Usted está aquí: lunes 20 de marzo de 2006 Capital Anuncios espectaculares invaden edificios

Anuncios espectaculares invaden edificios

Cubren hasta las ventanas; los dueños de inmuebles amenazan a inquilinos si se quejan

BERTHA TERESA RAMIREZ

Ampliar la imagen Como plaga, los anuncios espectaculares cubren los edificios en la glorieta de Masaryk, en Polanco Foto: Roberto García Ortiz

La invasión de la ciudad de México por anuncios de publicidad exterior llegó a niveles nunca vistos, pues las empresas del ramo comenzaron a rentar las fachadas de edificios habitados para colocar mallas con éstas imágenes, sin importar que cubran todo el inmueble. Con ello, las ventanas de las viviendas se ven privadas de buena ventilación y luz solar.

Eduardo Farah, vecino de Polanco, dijo que los moradores "hasta hoyos han tenido que hacer en las mallas para que penetre el aire, además de que viven con temor de que los corran los dueños de los inmuebles, pues en su mayoría se trata de edificios que se rentan".

La gente que vive en esas condiciones, puntualiza, "es muy infeliz, pues se les ha reducido la entrada de luz y aire". Indicó que los edificios convertidos en "un anuncio" son un riesgo para los habitantes en caso de incendio, ya que el material de que está hecha esa publicidad es ''altamente flamable".

Algunos vecinos manifestaron "que el propietario de un edificio amenazó a los inquilinos de que si protestaban los echaba; por eso tienen miedo de hablar''.

En el recorrido que realizó La Jornada por esta cotizada zona, y otras del centro de la ciudad, los inquilinos expresaron su desacuerdo con la colocación de anuncios en las ventanas de sus viviendas. Sin embargo, al tiempo que algunos "lo consideraban pésimos", otros expresaron que "no tenían problema en que les taparan las ventanas".

Farah explicó que los casos en Polanco son de edificios en lo que las rentas no son muy altas, pues se cotizan en unos 5 mil pesos, por lo que la gente, aunque se siente incómoda, se abstiene de protestar por temor a los propietarios.

El ambiente que prevalece dentro de un edificio cubierto por un malla de este tipo es semejante al de un día nublado. De hecho, comentó Farah, se considera que estas mallas reducen 30 por ciento la entrada de la luz natural.

Lo que se aprecia en el interior de un edificio en esa situación, donde habitan inquilinos o laboran empleados de oficinas, es que la calle prácticamente no se ve.

María del Carmen Suero, vecina de una colonia del poniente de la ciudad, señala que "el respeto al derecho ajeno es la paz", por lo que nadie se puede apropiar de las paredes para obtener un provecho personal.

"Si los vecinos, junto con la delegación, consideran que una parte de la demarcación debe ser distribuida para la publicidad, perfecto, pero considero que todos debemos estar de acuerdo", apuntó tras advertir que la necesidad de anunciarse es un derecho, siempre y cuando respeten a los demás.

"No permitir que cada uno viva en su espacio, ¿qué es lo que va a producir? Primero que nada pleito vecinal, pues no pueden impedirnos ver el cielo y el sol. Todos gastamos para tener una casa y nadie tiene derecho a ponernos publicidad en nuestra pared", puntualizó.

Indicó que el resultado de esta anarquía es que "la ciudad hoy parece que está en venta. Es una desgracia porque, como zona turística, la imagen que damos es de quinta".

 
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