el incesante ruido del tráfico citadino.

Cada uno de los presentes, según la cosmogonía indígena, se transformó en una gota de agua y, por efecto de las oraciones y danzas rituales, frente a Tláloc (palabra náhuatl que significa néctar de la Tierra) se fundieron en un mar de voces y anhelos.

El encuentro fue organizado por los diversos grupos y personas que pertenecen a la Asamblea Nacional en Defensa del Agua y de la Tierra y en Contra de su Privatización, así como por la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua.

Los hopi colocaron un pequeño altar frente a la fuente de Tláloc con el ahnechicoliztli (agua del mundo, en lengua náhuatl): vasijas de barro, botellas de plástico y vidrio con el líquido recolectado en su trayecto hacia la gran Tenochtitlán, explicaron.

Agua de la montaña, de la nieve de los volcanes, de los ríos, del mar, de algunos cenotes, de la lluvia, del granizo, del rocío de la mañana, agua de lugares místicos como Tepoztlán o Amatlán. Todo fue colocándose con respeto junto al maíz, las flores y el incienso que aportaron los participantes nacionales.

Algunos voluntarios formaron un círculo con listones de colores para que los indígenas pudieran realizar su ceremonia sin interrupciones, mientras varios paseantes, contagiados por el ambiente sacro, metían la mano a la fuente como si fuera una pila de agua bendita y después de mojarse la punta de los dedos se tocaban la frente.

Consigna antiglobalización

La ceremonia duró más de cuatro horas; en ella participaron hombres y mujeres, viejos, jóvenes y niños. Algunos vestidos con taparrabos y penachos, con sus camisas de gala, bordadas a mano, cintas atadas a la cabeza, o con camisetas estampadas con alguna consigna antiglobalización.

Hopis y "aztecas" saludaron con sonidos de caracol y tambores una marcha del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota, conformada por campesinos de Guerrero, la cual cruzó frente a ellos alrededor de la una de la tarde, para seguir por Paseo de la Reforma rumbo a la sede del cuarto Foro Mundial del Agua, ubicada en el Centro Banamex.

En varios idiomas se escuchó el rezo: "Agua, te damos las gracias; agua, te respetamos; agua, te amamos". Inclusive, un grupo de turistas japoneses se unió al ritual cuando se enteraron que se trataba de una ofrenda al vital líquido. Se dieron vuelo tomando fotografías y videos.

Los agentes de tránsito se afanaban por explicar a quienes se lo solicitaban que se trataba de un ritual "para que nunca nos falte el agua, ¿no ve que esa piedrota es Tláloc, nuestro dios de la lluvia?"

Llamado a conservarla

Sin perder detalle de la ceremonia y dando instrucciones a los más jóvenes, Inocente Morales Baranda Teutli, uno de los miembros del consejo de ancianos de las comunidades nahuas de Milpa Alta, señaló a La Jornada: "Todos nos alimentamos del agua, eso queremos que se comprenda. Tenemos que entender que debemos conservarla, no acapararla para venderla, sino para llevarla a todos los lugares del mundo donde a un ser humano le haga falta. Y es que nuestro cuerpo es 75 por ciento agua, eso quiere decir que también somos universo".

Ya entrada la tarde, los participantes en la ceremonia se sumaron a la marcha por la defensa del agua que partió del Angel de la Independecia hacia Avenida del Conscripto, convocada también por la Asamblea Nacional en Defensa del Agua y de la Tierra y en Contra de su Privatización.

Este organismo mantendrá un campamento en el Monumento a la Revolución durante los días que dure el cuarto Foro Mundial del Agua. En ese espacio se llevará a cabo un tianguis cultural, talleres, presentaciones de libros.

Además, a partir de este sábado y hasta el 22 de marzo se instalará en el Espejo de Agua, corredor ubicado entre el Museo Nacional de Antropología y el Museo Rufino Tamayo, en Chapultepec, un pabellón donde se realizará el Foro Mundial Alternativo por el Agua para difundir las experiencias de la sociedad civil sobre el tema, expresadas por medio de un amplio programa artístico.

Informes en la página de Internet: www.tekio.net

 
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